Este artículo se publicó hace 16 años.
Israel se va de Gaza y promete volver
Eugenio García Gascón
Apenas unas horas después de la retirada de los tanques israelíes de Yabaliya la pasada madrugada, los operarios palestinos se esforzaban por restablecer los servicios de electricidad, telefonía y agua.
Durante los cinco días de la operación Invierno Cálido, los tanques y la aviación han destruido decenas de viviendas y comercios en las principales calles de Yabaliya. Los soldados, que ordenaron a muchas familias que abandonaran sus casas, se llevaron consigo joyas y dinero.
Después de 117 palestinos muertos, más de la mitad de ellos civiles, y de tres israelíes, incluidos dos soldados, el dirigente de Hamás, Mahmud al-Zahar, proclamó la "victoria" sobre Israel y calificó de "cobarde" la evacuación de las tropas.
Sin embargo, los dirigentes israelíes se han limitado a dar por concluida sólo una operación puntual pero advierten que continuarán combatiendo a las milicias aunque se tengan que llevar por delante a todos los civiles que haga falta. Es, por tanto, una retirada táctica y no estratégica.
Así lo han dado a entender varios políticos en los últimos días, a los que ayer se sumó el viceprimer ministro Haim Ramon. El propio primer ministro, Ehud Olmert, manifestó que los ataques contra Hamás continuarán. "No vamos a mostrar tolerancia y punto. Vamos a responder", amenazó Olmert. Israel no puede permitir que Hamás respire puesto que ha declarado abiertamente que no dejará que la franja de Gaza prospere.
Zahhar anunció que Hamas compensará económicamente a las familias que durante estos cinco días han perdido sus viviendas para hacer que "las casas y los comercios nuevos sean mejores que los que ha destruido Israel", una actitud que copia el comportamiento del Hizbolá libanés.
El primer ministro, Salam Fayyad, ha denunciado que lo ocurrido en Gaza "carece de precedentes desde la guerra de 1967", pero nada indica que la operación no se vuelva a repetir en un futuro próximo.
Las milicias de Hamás continuaron disparando cohetes Qasam y Grad contra Israel. A lo largo del día se registraron una quincena de impactos. La resistencia de Hamás se mantiene, aunque sea bajo la amenaza de una operación todavía más destructiva que la del Invierno Cálido.
Cualquier incidente, como la muerte de un israelí, puede desencadenar un castigo muy severo, no sólo para Hamás sino para todos los civiles de Gaza, un millón y medio de personas. Y con toda seguridad, esto es algo que volverá a ocurrir.
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