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Líderes italianos Salvini y Francisco, los líderes más amados de Italia

Son los más queridos, pero ambos personajes políticos se encuentran en las antípodas. Tanto en el contenido, como en la forma. El líder de la Liga juega a dividir a los católicos apropiándose de la simbología cristiana en una disyuntiva "Salvini-Francisco". El cómo afrontar el fenómeno migratorio es un claro ejemplo de ello.

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El papa Francisco y Matteo Salvini. REUTERS

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Dos estilos radicalmente opuestos. Uno es la viva imagen del inconformismo político, del pensamiento antiglobalización, del soberanismo, de la crítica a la Unión Europea, del antiestablishment. El otro, emblema de ternura, bondad, comprensión y tolerancia frente a quien es distinto y pobre; donde la principal crítica es a la "globalización de la indiferencia". Cada uno responde a problemas distintos, con soluciones distintas. Procedentes de dos ámbitos separados, política y religión, hay un punto en el que chocan. Y, al parecer, los destinatarios de sus mensajes son incompatibles.

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Matteo Salvini y Jorge Mario Bergoglio son los líderes más amados de Italia. Un reciente sondeo encargado por el periódico transalpino La Reppublica asegura que la opinión pública del país con forma de bota considera que el jefe de la Liga y el obispo de Roma son los "mejores" líderes en la actualidad. Otro dato importante tiene que ver, concretamente, con la figura del capitán leguista; ya que según el sondeo publicado "la mitad de las tendencias políticas giran en torno a Salvini. A favor y en contra", explica La Repubblica.

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En la encuesta realizada por la entidad Demos para la conocida cabecera reformista italiana, con el objetivo de conocer a "los mejores y peores" políticos del año recién concluido; para el 21% de los entrevistados Salvini es el mejor líder. En segunda posición se encuentra el Papa Francisco, el preferido para el 8% de los encuestados. "La mitad" de las opiniones, según La Repubblica, "giran en torno a Salvini" porque hay que sumar el 34% de aquellos que lo consideran el peor líder.

Según un sondeo del diario La Reppublica, la opinión pública italiana considera que Salvini y el papa Francisco son los "mejores" líderes en la actualidad

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En sus páginas, La Repubblica explica: "El Papa Francisco hace tiempo que es criticado por Matteo Salvini", en cuanto defensor de la causa migratoria. "Por esta razón, el Santo Padre tiene unos bajos consensos entre los electores de la Liga de Salvini y los de Hermanos de Italia de Giorgia Meloni", apunta la cabecera transalpina en relación a ambos partidos soberanistas. Atendiendo a la primera media de sondeos de 2020, si hoy mismo hubiera elecciones generales anticipadas lograrían, respectivamente, el 31,2% y el 10,6% de los votos.

Está claro que el Santo Padre y el líder leguista están en las antípodas. El primero hace uso del poder de su cargo para lanzar mensajes de esperanza y reconciliación a los católicos y al resto del mundo; mientras que el segundo utiliza la simbología cristiana como herramienta de propaganda política, protagonizando mítines políticos con evangelios, rosarios o belenes en mano.

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Más allá de ciertos estereotipos, a priori política y religión no tendrían que entrar en conflicto. ¿Por qué hoy sí? El Papa Francisco, en principio, podría estar revolucionando el mundo católico a la vez que, en paralelo, Salvini podría hacer lo propio dentro del soberanismo italiano y europeo. Entonces: ¿Cuál es el punto de fricción entre ambos? La respuesta está en el fenómeno migratorio.

Jorge Mario Bergoglio no sólo es un elemento reformista dentro de la Iglesia Católica, sino un mensaje de acogida hacia el diferente. Lo cual se traduce, por parte del Santo Padre, en una apuesta por la defensa de la vida humana de los migrantes en el Mediterráneo Central. Fue así desde el principio para el Papa Francisco, de hecho su primer viaje como pontífice fue precisamente en 2013 a la isla italiana de Lampedusa. Entonces Salvini arrancaba su liderazgo en la Liga y faltaban cinco años para que entrara en el poder.

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Salvini no empleó elementos católicos antes de conquistar el poder, sino después

Todo cambió a partir de junio de 2018, cuando el líder leguista se estrenó en el Gobierno como titular de Interior. Desde ese momento, Matteo Salvini utilizó su sillón de ministro como herramienta de campaña permanente a favor de sí mismo. Así pues, Salvini llevó la Liga del 17% al 31% en seis meses. ¿Cómo? Entre otras cosas, haciendo hincapié en su política anti migratoria. Ahí empezó el juego propagandístico del jefe leguista coqueteando con la simbología cristiana.

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Salvini no empleó elementos católicos antes de conquistar el poder, sino después. Una vez logrado el tercio del electorado –que conserva en la actualidad–, el uso de Salvini de los símbolos cristianos ha favorecido la disyuntiva "Salvini-Francisco". La conclusión ímplicita, así pues, es que hay dos "formas" de ser cristiano: apostando por el Papa o por Salvini. La idea que se tengan de la política, del soberanismo y de las migraciones está determinando la respuesta de cada italiano. El apoyo a ambos personajes no es conciliable. Esto demuestra por qué, de forma velada, pero a menudo más que evidente, los dos líderes aluden constantemente al mensaje político del otro. Por supuesto a modo de crítica.

El día de fin de año, el Santo Padre dio un manotazo a una feligresa que lo había cogido bruscamente de la mano

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La contraposición entre ambas figuras políticas ha vuelto a cobrar vida en los últimos días tras una anécdota vinculada al Papa Francisco. El día de fin de año, el Santo Padre dio un manotazo, a modo de reprimenda, a una feligresa que lo había cogido bruscamente de la mano en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. En las imágenes, que han terminado dado la vuelta al mundo, se ve como el obispo de Roma, sorprendido y molesto por el tirón, le dio dos breves manotazos a las manos de la responsable. En el Ángelus de Año Nuevo, al día siguiente, el Papa Francisco hizo hincapié en su "falta de paciencia" y pidió perdón por lo ocurrido.

Aprovechando la ocasión, Salvini ha publicado una parodia de los manotazos del Papa Francisco, donde se ve la misma escena, pero donde al final él termina acariciando a su actual pareja. Tras recibir algunas críticas por el gesto, como las que le hizo el líder socialista del Partido Democrático (PD), Nicola Zingaretti; el jefe leguista ha respondido quitándole leña al fuego: "Que aburrida es la gente de izquierda. ¡Echaros unas risas! Empecemos el 2020 con una caricia y con alegría, no con caras largas".

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