Javier Milei echa del ejército a 23 generales por simpatizar con el Gobierno anterior
El presidente argentino busca allanar su camino hacia los recortes y la privatización mientras elimina del poder a cualquiera mínimamente contrario a sus ideas ultraderechistas.
Raúl Kollmann (Página 12)
-Actualizado a
En el Ejército de Argentina, del que 23 generales fueron expulsados durante este fin de semana, tienen una frase asombrosa para interpretar la purga: "Han echado a los colaboracionistas". Esta es una referencia a generales que se llevaron bien con el Gobierno de la coalición Frente de Todos (FdT), liderada por el expresidente Alberto Fernández y que ha sido rebautizada como Unión por la Patria.
Ese vínculo se estableció, sobre todo, durante la pandemia del covid-19, cuando el Ejército argentino intervino en la provisión de vacunas, alimentos e incluso montó algunas cocinas de campaña. Debe recordarse que horas antes de las elecciones en las que el ultraderechista Javier Milei ha salido electo este 2023, su hermana (Karina Milei) pidió que la Armada y la Fuerza Aérea controlasen las urnas, lo que hizo crecer la desconfianza hacia el Ejército en el país.
Se ve que Karina Milei no sabía que ya participaban en el operativo de custodia de urnas, pero amagó con echarle la culpa a los militares del fraude que del que la población argentina comenzó a quejarse al conocer los resultados de la votación.
El cambio en el Ejército respeta, además, una segunda prioridad de los ultraderechistas: la relación con EEUU. Finalmente, en las Fuerzas Armadas queda la sensación de que se buscó imponer a jefes jóvenes, sin mucha doctrina, más dóciles ante un eventual terremoto como podría ser el cierre del Congreso o la venta y privatización de bienes públicos.
Un ejemplo del que se habla mucho en el ambiente de los que apoyan a Milei es la conversión de la base naval de Mar del Plata en un puerto orientado a la actividad petrolera.
El recambio de más envergadura es el que se produjo en el Ejército. Las renovaciones han sido casi totales tras la designación del nuevo general, Alberto Presti. Esto ha significado el retiro de los generales de mayor antigüedad, 23 en total.
Las interpretaciones varían
Los despedidos sostienen que la purga se debe a su relación normal con el gobierno de Alberto Fernández y con el exministro de Defensa, Jorge Taiana. Afirman que se renueva la plantilla con generales más jóvenes y que apoyan a Juntos por el Cambio de forma pública.
Además, la condición indispensable que los jefes del Ejército deben cumplir es la hermandad con EEUU, algo que es ya casi una norma entre las milicias argentinas.
A todo esto se suma la cercanía con el macrismo. Presti viene de la IV Brigada de Córdoba, donde soldados bajo su mando cocinaron en un acto partidario organizado por el entonces opositor Luis Juez. Presti tiene además un hermano, Daniel, que milita en Juntos por el Cambio desde hace años y su padre, Roque, fue acusado por delitos de lesa humanidad.
La cabeza de las Fuerzas Armadas
Todo apuntaba a que la jefatura del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas iba a recaer en un hombre del Ejército. El cargo es rotativo, pero es un secreto a voces que la Armada sufre todavía los tremendos efectos del hundimiento del submarino ARA San Juan, en 2017, y eso ha impedido el surgimiento de nuevos líderes no manchados por aquel desastre.
Por lo tanto, el nuevo jefe será el general Xavier Julián Isaac, de la Fuerza Aérea. Entre los militares se han puesto en común varios elementos que sustentaron esa decisión:
El Ejército de Aire, en especial Isaac, se pronunciaron para que Argentina comprase aviones estadounidenses, y no chinos. Esto significa un claro apoyo a EEUU.
La Fuerza Aérea protagonizó el rescate de ciudadanos argentino-israelíes después del empeoramiento de la guerra entre Israel y Hamás, el 7 de octubre de 2023. Esta operación fue bien vista por EEUU y encaja con la política de Javier Milei.
Isaac fue agregado militar en Washington, mientras que el hasta ahora jefe del Ejército de Aire, Fernando Mengo, estuvo destinado en Londres, capital por la que el presidente guarda rechazo.
Las peores medidas de Milei
Quienes tienen una visión más global de los cambios en las Fuerzas Armadas coinciden en que la transformación central de Milei y su ministro Luis Petri está en el Ejército.
Nadie evaluaría a los jefes desplazados con el calificativo de progresistas o socialistas, pero que hayan tenido una relación normal con el gobierno anterior parece haberlos sacado de la cancha. Todo indica que se buscan ahora jefes más jóvenes y más dóciles para llevar a cabo algunas de las peores medidas del Gobierno:
Milei pide al Congreso la aprobación de una Ley Ómnibus que amenaza los derechos de los argentinos y destaca por sus privatizaciones.
El Gobierno de Milei ha anunciado la posible creación de un puerto petrolero en una base naval y la construcción de otros proyectos privados en localizaciones utilizadas por el Ejército.
La mayoría de nuevos oficiales y suboficiales serán votantes de Milei.
El sentido general de estos cambios es alinear, aún más, a las Fuerzas Armadas con con la ultraderecha y los líderes del Gobierno actual y el ámbito privado en Argentina: grandes empresarios y, por supuesto, Washington y el Pentágono.
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