La guerra entra en una nueva fase ante la ofensiva ucraniana y con la incógnita de una eventual respuesta rusa
La retirada rusa en localidades clave del noreste y sur de Ucrania, y el avance de las fuerzas ucranianas armadas por la OTAN y Estados Unidos abren una nueva etapa en la guerra desatada por el Kremlin.
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La guerra de Ucrania ha entrado en una nueva fase. Se cumplen 200 días desde la invasión de Rusia del pasado 24 de febrero y la ofensiva lanzada en estos momentos por el Ejército ucraniano en varios frentes parece que empieza a tener éxito. Al avance ucraniano y captura de plazas estratégicas en la zona de Járkov, al noreste, y Jersón, en el sur, le sigue una paralela retirada o "reagrupación" de las fuerzas rusas, como prefieren mejor denominarlo desde el Kremlin. La guerra aún no ha concluido, pero puede haber tomado un giro inesperado.
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Estos repliegues rusos sobre el teatro bélico del este y sur de Ucrania pueden apuntar dos cosas: el desgaste de más de medio año de campaña militar está cobrándose un altísimo precio en la maquinaria bélica rusa, o Rusia está retrocediendo para tomar impulso y asestar un golpe mortal a sus contrincantes ucranianos cada día más dependientes del apoyo occidental.
El Ministerio de Defensa británico habla de que las fuerzas ucranianas han tomado "por sorpresa" a las rusas. Algo poco creíble, pues se lleva hablando desde hace muchas semanas de esta contraofensiva ucraniana, la primera con consistencia desde el comienzo de la guerra.
Ucrania recupera 3.000 kilómetros cuadrados ocupados por los rusos
Según los datos que llegan desde el este y el sur de Ucrania, con todas las reservas necesarias, el Ejército ucraniano habría liberado, desde que comenzó a principios de septiembre la contraofensiva, cerca de 3.000 kilómetros cuadrados de las zonas ocupadas por los soldados rusos, tal y como ha señalado el comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, el general Valeri Zaluzhnyi.
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Uno de los frentes del avance ucraniano está en las cercanías de la región de Járkov y hacia el este del país, en dirección al Donbás, la zona disputada desde 2014 por Rusia por su mayoría rusófona y que se encuentra prácticamente en manos rusas. En un mensaje difundido en la red social Twitter, el Ministerio británico de Defensa ha indicado que las fuerzas ucranianas siguen avanzando en la región de Járkov, donde Rusia "aparentemente está retirando fuerzas de esa área". El comunicado señala que la lucha continúa "en torno a las ciudades de Kupiansk e Izium, importantes estratégicamente".
La posible toma de Kupiansk e Izium, un severo golpe a Rusia
Otras informaciones ya hablan de la toma de estas localidades por los ucranianos, acción que habría asestado un golpe muy duro al Ejército ruso. Izium llevaba más de cinco meses en manos rusas y es un nudo ferroviario que permite el transporte de tropas y logística del Ejército invasor. Kupiansk es otra ciudad con instalaciones ferroviarias.
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Si se confirma la recuperación de estas localidades, buena parte de los esfuerzos ucranianos se centrarán en Lisichansk, la última ciudad tomada por los rusos en la región de Lugansk, y donde se centró buena parte de la ofensiva de las tropas del Kremlin para asegurar el control de esa zona del Donbás.
Según el prestigioso Institute for the Study of War, un gabinete estratégico con sede en Washington y que utiliza fuentes de Defensa e Inteligencia oficiales de Estados Unidos, las fuerzas ucranianas han penetrado unos 70 kilómetros en algunas zonas tras las líneas rusas y han recobrado esos 3.000 kilómetros cuadrados desde el 6 de septiembre, "más territorio del que las fuerzas rusas habían capturado en todas sus operaciones desde abril".
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¿Desbandada rusa o repliegue para proteger el Donbás?
El Ministerio ruso de Defensa ha querido salir al paso. Se está "reagrupando a las tropas rusas que estaban estacionadas en los distritos de Balakliia e Izium, a fin de reforzar el Donetsk", otra de las regiones de Donbás donde hasta hace pocas semanas continuaba la resistencia ucraniana a la invasión.
