La guerra de Israel contra Palestina, una “crisis de la humanidad”
Israel se hace con el control del norte de Gaza y abre corredores humanitarios parciales acuciado por la presión internacional.
Las milicias palestinas de Hamás retroceden en el norte de Gaza, aunque lo hacen con una resistencia feroz y tácticas de guerrilla urbana que reducen la superioridad militar de los israelíes. Esa mitad septentrional de la Franja está ya en manos del Ejército israelí, que trata de acabar con cualquier foco de resistencia de los islamistas de Hamás y expulsar hacia el sur a las decenas de miles de palestinos que aún permanecen en esa parte del territorio palestino.
Para ello, Israel ha accedido a conceder pausas humanitarias de cuatro horas diarias a partir de este jueves. El objetivo es que toda la población palestina abandone el norte de Gaza y deje este territorio bajo el control absoluto de Israel, sin milicianos de Hamás, pero también vacío de sus legítimos habitantes.
En las últimas 24 horas cerca de 50.000 palestinos han abandonado el norte de Gaza para evitar el asalto final del Ejército israelí. Su alternativa es ser masacrados por los bombardeos y el ataque de la infantería si intentan permanecer. Israel quiere la zona norte de la Franja de Gaza “limpia” de palestinos.
PublicidadEn las últimas 24 horas cerca de 50.000 palestinos han abandonado el norte de Gaza para evitar el asalto final del Ejército israelí
El éxodo palestino es una de las estrategias desplegadas por Israel para establecer una zona controlada por su Ejército de forma indefinida dentro de ese territorio. Pero antes tiene que eliminar toda resistencia del grupo islamista Hamás, que hasta ahora dominaba política y militarmente la Franja de Gaza.
Israel está “limpiando” la ciudad de Gaza de toda resistencia
El Ejército israelí se encuentra ya en el corazón de la Franja. Sus soldados y blindados combaten los enclaves de Hamás en la ciudad de Gaza, protegidos en una maraña de túneles y con muchos de sus cuarteles mimetizados en edificios públicos y en populosos barrios de viviendas.
Los israelíes han reconocido que los guerrilleros de Hamás han ofrecido una feroz resistencia al avance de sus tanques y blindados. Las milicias islamistas señalan, por su parte, que han causado graves pérdidas a los militares israelíes.
Miles de personas se agolpan en dos de los hospitales que aún se mantienen en pie en medio de los combates, los centros médicos de Al Quds y Al Shifa. Israel acusa a Hamás de tener a sus guerrilleros “empotrados” en esos dos hospitales, convertidos así en eventuales blancos de la aviación y la artillería del ejército invasor.
Al hospital de Al Shifa siguen llegando cientos de personas a pesar del imperatorio mandato israelí de que se abandone el centro médico y sus alrededores. En los predios del hospital se han formado campamentos de tiendas de campaña de gente que no tiene ningún otro lugar al que ir, con niños, ancianos y personas debilitadas que no pueden hacer a pie la ruta de escape hacia el sur de Gaza.
Una crisis con crímenes de guerra de ambos contendientes
El pasado 7 de octubre, comandos de Hamás atacaron territorio israelí, asesinaron a más de 1.400 personas y tomaron unos 240 rehenes. Israel respondió con una devastadora ofensiva, incluida, días después, la invasión parcial de la Franja de Gaza. Después comenzó el infierno para este territorio palestino, con la población como primera víctima de la ordalía de destrucción desatada por Israel.
El alto comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Volker Türk, acusó este miércoles de crímenes de guerra tanto a Hamás como a Israel.
“Las atrocidades perpetradas por los grupos armados palestinos el 7 de octubre fueron atroces, brutales e impactantes, fueron crímenes de guerra, al igual que la continua retención de rehenes”, dijo Türk. Y añadió contundente: “El castigo colectivo por parte de Israel a los civiles palestinos constituye también un crimen de guerra, al igual que la evacuación forzosa e ilegal de civiles”.
Un 40% de los muertos en Gaza por las bombas de Israel son niños
La ONU, que asiste a esta crisis, como a tantas otras, con las manos atadas, califica de “indigno” el asedio de la población palestina por el Ejército israelí. Son ya cerca de 11.000 las personas asesinadas por sus bombardeos desde el comienzo del conflicto el 7 de octubre, mientras continúa imparable la huida de cientos de miles hacia el sur de la Franja, sin apenas medios de subsistencia y con un constante acoso militar. Un 40% de esos muertos por las bombas israelíes son niños.
La situación en Gaza “es una crisis de la humanidad, de nuestros valores, del derecho internacional”, ha señalado en una entrevista con la emisora France Inter el comisario general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, quien ha reclamado un alto el fuego para atender las necesidades urgentes de la población palestina.
