Haití se encuentra sumido en una crisis de combustibles que ha obligado al país a suspender los servicios sanitarios en 50 de sus centros, de los cuales 15 se encuentran en Puerto Príncipe, la capital. En caso de que la situación no mejore, la falta de carburante obligará a que más clínicas y hospitales hagan lo propio.

Si bien es cierto que muchos centros habían advertido de la posibilidad de que se diera el actual escenario, las autoridades no han puesto un remedio a este desabastecimiento, que ha llegado en un contexto de huelga nacional de tres días, de la que este martes se celebra la segunda jornada.

Esta situación no sólo afecta a instalaciones sanitarias, también a empresas e instituciones públicas, puesto que, en su mayoría, emplean generadores eléctricos alimentados por derivados de petróleo.

En las últimas semanas, esta falta de carburante ha ido en aumento, debido a los ataques a los transportistas por parte de las bandas urbanas, hasta llegar a un punto crítico en el que las calles con acceso a los depósitos de combustible que se encuentran cercanos a la capital están bloqueadas. 

Si el primer ministro dimite, habrá carburante

El líder de Federación G-9, una de las principales bandas armadas haitianas, Jimmy Cherizier –también conocido como Barbecue–, ha pedido, a cambio de autorizar la distribución de combustible, que el primer ministro, Arie Henry, dimita.  

"Él (Ariel Henry) dimite a las 8.00 horas, a las 8.05 se desbloquearán las áreas para que los camiones se llenen de combustible", ha afirmado Barbecue, que ha confirmado su participación en esta crisis en un programa de la televisión haitiana, en directo.

Los motivos que mueven a la banda urbana este tipo de reivindicación es que el nombre del primer ministro ha aparecido en las pesquisas de la muerte del presidente Jovenel Moise. Además, opina que su país necesita "que no sea el 5% de la gente quien controle el 85% de la riqueza del país".