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La importancia de las primarias no disputadas

Ni Clinton ni Obama hicieron campaña en Florida y Michigan, dos estados cuyas primarias quedaron invalidadas. Sus delegados podrían ser ahora fundamentales en la elección del candidato demócrata.

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La presión para que se repitan las primarias en Florida y Michigan va en aumento ante el empate técnico entre los "presidenciables" demócratas, pero nadie parece saber quién sufragaría los gastos millonarios de esos posibles comicios.

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El Comité Nacional Demócrata penalizó a ambos estados a no poder enviar delegados a la convención del partido por su decisión de adelantar las elecciones, que se celebraron en enero.

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Los estados cambiaron la fecha en señal de protesta, después de que el partido permitiese que Iowa y Nuevo Hampshire participaran primero, seguidos de Carolina del Sur y Nevada, lo que dio a esos estados una mayor influencia en el proceso de primarias.

La senadora demócrata por Nueva York Hillary Clinton ganó las elecciones en los dos estados, aunque ninguno de los aspirantes demócratas hizo campaña en ellos. El senador demócrata por Illonis Barack Obama incluso retiró su nombre de las papeletas en Michigan.

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Votos necesarios 

El tema quedó inicialmente enterrado, pero ha resucitado ahora, al quedar claro que ni Clinton ni Obama obtendrán los 2.024 delegados necesarios para hacerse con la candidatura presidencial.

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Tanto la gobernadora de Michigan, Jennifer Granholm, como los responsables de la campaña de Clinton en Florida, el equipo de campaña de Obama y los responsables del Partido Demócrata en Florida aseguraron esta semana que considerarían realizar otra contienda.

Expertos como Dan Gerstein, estratega demócrata, destacaron además en declaraciones a la CNN que "Florida y Michigan podrían ayudar a que la balanza se inclinase en una u otra dirección".

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No hay dinero 

Pero el problema es que nadie sabe de dónde sacar el dinero para repetir unas elecciones que podrían costar unos 10 millones o más en Michigan y hasta 25 millones en Florida.

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El presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean, ha dejado claro que el partido no asumirá el costo.

Daniel Smith, profesor de la Universidad de Florida, dijo que el estado tampoco cargará con ese gasto y los demócratas de Florida no tienen el dinero necesario.

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"Yo creo que al final lo que realmente será decisivo será el voto de los superdelegados", pronosticó Smith en referencia al grupo de 796 altos cargos del partido y otros funcionarios que tienen voz y voto en la convención y podrían ser determinantes este año.

En medio de ese tira y afloja no falta quién señale que sea cuál sea la solución, probablemente dejará insatisfecha o furiosa a la mitad del partido, lo que podría perjudicar a los demócratas en las urnas en noviembre próximo.

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En esa dirección apunta Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia.

Un 2008 demócrata 

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El experto asegura en un artículo publicado esta semana en la página web de la BBC que a principios de este año "era imposible encontrar un analista independiente que no proyectase que el 2008 sería un gran año para los demócratas".

Sabato recuerda que tanto la raquítica popularidad del presidente George W. Bush, como la mala marcha de la guerra de Irak y la debilidad económica jugaban a favor de los demócratas.

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"Los demócratas, decíamos todos, tendrían que trabajar muy duro para desaprovechar esta oportunidad", afirma Sabato en su artículo, en referencia al sentimiento generalizado a principios de año. "Pero están intentando por todos los medios hacer justamente eso".

Tanto Sabato como otros expertos coinciden en que el estrecho margen entre los dos "presidenciables" promete avivar los comentarios negativos por parte de ambas campañas y alimentar la así la división en el partido.

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Obama, de hecho, reconoció el miércoles que la campaña negativa de Hillary Clinton contra él "tuvo algún impacto" en la victoria de la senadora en tres de las primarias que se realizaron el martes y sugirió que él podría adoptar también una actitud más agresiva.

Para empezar, ya ha comenzado a cuestionar "cuál es exactamente la experiencia en política exterior que proclama" Clinton, quien insiste en que ella está mejor preparada que su rival para asumir las riendas del poder.

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