Lula da Silva arranca su gobierno en Brasil con el foco puesto en los derechos humanos
Una de las primeras medidas anunciadas será reactivar la secretaría a cargo de reparar económicamente a las víctimas de prisiones y torturas durante la dictadura.
Dario Pignotti (Página 12)
Brasilia-Actualizado a
Extirpar el bolsonarismo. En menos de cuatro días en la presidencia Luiz Inácio Lula da Silva ha puesto en marcha un combate contra la herencia del régimen autoritario que gobernó hasta el 31 de diciembre. Sin dar respiro a la ultraderecha ha anunciado una serie de medidas, especialmente en materia de derechos humanos, a través de sus ministros.
El mandatario del Partido de los Trabajadores (PT) ha estado este martes en el Palacio del Planalto, donde aún no ha finalizado por completo el registro para detectar los micrófonos de última generación que habría plantado Jair Bolsonaro antes de abandonar el país para instalarse por un tiempo en el sur de Estados Unidos.
Inspecciones
Otras inspecciones se realizan en las residencias oficiales de Alvorada y Jaburú, donde no se han mudado todavía ni Lula ni su vicepresidente, Geraldo Alckmin, temiendo que estén infectadas de todo tipo de sistemas de espionaje electrónico. Mientras aguarda para instalarse en la residencia de Jaburú, Alckmin ha asumido este miércoles su puesto como ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, cargo que compartirá con el de vicepresidente.
"Es hora de unión y reconstrucción como dicta nuestro lema del Gobierno, vamos a trabajar en pos de la reindustrialización de Brasil", ha propuesto el centrista Alckmin, miembro del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del exmandatario Fernando Henrique Cardoso.
A partir de la reconciliación entre Lula con sus antiguos adversarios, Cardoso y Alckmin, se armó la coalición liderada por el PT que venció al bolsonarismo en los comicios de octubre. Claro que esa victoria electoral ha sido solamente el primer paso en la contienda contra el fascismo enquistado en la sociedad y el estado bajo el gobierno del líder de ultraderecha.
Derechos humanos
A Bolsonaro le ha obsesionado durante todo su mandato reivindicar la dictadura, para lo cual instituyó la celebración en unidades militares del 31 de marzo, día del golpe. Además, pretendía borrar la memoria colectiva sobre los asesinatos y las desapariciones ocurridos en los años de plomo. Para ello ha intentado "desmontar y destruir" toda los organismos encargados de mantener la memoria de lo ocurrido, expresa el nuevo ministro de Derechos Humanos, el filósofo afrodescendiente Silvio Almeida.
Una de las primeras medidas para recuperar el tiempo perdido, ha anunciado Almeida, será reactivar la secretaría a cargo de reparar económicamente a las víctimas de prisiones y torturas durante la dictadura.
"He recibido un ministerio arrasado" por su anterior titular, Damares Alves, denuncia Almeida, que en su discurso ha llamado "hermanos" a los ministros de Justicia , Flavio Dino, y a la flamante titular de Igualdad Racial, Anielle Franco, hermana de la concejala asesinada, Marielle Franco.
Responsable por el desguace de derechos humanos la exministra Damares Alves pertenece al círculo próximo de Bolsonaro y su esposa, Michelle Bolsonaro. La pastora relacionada con las millonarias sectas evangélicas sionistas de Estados Unidos, Alves, usó púlpitos religiosos para denostar la vacuna del coronavirus y atacar el derecho al aborto de niñas violadas.
Ovación
El discurso de cuarenta minutos pronunciado por Almeida tuvo citas o referencias al líder norteamericano asesinado Martin Luther King y a Luis Gama, un abogado negro que logró liberar de la esclavitud a cientos de personas en el siglo XIX.
Las palabras de Almeida, pronunciadas el martes, han recibido una gran ovación durante las tomas de posesión de los funcionarios del nuevo gobierno. En el momento más aplaudido, cuando algunos de los asistentes llegaron a las lágrimas, Almeida ha expresado, "trabajadoras y trabajadores de Brasil ustedes existen y son valiosos para nosotros. Mujeres de Brasil ustedes existen y son valiosas para nosotros. Hombres y mujeres negros y negras ustedes existen y son valiosos para nosotros. Pueblos indígenas de este país ustedes existen y son valiosos para nosotros".
Almeida ha denunciado el "racismo estructural" que ha sobrevivido desde la colonia y dijo que no se puede dar la espalda a la exclusión si se quiere "reconstruir" la democracia. Además, elogia el "compromiso del presidente Lula" que en su gabinete dio testimonio de respeto a la diversidad, designando cinco ministros afrodescendientes y 11 ministras mujeres, los números más altos de la historia del país. A lo que se suma la primera ministra indígena, Sonia Guajajara.
Levantar secretos
Bolsonaro comandó un gobierno dominado por generales que contaron con el apoyo de unos seis mil militares enquistados en ministerios, autarquías y empresas públicas. Junto a la militarización del Estado, las políticas autoritarias del bolsonarismo obstruyeron el trabajo de la prensa, incluso con intimidaciones, violaron la ley de acceso a la información y lo más grave: promulgaron decretos para mantener en secreto datos sensibles durante cien años.
Se trata de informaciones sobre presuntas maniobras en el Ministerio de Salud y actividades de los hijos del mandatario en el Palacio del Planalto donde todo indica que fue montando una estructura ilegal para divulgar fake news y campañas de intimidación contra opositores.
Nombrado por Lula, el nuevo titular de la Controladuría General de la Unión, el ministro Vinicius Carvalho, ha anunciado que en los próximos 30 días decidirá qué "sigilos" serán eliminados. Durante el bolsonarismo "hubo un uso indiscriminado de los sigilos con el pretexto de garantizar la seguridad nacional. No hay democracia ni soberanía sin un Estado transparente", plantea Carvalho.
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