Este artículo se publicó hace 2 años.
La guerra en Ucrania alerta a EEUU y China en Taiwán: una intervención de alto coste para todo el mundo
China ha aprendido la lección de que el coste de invadir Taiwán puede ser alto y de que Washington la sancionará y enviará equipos militares y estrechará el cerco, lo que afectará sus lazos con Asia y el mundo.
Francisco Luis Pérez Expósito
Taipéi-
Hasta hace poco, unas semanas antes de que empezara la guerra de Ucrania, la mayoría de expertos tenía la mirada fijada sobre Taiwán y el Mar de China Meridional. Creían que había un riesgo, para algunos inminente y para otros no tanto, de que se produjera un choque entre grandes potencias (EEUU y China) por una posible invasión de Pekín de consecuencias inimaginables. Lo que sí parece evidente es que la invasión de Ucrania está dejando algunas lecciones para China.
El Gobierno isleño es consciente del peligro y mantiene un seguimiento continuo de la situación; expertos militares en la isla advierten sobre la necesidad de reforzar las defensas con misiles móviles y entrenar a los reservistas; Estados Unidos ha enviado a Taipéi, el primero de marzo, una inusual misión de alto nivel, presidida por el exjefe del Mando Conjunto Mike Mullen; la bolsa isleña no está siendo muy afectada y el público en general no parece muy alarmado; pero tanto Taipéi como Pekín analizan detalladamente las acciones de todos los implicados y sus consecuencias.
La realidad es que China ya no es la de hace poco más de una década. Ahora, sus líderes tienen gran confianza en su poderío y superioridad sobre Occidente, tras su crisis económica del 2008-2009, la escasez de grandes líderes políticos y su manejo de la covid-19. Además, Pekín está cerca de tener el poderío militar necesario para transportar sus tropas y equipos bélicos a Taiwán, sin sufrir graves pérdidas, y para mantener a Estados Unidos y Japón fuera de juego. Sin embargo, también ha aprendido la lección de que el costo puede ser alto y de que Washington la sancionará y enviará equipos militares y estrechará el cerco, lo que afectará sus lazos con Asia y el mundo.
"Taiwán no es Ucrania, China no es Rusia y Xi Jinping no es Vladimir Putin, tenemos una mayor importancia geoestratégica, económica y militar. Somos valientes y el costo de una invasión será muy alto", señala Lucía Chen, directora de Relaciones Internacionales de Tamkang.
China no busca en Taiwán recursos o protección de la OTAN, sino prestigio nacional e internacional, y correría el peligro de antagonizar a individuos, organismos y países si protagoniza una guerra sangrienta contra la isla, agrega Chen, que asegura que los taiwaneses deben prepararse para defenderse solos, sin participación estadounidense.
Estudiantes taiwaneses y extranjeros, en la universidad taiwanesa de Tamkang, no coinciden en sus análisis sobre las repercusiones de la intervención militar rusa en Ucrania. Unos ven un peligro inminente, mientras otros señalan grandes diferencias y que el compromiso de Washington con Taiwán y las repercusiones internacionales serían mayores en el caso de una invasión china.
"Son casos muy diferentes, porque el interés de Estados Unidos es mucho mayor en Taiwán y además hay un estrecho entre la isla y China que dificulta la invasión", señala el estudiante taiwanés Deng Gu-wen, mientras que uno de origen chino venido de Canadá no ve tantas diferencias: dos gigantes que quieren controlar territorios que consideran propios o vasallos.
Sin embargo, todos coinciden en que el conflicto en el estrecho de Taiwán tendría un alto costo para China y el mundo y constituiría una escalada en la lucha de Pekín y Washington con consecuencias económicas más devastadoras que el de Ucrania.
Un conflicto en el estrecho de Taiwán tendría un efecto mayor sobre la economía mundial que el de Ucrania, dada la gran importancia manufacturera y logística de la zona, incluyendo el gran poderío isleño en semiconductores, claves para la producción de automóviles y equipos informáticos y electrónicos.
Y para expertos isleños, tales como el politólogo Kuo Yun-chen, de la Universidad Sun Yat-sen, el conflicto de Ucrania ha desencadenado un mayor apoyo internacional para Taiwán y para la intervención estadounidense, en caso de conflicto, en línea con el compromiso de Washington de suministrar armas y defender a la isla en caso de ataque, sellado en el Acta de Relaciones con Taiwán de 1979.
"La guerra en Ucrania ha unido más que nunca a Europa y hecho más segura a Taiwán", dijo Kuo, porque no distrae a Estados Unidos y sus aliados de su empeño por contener a China con su estrategia en el Indo-Pacífico, pero no todos tienen una mirada similar, dado que la clara determinación estadounidense de contener a China no necesariamente llevaría a una intervención militar directa, aunque sí a fuertes sanciones, pero ¿afectarían fatalmente esas sanciones a una China económicamente poderosa?
China está más expuesta internacionalmente que Rusia y la reacción de antagonismo y nerviosismo en sus vecinos sería más fuerte, pero Pekín está construyendo un mundo financiero y comercial paralelo al liderado por Estados Unidos, que amortiguaría las sanciones occidentales y, además, sus exportaciones son más insustituibles para el mundo que las rusas.
"Por un lado, China estaría más expuesta y su campaña de liderazgo mundial y asiático se vería negativamente afectado, pero económicamente no estoy tan seguro de que no pueda soportar las sanciones", señala el politólogo taiwanés Lai Kuo-chu.
Expertos estadounidenses, como Ryan Haas y Rush Doshi, ahora miembro del Consejo de Seguridad, han dejado claro que en Washington se considera a Taiwán clave en la disputa con China por el liderazgo mundial y que no creen que Pekín se contentaría con el control de la isla, sino que la utilizaría para lograr mayores ambiciones estratégicas.
"Las ambiciones chinas no se limitan al control de Taiwán o a dominar el Indo-Pacífico", señaló Doshi en su reciente libro The Long Game: China's Grand Strategy to Displace American Order, en el que se opone a hacer concesiones en el tema taiwanés.
Nadie tiene una bola de cristal, sobre la inminencia o probabilidad de una intervención militar china en Taiwán, que depende mucho de la situación interna de China, en especial de las necesidades de su cúpula política de iniciar el conflicto para cohesionar a su gente ante problemas internos, y del pulso por el liderazgo mundial con Estados Unidos y su alianza de países "occidentales". Lo más probable es que China no sacrifique su imagen mundial, ni provoque un conflicto sangriento, sino que con confianza en sí misma espere a consolidar más su estrategia internacional, sin desencadenar un enfrentamiento prematuro con Estados Unidos, que, aunque debilitado, aún es capaz de dar coletazos que hieran a la emergencia tecnológica, económica, estratégica y militar de Pekín.
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