Este artículo se publicó hace 14 años.
Lula intenta conciliar Davos y Portoalegre
Los exitosos programa sociales brasileños son la principal baza del líder en el Foro Social
El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó ayer a Porto Alegre con la intención de demostrarle a la izquierda de su país, máxime en un año electoral, que sigue siendo aquel sindicalista que encandiló a los movimientos sociales en los primeros foros, antes de llegar al Gobierno e imprimirle a su gestión un giro pragmático del que parte de la izquierda sigue desconfiando.
Lula tenía prevista una intervención en público ayer noche en la que mostraría su posición sobre los principales puntos que se tratarán en este Foro Social Mundial (FSM). Se esperaba que su discurso fuese improvisado y se centrase en las acciones del Gobierno con los trabajadores de baja renta. Además, Lula podrá valerse del logro de haber conseguido que Brasil salga prácticamente indemne de la crisis económica internacional.
El presidente pasará apenas un día en la capital de Rio Grande do Sul, para acudir después al Foro Económico Mundial de Davos, la antítesis del espíritu de Porto Alegre, y volver al FSM.
El problema para Lula es cómo conciliar la recuperación de sus bases de izquierda
Lula desembarca en la capital gaucha con algunos datos objetivos que mostrar ante sus seguidores de izquierda y también ante los más escépticos, desde estadísticas que muestran la evolución positiva de los índices de pobreza y desigualdad en Brasil hasta los grandes números de programas sociales como la Bolsa Familia y el reciente programa Miña Casa, Miña Vida (Mi casa, mi vida), que prevé la construcción de viviendas baratas y la asignación de subsidios a las familias de poca renta, para solventar el grave déficit habitacional en el país, que el Gobierno calcula en unos seis millones de viviendas y que es una de las raíces del problema de la proliferación de favelas en grandes ciudades como Rio de Janeiro y Sao Paulo.
Estadista globalEl problema para Lula es cómo conciliar la recuperación de sus bases de izquierda con el buen hacer en Davos. El presidente brasileño quiere demostrar que puede ser la punta de lanza de la izquierda latinoamericana y, al mismo tiempo, recibir en Suiza el título de estadista global.
Durante las conferencias de ayer, centradas en los nuevos retos de la izquierda y en la coyuntura mundial, el sociólogo Emir Sader habló de la división actual entre los movimientos sociales y las ONG durante una conversación con la prensa. En su opinión, las organizaciones deben adoptar un papel secundario y dejar el protagonismo a los movimientos sociales. Para el sociólogo, la Bolivia de Evo Morales es el ejemplo de que otro mundo es posible. Y Lula? "Preferiría que no fuese a Davos", contesta Sader.
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