Este artículo se publicó hace 13 años.
Los líderes rebeldes libios cantan victoria en Misurata
Gadafi repliega su Ejército y encarga la contenida a las tribus wefella
Los rebeldes libios cantan victoria en Misurata, ciudad asediada desde hace dos meses por las fuerzas de Muamar Gadafi. "Misurata es libre, los rebeldes han ganado. De los hombres del dictador, algunos están muertos y otros están huyendo", afirmó a la agencia Reuters el portavoz insurrecto Gemal Salem. La información no ha sido confirmada por fuentes independientes, aunque el régimen anunció que sus tropas iban a retirarse de Misurata y que encargó a las tribus de la zona, los werfella, leales a Gadafi, acabar con la contienda negociando o por la fuerza.
Este sábado, los rebeldes capturaron a varios soldados de Gadafi, quienes aseguraron que el Ejército había recibido órdenes de retirarse de Misurata. "Nos ordenaron retirarnos. Nos dijeron que nos retirásemos hoy", afirmó Jaled Dorman. Tendido en la parte trasera de una camioneta, era uno de los 12 hombres del Gobierno heridos llevados a un hospital de la ciudad para recibir atención médica. Otro soldado, consultado sobre si el Gobierno había perdido el control de Misurata, dijo: "Sí". A unos 200 kilómetros de Trípoli, la capital, Misurata sería entonces la única ciudad del oeste del país magrebí bajo control rebelde. La batalla ya costó la vida a al menos un centenar de personas y la población civil lleva varios días sin apenas agua ni pan.
En Trípoli, el viceministro de Asuntos Exteriores libio, Jaled Kaim, explicó que el Ejército no era capaz de luchar contra los rebeldes por culpa de los bombardeos de la OTAN. "La táctica del Ejército libio es una solución quirúrgica, pero con los ataques aéreos eso no funciona. Si el Ejército no puede resolver el problema a causa de los bombardeos, entonces la población de la región entrará", dijo con un tono amenazante.
Bombardeos en TrípoliHoras antes del anuncio, bombas de la OTAN alcanzaron lo que parecía ser un búnker cerca de Bab al Azizia, el complejo de Gadafi en el centro de Trípoli. El Gobierno dijo que el objetivo fue un aparcamiento y que tres personas murieron en el ataque. La Alianza Atlántica prometió no detener los bombardeos hasta que Gadafi abandone el
poder, pero la campaña aérea de más de un mes no ha logrado inclinar hasta ahora la balanza a favor de los rebeldes.
La nueva táctica del régimen consiste en dejar a las tribus locales, leales al déspota, controlar la zona. "La situación en Misurata será gestionada por las tribus y el resto de la gente y no por el Ejército libio", dijo Kaim. "Verán que serán potentes, veloces y rápidos y que el Ejército libio saldrá de esta situación, porque el pueblo libio alrededor de Misurata no puede aguantar más", aseguró.
Los analistas apuntan que esta estrategia consiste enreunir a más civiles y utilizarlos como escudos humanos para que la OTAN deje de bombardear. Para la Alianza, este cambio demuestra que está "teniendo éxito" y que Gadafi "está dispersando a sus fuerzas y escondiéndolas", según el oficial Mike Rafferty, jefe de Estrategia en el Cuartel General de la OTAN en Esmirna (Turquía).
La Cruz Roja insiste en que la situación humanitaria es catastrófica en Misurata, donde apenas hay medicamentos en los hospitales. Un buque fletado por la Organización Internacional de las Migraciones llegó este sábado a la ciudad portuaria con 160 toneladas de ayuda humanitaria (comida, material médico, tiendas de campaña...) y debía zarpar hacia Bengasi por la tarde con unos mil refugiados extranjeros a bordo. Más de 3.000 personas, de 21 nacionalidades, ya abandonaron la ciudad.
Este sábado, los combates seguían. Un responsable del hospital de Misurata informó de la llegada de al menos diez cadáveres y decenas de heridos al centro hospitalario, desbordado por la falta de medios y profesionales.
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