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El huracán 'Sandy' causa 16 muertos y anega Nueva York

El huracán destroza la costa este de Estados Unidos: evacuaciones masivas, millones de personas sin luz, carreteras y túneles inundados y sistemas de transporte público cerrados en Boston, Filadelfia, Nueva York y Washington

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Evacuaciones masivas, sistemas de transporte público cerrados en Boston, Filadelfia, Nueva York y Washington, carreteras y túneles inundados. Era todavía difícil evaluar esta mañana la amplitud de los destrozos causados por el huracán Sandy que ayer, lunes (madrugada del martes en España), devastó parte de la costa este de Estados Unidos. Se cuentan de momento 16 muertes, una de ellas en Canadá (83 en total contando con los fallecidos en Cuba y Haití), y miles de millones de dólares en daños materiales. Las dos últimas víctimas mortales se produjeron en Long Island (Nueva York) por caídas de árboles.

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Sandy, el huracán de una generación, la tormenta Frankenstein (Frankestorm), tocó tierra pasadas las ocho de la noche de ayer  (hora local, 1.00 horas en España) en Nueva Jersey, a la altura de Atlantic City, con vientos de más de 100 kilómetros por hora. Los cortes de electricidad dejaron a más de 6,5 millones de personas en la oscuridad, atrapados sus casas, desde Carolina del Norte hasta la frontera con Canadá.

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La tormenta perfecta se sumó a la marea alta de una noche de luna llena. Los dos ríos que rodean Manhattan inundaron parte de las autopistas que circunvalan la isla así como muchas calles de la parte baja de la ciudad y de la zona de Wall Street donde la bolsa cerró todo el día de ayer y debía seguir cerrada hoy. Durante toda la noche Manhattan estuvo cortada del mundo exterior, nadie sabía a ciencia cierta cuando podrían reabrir los túneles.

"Esto parece una ciudad fantasma", decía Jerry Aguirre, desde su piso de Battery Park, una de las zonas más inundadas del downtown, donde en las calles desiertas sólo se oía el tremendo rugir del viento. Traídas por las olas, las aguas del Hudson llegaron incluso a inundar las obras de la zona cero. Las ráfagas del huracán derribaron carteles, dañaron andamios y tumbaron cientos de árboles.

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Unas 600.000 personas se quedaron rápidamente sin luz, debido en parte a cortes provocados por la compañía eléctrica Con Edison, para preservar sus instalaciones de los cortocircuitos de las inundaciones, y en parte debido a una explosión ocurrida en una de sus centrales en la calle 14. El skyline de Manhattan desapareció de pronto en la oscuridad. Los pacientes de uno de los hospitales de NYU (New York University) tuvieron que ser evacuados al fallar el sistema de generadores de emergencia. No se recordaban semejantes inundaciones desde el huracán Gloria de 1985.

Los pacientes de uno de los hospitales de NYU (New York University) tuvieron que ser evacuados al fallar el sistema de generadores de emergencia

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En la calle 57, la grúa del edificio en construcción de la que será la torre residencial más alta y más lujosa de Manhattan se quedó colgando, amenazando con caerse en cualquier momento sobre su vecino, la sala de conciertos de Carnegie Hall. Incluso el guardián de la Estatua de la Libertad, que vive a la sombra del monumento, prefirió dejar la isla para ir a refugiarse en casa de su madre en New Jersey.

En este estado, una de las plantas de la central nuclear más antigua de Estados Unidos, Indian Point, tuvo que ser cerrada por temor a posibles inundaciones. Staten Island, partes de Brooklyn que dan a la bahía, y la península de los Rockaways, al lado del aeropuerto JFK, fueron de las zonas más afectadas por el nivel de la marea. Pese a las órdenes de evacuación muchas personas decidieron quedarse en sus casas en parte porque Irene, el huracán que forzó el cierre masivo de la ciudad hace algo más de un año, no resultó tan tremendo como habían anticipado las autoridades.

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"Vivo aquí desde hace 57 años", decía Joyce Adamiszyn, desde Coney Island, "uno tiene que tomar sus decisiones y esperar que la cosas salgan bien". Lo mismo decía Fred Weiver, en Hartford (Connecticut). "Mi casa es sólida, y aunque se haya inundado el sótano, no corro peligro".

El acalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y el gobernador del estado, Mario Cuomo, pidieron a lo largo de todo el día que la gente se quedara en sus casas como medida de seguridad y para asegurar el tránsito de los bomberos y los equipos de emergencia. Pasadas la una de la madrugada lo peor había pasado pero la lluvia siguió cayendo durante casi toda la noche aunque con menos intensidad. En las calles sonaban las sirenas de las ambulancias. No hubo escenas de pánico y pocos salieron a la calle, incluso antes de que realmente llegara el huracán.

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Sandy trajo imágenes espeluznantes de olas gigantescas y destrozos sin precedentes que se iban difundiendo en los medios sociales. Se esperaba un paisaje dantesco al amanecer. En Atlantic City, los casinos cerraron por cuarta vez en su historia desde que se legalizó el juego en 1978. Las calles de la ciudad estaban casi enteramente cubierta por el mar. En total se cancelaron más de 13.000 vuelos en los estados más afectados, se esperaba que los aeropuertos fueran a reabrir hoy poco a poco.

Nueva York debería retomar la normalidad, aunque muchas oficinas, públicas y privadas permanecerán cerradas, así como las escuelas y la sede de la ONU. Las autoridades no habían dicho todavía cuando reabrirán metros y carreteras. En los suburbios y en las afueras se espera que la situación no se normalice hasta dentro de al menos una semana debido a la cantidad de árboles que han caído sobre el tendido eléctrico.

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