El expresidente estadounidense Donald Trump ha declarado este lunes como testigo clave en el juicio por fraude contra su empresa. Trump ha explotado durante su declaración al considerar que el juez había fallado en su contra el cargo de fraude, de manera sumaria, “antes de saber nada” sobre él y sus negocios.

Durante el juicio se vivieron momentos muy tensos entre el expresidente y el juez Arthur Engoron, que desde el inicio de la sesión recriminó a Trump que diese “discursos” en lugar de respuestas concisas a la Fiscalía, lo que generó a su vez quejas por parte del acusado y su defensa.

En este caso la Fiscalía reclama una multa de 250 millones de dólares (233 millones de euros) por fraude fiscal contra la Organización Trump y obligaría al exmandatario a liquidar sus sociedades, lo que le supondría unas pérdidas de un tercio de su fortuna.

“Este es un juicio muy injusto”, espetó Trump, que progresivamente fue respondiendo en tono más airado, tras un duro intercambio entre el juez Engoron y el abogado defensor Christopher Kise, solo una hora después de empezar el testimonio y antes de la primera pausa.

“Usted falló contra mí, dijo que era un fraude antes de saber nada de mí”, acusó el expresidente al juez, tras lo que sostuvo que “el fraude lo ha cometido el tribunal” porque “no valoró las propiedades correctamente”. Además, el republicano se vanaglorió de haber hecho “un buen trabajo” como presidente de EEUU.

La tensión fue en aumento hasta el punto de que el magistrado tuvo que advertir a los abogados de Trump de que controlasen a su cliente o tendría que hacerlo él, expulsándolo del estrado o sacando “conclusiones negativas” de lo sucedido.

Reconoce que miraba las declaraciones financieras

Ante las preguntas del fiscal Kevin Wallace, Trump ha reconocido que “miraba” y hacía “sugerencias” sobre los documentos de condición financiera, en los que se basa el caso y que supuestamente inflaban el valor de los activos para que la empresa obtuviera ventajas con bancos y aseguradoras.

El acusado insistió en que las valoraciones de sus edificios eran incluso más bajas de lo que realmente debían ser y apostilló: “Los bancos venían a mí, querían hacer tratos conmigo”, “todos recuperaron todo su dinero al completo y ahora usted asume que las declaraciones son engañosas”.

El fiscal presentó documentos que mostraban valoraciones millonarias, como un edificio apodado Niketown en Manhattan, de cerca de 350 millones de dólares, o una torre en Wall Street de 550 millones, que el implicado describió como “una cifra muy baja”.

Trump sostuvo que los documentos, que están fechados hace una década, son “de hace tanto tiempo que están fuera del estatuto de limitaciones”-vital para que puedan ser admitidos como pruebas- y vaticinó que “el juez fallará en mi contra, porque siempre lo hace”.

El exmandatario también arremetió contra la fiscal Letitia James, sentada en primera fila del público y que ha recibido numerosos ataques, igual que el juez, a través de las redes sociales y la campaña del republicano para las próximas elecciones