Este artículo se publicó hace 3 años.
Hambruna, éxodo y la postura de Turquía, claves de la crisis humanitaria de Afganistán
Los expertos creen que la peor consecuencia de los sucesos en Afganistán, la crisis humanitaria se agravará a partir de ahora. El éxodo de refugiados, la hambruna y la deficiente atención médica afecta a millones de civiles y exige una resuelta intervenci
Eugenio García Gascón
Los acontecimientos de los últimos días, con el ascenso de los talibanes al poder, agravan a la dramática situación humanitaria de los civiles afganos, como han señalado varias organizaciones internacionales que instan a los gobiernos occidentales a intervenir en el país con urgencia y con mayor determinación que hasta ahora.
The International Rescue Committee (IRC) estima que unos 18 millones de afganos, de una población total de 38 millones, incluidas mujeres y niños, precisan ayuda de emergencia, y consideran que el socorro es más urgente debido a la victoria de los talibanes, en un momento en que la cooperación internacional es sumamente complicada.
The International Crisis Group (ICG) identifica los problemas más graves con la violencia, el desplazamiento de la población, la sequía y la pandemia de covid-19, problemas que se han incrementado en los últimos años y que prevé que empeoren con la nueva situación, es decir con la retirada de las tropas occidentales que se completó a finales de agosto.
Tras el colapso del 15 de agosto, cientos de miles de afganos han huido de sus hogares y están buscando refugio en los países vecinos. Una de las rutas de los refugiados atraviesa Irán y Turquía, dirigiéndose a Europa donde se teme que se cree una situación similar a la pasada década se produjo con el éxodo de millones de sirios.
Turquía no va a aceptar dinero europeo para acoger e integrar a los afganos
Dirigentes europeos no quieren que se repita la experiencia y ya han mostrado su interés en desembolsar una ayuda económica importante a Turquía para que este país se quede con los refugiados. Sin embargo, en esta ocasión las autoridades de Ankara han respondido que no van a aceptar dinero europeo para acoger e integrar a los afganos.
El 30 de agosto el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución en la que se instaba a incrementar la asistencia humanitaria con urgencia, aumentando la financiación de proyectos en Afganistán, reduciendo las sanciones y abriendo vías de comunicación con los países de la región, algo que es más necesario desde la retirada occidental.
El ICG señala que para que la ayuda sea eficaz no solo es preciso que los países donantes aumenten sus donaciones sino que adopten una actitud positiva con respecto a las nuevas autoridades, es decir los talibanes, puesto que de otra manera las ayudas difícilmente llegarán a su destino. En este sentido, distintos dirigentes occidentales han indicado su disposición a mantener abierta una vía de diálogo directa con los talibanes de carácter humanitario.
El problema de los desplazados creció durante la primera mitad del 2021, conforme avanzaban los talibanes, aunque este fenómeno es bastante anterior. Se estima que en pocos meses más de 500.000 afganos o bien cruzaron las fronteras vecinas o bien se dirigieron a Kabul considerando que era un lugar más seguro, pero el progreso de los talibanes hizo caer la capital sin oponer resistencia en agosto.
El número de desplazados ha aumentado sustancialmente en las últimas semanas, y aproximadamente el 80 por ciento de ellos son mujeres y niños. La mayoría de los desplazados que se han refugiado en la capital pernoctan en las calles al aire libre y solo una pequeña fracción, unos 120.000, ha sido evacuada por las tropas occidentales antes de abandonar el país.
Paquistán e Irán son los dos países que más refugiados afganos han admitido. Por motivos históricos, en Paquistán, donde hoy hay más de tres millones de refugiados afganos, existe una bolsa afganos que se incrementa con cada crisis. Lo mismo ocurre con Irán, donde hay más de dos millones de afganos. La ONU cree que más de medio millón de refugiados saldrán del país en lo que queda de año, aunque la cifra podría ser superior.
Un informe de la ONU señala que los hospitales ya no tienen capacidad para atender a más enfermos, que los suministros médicos escasean y que las infraestructuras que necesitan los hospitales están dañadas. Además, el suministro de alimentos en muchas partes no basta para hacer frente a las necesidades de la población, de manera que sus precios se han disparado.
A tan dramática situación hay que añadir que la entrada de los talibanes en la capital ha significado el cierre de numerosas empresas. Por su parte, los funcionarios no pueden cobrar sus salarios puesto que Occidente ha congelado las reservas de Afganistán en el extranjero, con lo que el dinero escasea y los bancos no tienen capacidad para atender a los clientes que buscan desesperadamente dinero en efectivo.
Según ICG, en las últimas semanas el coste de las verduras ha aumentado en un 50 por ciento y la gasolina en un 75 por ciento. Dadas las circunstancias, la tendencia es que el alza de los precios no se detenga. Un problema adicional es que el aeropuerto de Kabul, por donde tiene que llegar la asistencia humanitaria, dejó de funcionar con la retirada de EEUU y apenas ha acogido tres vuelos en los últimos días.
Conforme a datos facilitados por la ONU, a principios de 2021, 14 millones de afganos, más del 35 por ciento de la población, no podía costearse los alimentos necesarios, una crisis que en gran parte tiene su origen en las sequías de los últimos tres años y que se espera que se agrave en las actuales circunstancias.
Expertos occidentales consideran que las nuevas autoridades talibanes no están preparadas para hacer frente a una tragedia de tal magnitud, por lo que es preciso una resuelta intervención de la comunidad internacional, lo que significa que las potencias occidentales deberán colaborar de alguna manera con los talibanes.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.