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Independencia Escocia Las elecciones al Parlamento escocés ponen a prueba el sentimiento independentista

Las últimas encuestas predicen que el conjunto de partidos independentistas apenas cruzará el 50% del voto. El brexit, al que Escocia renunció en el referéndum de 2016, se sitúa en el centro del resurgimiento del sentimiento independentista.

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La primera ministra escocesa y líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) en un acto de campaña en Perth. — Russell Cheyne / Reuters

LONDRES,

Iona Fyfe creció en Aberdeenshire, al norte del norte de Escocia y, a sus 23 años, puede vivir de la música como cantante de folk.

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La artista creció en una familia nacionalista (proindependencia) en una zona rural, se mudó a Glasgow para estudiar al acabar el instituto y se declara independentista desde pequeña.

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"Soy nacionalista desde pequeña. Para mí es una cuestión de autodeterminación, de poder vivir en un país que es justo e igualitario y no está gobernado por otros," explicó en una conversación por teléfono con Público, en la que confirmó ser miembro del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).

Los escoceses tienen una cita con las urnas el próximo 6 de mayo, en unas elecciones que se anticipan como baremo de su posición con respecto a la independencia tras años tumultuosos por la pandemia y un brexit cuyos efectos empiezan a ser tangibles.

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Fyfe: "¡Al final nos han sacado de la UE sin haber votado por ello!"

"Soy música y gran parte de mi renta la percibo a través de mis tours por Europa. De cara al referéndum de 2014, nos dijeron que si votábamos a favor de la independencia no podríamos volver a formar parte de la Unión Europea (UE), ¡pero al final nos han sacado de la UE sin haber votado por ello!", declaró la cantante.

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Para los seguidores de Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia y líder del SNP, pesan más la salida del Reino Unido de la UE y los últimos 14 meses de políticas de salud pública que cualquier decisión que el SNP haya tomado desde que entró al gobierno en 2007.

Escocia fue la región del Reino Unido con mayor oposición a la salida de la UE, con el 62% de los votos a favor de la permanencia.

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Una de las cuatro naciones que conforman el Reino Unido, también votó en contra de la independencia en 2014 con el 55,3% de los votos, en un referéndum con una participación del 84,6%. Sin embargo, ya antes del referéndum del brexit en 2016, el SNP advirtió de que "la salida de Escocia de la UE en contra de los deseos de los escoceses justificaría un segundo referéndum de independencia."

Como consecuencia, el que se anunciaba como un "referéndum generacional" desde Westminster ha resultado no serlo: para personas como Iona Fyfe, el brexit ha insuflado oxígeno al movimiento independentista. A juicio de la cantante, "el hecho de que Escocia no votara a favor del brexit y que a pesar de ello nos hayan sacado de la UE en contra de nuestros deseos desacredita el proceso democrático".

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Con el fuelle proporcionado por la salida de la UE y un manejo de la pandemia que se ha considerado más proactivo y decisivo que el que se ha impuesto desde Londres, el impulso a favor de la independencia llevó a Sturgeon a presentar una propuesta de ley para un nuevo referéndum el pasado marzo.

Sin embargo, en la última semana la ministra principal ha intentado distanciar su campaña política del movimiento independentista, volviendo a poner su manejo de la pandemia como el principal argumento sobre el que los escoceses deberían reflexionar antes de dirigirse a las urnas.

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Pamela Nash, consejera delegada de Escocia en la Unión, un grupo de presión antindependentista, considera que la respuesta a la pandemia se está utilizando como moneda de cambio con el electorado.

Nash: "El futuro de Escocia no debería virar sobre el trabajo de un político o un gobierno"

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Nash indicó: "Con independencia de lo que se opine sobre Boris Johnson o Nicola Sturgeon, o su manejo de esta crisis, el futuro de Escocia no debería virar sobre el trabajo de un político o un gobierno: se trata de decidir lo que es mejor para el país".

Imagen de archivo de cientos de manifestantes independentistas escoceses, tras tomar impulso el sentimiento separatista por el brexit, en Glasgow en enero de 2020. — Russell Cheyne / Reuters

Los datos macroeconómicos no acompañan al argumento de los independentistas

Un estudio publicado por la London School of Economics estima que una Escocia independiente costaría entre el 6,3% y el 8,7% en renta per cápita en los próximos 15 años.

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Según Struan Stevenson, consejero delegado de Scottish Business UK, grupo de apoyo a empresarios en contra de la independencia, y exparlamentario europeo por el partido conservador, la posición económica de Escocia es incomparable con la que tenía de cara al referéndum de 2014, y la independencia derivaría en grandes subidas de impuestos y pérdidas de empleo.

Además, Stevenson estima que una Escocia independiente se enfrentaría a un déficit del 25%, por encima del 3% requerido por la UE para nuevos miembros.

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"Pero lo que vemos es que incluso en la comunidad empresarial el argumento emocional se superpone al racional; hay un sector muy grande de la sociedad que basa su apoyo a la independencia en sus ideales", comentó el exparlamentario.

Por su parte, Business for Scotland, que representa al sector empresarial a favor de la independencia, considera que la economía escocesa es lo suficientemente robusta como para tolerar un proceso de secesión.

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Para Iona Fyfe, la cantante de folk, la cuestión económica tiene un peso distinto, mucho más personal. "He perdido el 50% de mis ingresos por no poder hacer mis tours en la UE, me encantaría enfrentarme a pérdidas del 6% o el 8%", relató la artista, quien asegura que esta situación mejoraría si pudiera trabajar en la UE incluso teniendo en cuenta el efecto de la pandemia.

Dentro del propio sector independentista, las urnas tendrán mucho que decir acerca de qué tipo de independencia se busca en Escocia.

Los verdes proponen un modelo económico distinto al del SNP, con menor dependencia de las energías no renovables como el gas y el petróleo como fuente de ingresos.

Alex Salmond, mentor de Sturgeon y líder del SNP hasta 2014, se presentará a las elecciones con el partido Alba, una nueva apuesta que amenaza con conseguir hasta 7 de los 129 escaños de Holyrood, el parlamento escocés.

"Nuestra historia, nuestra cultura y nuestro idioma es lo que nos hace lo que somos", declara Fyfe

Más allá de los argumentos económicos, prevalecen también argumentos políticos para muchos de los votantes.

"Nuestra historia, nuestra cultura y nuestro idioma es lo que nos hace lo que somos. No nos hemos despertado un día pensando somos nacionalistas, sino que forma parte de quienes somos como personas", describió la cantante.

"El Gobierno británico dijo al principio de la pandemia que los artistas teníamos que buscar otra carrera; el escocés, en cambio, me ha tratado como un músico real, una artista con un trabajo. Apoyo al SNP porque me tratan como a un ser humano que merece dignidad", concluyó Fyfe.

Cualesquiera que sean los resultados del próximo jueves, es indudable que un sector muy significativo de la población en Escocia no está satisfecho con el modelo de gobierno central en Londres, que tendrá que decidir cómo solventar estas diferencias.

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