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Sólo Internet difunde el drama

Las redes sociales ayudan a ubicar a gente atrapada y envían imágenes únicas

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"Necesita ser rescatada. Por favor, vayan a ayudarla. Está atrapada en su casa derrumbada: Jillian Thorpe, Calle Charles Perrault 36, Morne Hercule, Petionville". Un mensaje en una botella lanzado al ciberespacio por ‘karenashmore' a las 4.57 horas de la madrugada solicitaba auxilio para una persona atrapada bajo los escombros de un edificio en Haití.

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La red social Twitter estaba en marcha para informar, analizar y recaudar fondos para las víctimas del peor seísmo que sufrían los haitianos en dos siglos.

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Este servicio de microblogging se ha convertido en una herramienta de trabajo casi imprescindible para los periodistas. En caso de catástrofes naturales como esta, permite saber casi en tiempo real cómo están viviendo los propios haitianos la situación. ‘Troylivesay' desde, Puerto Príncipe, la capital, hablaba de las réplicas del terremoto durante toda la noche y de "las pilas de cadáveres" que se estaban retirando.

Los familiares que no conseguían contactar con los suyos también vieron en Twitter una puerta a la esperanza. Es el caso de ‘Sharilackman1', que abrió este miércoles una cuenta a los pocos minutos de la catástrofe para solicitar información de algún tipo sobre su madre. "El terremoto en Haití. En Petionville nuestra madre Rachel Friedman está allí. Si alguien la conoce, por favor, póngase en contacto con nosotros para saber que está bien". A las 18.00 horas en España aún no tenía respuesta.

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Mientras tanto, personajes famosos como el músico Wycleaf Jean, de origen haitiano, empezaron a recaudar fondos a través de su proyecto Yele, gracias a la difusión de Twitter.

Pero la Red no se quedó en los mensajes de texto. Las fotografías de Daniel Morel, colaborador de la agencia AFP, colgadas en Twitpic, coparon las páginas web de información. La BBC británica emitía las primeras imágenes grabadas después del seísmo gracias a un vídeo colgado en Youtube. Facebook, a su vez, daba a luz nuevos grupos de apoyo a Haití. El más importante de ellos, Earthquake Haiti, tuvo más de 30.000 miembros en menos de 24 horas.

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Seísmos como el de hoy son sólo una muestra de lo importante de las redes sociales para el mundo de la información.

El pasado verano, tras la fraudulenta reelección de Mahmud Ahmadineyad como presidente de Irán, el régimen aumentó la represión en las calles. Las imágenes de la muerte de la joven Neda dieron la vuelta al mundo y el Gobierno prohibió a los medios extranjeros informar desde la calle.

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Los opositores reformistas convirtieron a Twitter y Youtube en sus dos únicos canales de comunicación con el exterior. Sin saberlo, estaban promoviendo una revolución que tuvo sus antecedentes en los bloggers que desafiaron a la Junta Militar birmana durante la represión contra los monjes budistas en 2007,  o los testimonios que llegaban desde Pakistán ese mismo año durante las revueltas contra el general Pervez Musharraf.

Y lo mismo pasó con el golpe de Estado en Honduras, el terremoto en los Abruzzos en Italia o el ascenso de Barack Obama en Estados Unidos.

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