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La joven iraní Armita Garavand, cerca de la muerte cerebral por una agresión de la Policía en Teherán, según testigos

Amnistía Internacional asegura que el vídeo proporcionado por las autoridades iraníes en el que atribuyen la muerte a "un golpe en la cabeza por una bajada de tensión" ha sido manipulado.

the first death anniversary of Mahsa Amini and protested against the Iranian Islamic regime in Toronto, Ontario, Canada on September 16, 2023
Imagen de archivo de la marcha por el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini y contra el régimen islámico iraní en Toronto, Ontario, Canadá, el 16 de septiembre de 2023. NurPhoto / AFP

Una joven iraní de 16 años llamada Armita Garavand se encuentra ingresada desde principios de mes con un pronóstico muy grave próximo a la muerte cerebral tras sufrir una agresión por parte de la Policía por no llevar el velo islámico en el metro de Teherán.

Así lo ha confirmado un testigo presencial a The Guardian, según el cual una responsable del cumplimiento del uso obligatorio del hiyab le recriminó a Armita que no lo llevara puesto, lo que dio origen a una discusión que derivó en una violenta agresión a la joven.

"La mujer, ataviada con un chador, le preguntó [a Armita] a gritos por qué no llevaba la cabeza cubierta", relata el testimonio, a lo que la joven respondió: "¿Te pido que te quites el pañuelo? ¿Por qué me pides que me ponga uno?".

Fue entonces cuando se desató la violenta agresión por parte de la conocida como Policía de la Moral. "La encargada del cumplimiento del uso del hiyab comenzó a golpear físicamente a Armita llegando a empujarla de forma violenta". 

Una agresión que, según han adelantado las agencias IRNA y Tasnim, han llevado a Armita Garavand a un estado de salud muy grave próximo a la "muerte cerebral", pese a "los esfuerzos del personal médico".

Por su parte, la agencia oficial IRNA ha negado los hechos y ha asegurado en repetidas ocasiones que "la joven se desmayó a causa de una bajada de tensión", lo que le provocó "una caída en la que se golpeó la cabeza con el suelo".

Imágenes de seguridad difundidas por IRNA muestran como Garavand y dos amigas entran en unos de los vagones del metro de la capital y a continuación dos de ellas salen cargando a la tercera.

AI denuncia que el vídeo difundido por IRNA ha sido manipulado

Amnistía Internacional (AI), sin embargo, afirma que el vídeo ha sido manipulado con la aceleración de fotogramas en cuatro secciones y hay lapsos de más de tres minutos en la grabación hecha pública.

Un suceso similar al de Amini

El suceso es similar al de la joven Mahsa Amini, que murió hace poco más de un año tras ser detenida por la llamada Policía de la Moral por no llevar bien puesto el velo islámico, una muerte que las autoridades atribuyeron a causas naturales.

Su muerte provocó fuertes protestas que, durante meses, pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos, la detención de al menos 22.000 personas y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público.

El primer aniversario de la muerte de Amini se conmemoró el 16 de septiembre en medio de una fuerte represión y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad, y solo se produjeron tímidas protestas. Hace tres días, el Parlamento Europeo concedió el Sájarov a la libertad de conciencia a Amini y el movimiento Mujer, Vida y Libertad.

En los últimos meses el Gobierno iraní trata de reimponer el uso del velo, con la presencia de patrullas en las calles, la denegación de servicios y la aprobación de una ley que endurece los castigos por no cubrirse el cabello.

La divulgación de la casi segura muerte cerebral de Armita Garavand coincide con la decisión de un tribunal revolucionario iraní de condenar a las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, que desvelaron el caso de Mahsa Amini, a 13 y 12 años de cárcel respectivamente por cooperación con el Gobierno "hostil" de Estados Unidos, y otros dos delitos.

Esta información ha sido modificada incorporando el testimonio –recogido por The Guardian– de uno de los testigos presentes en el vagón en el que Armita Garavand fue violentamente agredida después de que una agente le recriminara que no llevara puesto el hiyab.

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