El liberal que agita el espectro de la crisis
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Líder de un partido que no ha ocupado la jefatura del Gobierno desde hace casi un siglo, Mark Rutte, de 43 años, ha atizado la amenaza de una severa crisis económica durante dos años hasta conseguir que en Holanda, uno de los países que mejor ha resistido la recesión, los votantes asuman como imprescindibles grandes medidas de recorte del gasto. Una proeza en un país que apenas supera el 4% de tasa de desempleo.
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Rutte, antiguo directivo de la multinacional anglo-holandesa Unilever, consorcio de empresas de alimentos y productos de cuidado personal, se ha presentado como el garante de que Holanda no se verá contagiada por los problemas de Grecia, unas dificultades que han sido utilizadas por los mercados internacionales para señalar los problemas de otras economías, como la portuguesa y española.
"No esquivaremos las medidas duras, porque seguir como hasta ahora no es una opción", ha asegurado. El líder de los liberales desde el año 2006 promete un recorte del gasto público de 20.000 millones de euros hasta 2015 sin subir ni un solo impuesto.
Su partido cree que, facilitando el libre mercado y adelgazando el Estado potenciará el crecimiento y el empleo, y por eso pretende paralizar las inversiones y reformar las prestaciones sociales para reducir los subsidios por desempleo y retrasar la edad de la jubilación.
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Austero, serio y con un aspecto que transmite calma y seguridad, Rutte ha eclipsado a Geert Wilders, que hace unos meses era el político estrella tras un gran triunfo en las ciudades donde su partido xenófobo se presentó a los comicios locales. Presidido por Rutte, el Gobierno de Holanda dejará de ser la "máquina de la felicidad que protege a los ciudadanos de todos los riesgos".