En París ven imprescindible la seguridad de la población palestina
Lazzarini ha participado este jueves en una conferencia internacional sobre Gaza convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron. Cerca de 80 países han acudido a la llamada del Gobierno galo, con representantes europeos, del mundo árabe y de los países del G20.
También han estado presentes delegados de ONGs que trabajan en los territorios palestinos, como Médicos Sin Fronteras, que ahora ven imposibilitado su trabajo y han visto cómo muchos de sus trabajadores han muerto en los ataques israelíes. Israel no fue invitado a la conferencia de la capital gala.
Francia ha reconocido el derecho de Israel a defenderse tras las sangrientas incursiones de Hamás del 7 de octubre. Sin embargo, el presidente Macron ha unido su voz a las de aquellos actores internacionales que reclaman “pausas humanitarias” para llevar más suministros básicos a la Franja y evacuar heridos.
Publicidad“Los civiles deben ser protegidos, es indispensable y no es negociable. Y es una necesidad inmediata”
Emmanuel Macron, presidente de Francia
“Los civiles deben ser protegidos, eso es indispensable y no es negociable. Y es una necesidad inmediata”, resaltó Macron en la conferencia que acoge París. En la capital francesa se ha abordado la manera de coordinar la llegada de ayuda humanitaria y de ayudar a los civiles heridos a escapar de Gaza.
Presionado por las demandas internacionales, el Gobierno de Netanyahu ha accedido finalmente a abrir esos corredores humanitarios a partir de este jueves y durante cuatro horas diarias. Pero el objetivo de estas pausas no es tanto aliviar las necesidades de la población atrapada en ciudad de Gaza y otras localidades de esa zona norte de la Franja, sino facilitar la salida de los civiles de esa área, rumbo al sur.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha mostrado su confianza en que éste sea el primer paso de mayores concesiones de seguridad para los refugiados por parte de Israel.
Catar, clave para la negociación sobre los rehenes de Hamás
Sin embargo, el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha indicado que no ordenará ningún alto el fuego duradero en tanto los paramilitares de Hamás no negocien la entrega de los rehenes israelíes en su poder.
En Doha, directivos de inteligencia de Estados Unidos e Israel están negociando con las autoridades cataríes los posibles caminos para conseguir la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás y asegurar esos recesos en los combates. Catar, con buenas relaciones con la dirección de Hamás, es en estos momentos el país más indicado para mediar con esa organización paramilitar palestina.
Las negociaciones en la sombra para lograr el alto el fuego tienen también como escenario El Cairo, a donde han llegado dos altos líderes de Hamás para mediar con Egipto y Catar la posibilidad de liberar a algunos de los rehenes en su poder a cambio de ceses en las hostilidades.
La ONU, contra el castigo colectivo a los palestinos
Aunque la ONU sea desoída una y otra vez, y su propio secretario general, Antonio Guterres, haya sido insultado y desautorizado por Israel, por recordar los ignominiosos orígenes de esta crisis y las casi seis décadas de ocupación israelí de territorios palestinos, la labor de los equipos de Naciones Unidas sobre el terreno es indispensable.
Lazzarini recordó que hay más de 750.000 palestinos (de una población total de 2,2 millones de habitantes de Gaza) en instalaciones de la ONU en la Franja. Aunque las condiciones son deplorables, al menos ofrecen una mínima seguridad, cada día que pasa más débil, de que no serán arrasadas por los misiles israelíes.
El responsable de Naciones Unidas indicó que más de un centenar de sus trabajadores han muerto en los bombardeos israelíes y dio por buenas las cifras de heridos y muertos que están suministrando las autoridades de Gaza.
Naciones Unidas denuncia que más de un centenar de sus trabajadores han muerto en los bombardeos israelíes
Lazzarini indicó que el secuestro de los ciudadanos israelíes y de otros países por Hamás “es un crimen de guerra”, pero no por ello Israel debía desatar semejante “castigo colectivo” contra toda la población de Gaza.
También se manifestó en contra de ese “castigo colectivo” que está propinando Israel a la población palestina el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland. “Sin un alto el fuego, el levantamiento del asedio y el fin de los bombardeos y la guerra indiscriminados, la hemorragia de vidas humanas continuará”, subrayó Egeland.
“¿Cuántos palestinos más deben morir antes de que la guerra se detenga? ¿Acaso no es suficiente el asesinato de 10.000 personas en 30 días?”, clamó el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, presente en la conferencia de París.
Shtayyeh representa a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que solo gobierna en el otro territorio palestino, Cisjordania. La ANP fue desplazada de Gaza cuando Hamás ganó las elecciones y se hizo con el control de la Franja en 2007, aupada por el propio Israel, que quería así contrarrestar la fuerza de la Autoridad Nacional Palestina.
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