En todo caso, estos movimientos rusos de tropas mostrarían una estrategia defensiva y no ofensiva. Rusia en estos instantes estaría tratando de blindarse en el sur y el este, ante un empuje ucraniano que ha detenido de facto la ofensiva rusa hacia el oeste, ralentizada en los últimos meses.
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El sur, en torno a la ciudad de Jersón, tomada por los rusos en la orilla izquierda del río Dniéper, es testigo también de la contraofensiva ucraniana. Jersón está a las puertas de la península de Crimea, pero ni siquiera en sus planes más atrevidos, al presidente Volodímir Zelenski se le ha pasado por la cabeza atacar masivamente ese territorio anexionado por Moscú en 2014 y considerado como parte inalienable de la Federación Rusa.
Nuevas ayudas multimillonarias de EEUU a Ucrania
"Vemos el éxito ucraniano en Jersón ahora. Vemos también cierto éxito en Járkov. Y esto es muy, muy alentador", dijo el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en una rueda de prensa celebrada el viernes en Praga.
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Un día antes, Austin había anunciado que Estados Unidos aprobó una partida adicional de armamento por un valor de 675 millones de dólares para ser enviado a Ucrania. Este nuevo aporte eleva a 15.200 millones de dólares la asistencia militar de Washington al Gobierno de Kíev desde que el presidente Joe Biden llegó a la Casa Blanca en enero del año pasado.
En una nueva muestra del apoyo estadounidense a Zelenski, el pasado jueves, el secretario de Estado, Antony Blinken, hizo una visita sorpresa a Kíev, donde reiteró el compromiso de su país y de la Unión Europea para coordinar sus esfuerzos en el respaldo de la causa ucraniana.
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La Europa en crisis necesita de una victoria en Ucrania
Si bien parece cierto que hay un repliegue ruso, no parece que sea el "desmoronamiento" del que hablan muchos titulares de prensa occidentales. Las próximas semanas serán claves para evaluar con mayor exactitud lo que está ocurriendo en Ucrania en estos momentos.
En este sentido, la difícil situación que se empieza a vivir en Europa debido al corte del suministro de gas por Rusia, con una inflación disparada por la subida de los precios de la energía y la amenaza de una recesión inminente, precisa de buenas noticias procedentes del frente bélico.
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La sangría no es solo por el coste del gas ruso. Hace unos días, el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, fue claro: "Las existencias militares de la mayoría de los Estados miembros se han..., no diría agotado, pero han mermado en una alta proporción, porque hemos brindado mucha capacidad a los ucranianos".
Y es que pocos pueden poner en duda que el éxito de la contraofensiva ucraniana se debe al respaldo occidental. El propio Zelenski lo ha dicho en varias ocasiones. Sin el apoyo de Estados Unidos, la OTAN y la UE, Ucrania habría caído.
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La guerra ahora es entre la OTAN y Rusia, según un experto
Una voz muy autorizada en conflictos ha cuestionado el discurso de Washington y Bruselas sobre la guerra. Se trata del ex oficial de Inteligencia estadounidense William Scott Ritter, quien estuvo en Irak como inspector de armamento de la ONU. Fue muy crítico con las razones que llevaron a la invasión de Irak por Estados Unidos, como la presunta existencia de armas de destrucción masiva en el país árabe.
Ritter describe la primera fase del conflicto como un periodo en el que, "mientras Rusia estaba ocupada destruyendo el Ejército ucraniano en el campo de batalla, Ucrania estaba ocupada reconstruyéndolo!. En una segunda fase, Rusia se enfrentaba a tropas ucranianas entrenadas por la OTAN, !pero el grueso de esas fuerzas se mantenía en la reserva!, agrega Ritter en declaraciones recogidas esta semana por el canal de televisión iraní PressTV.
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En la tercera fase de la guerra, Rusia "se enfrenta a una fuerza que logísticamente se sostiene sobre la OTAN, está entrenada por la OTAN, recibe datos de inteligencia de la OTAN y trabaja en coordinación con los planificadores militares de la Alianza".
La actual contraofensiva ucraniana debe entenderse, según el experto, “como el comienzo de una nueva fase que no es un conflicto entre Rusia y Ucrania, sino entre la OTAN y Rusia". Y añade que la guerra fue orquestada y puesta en marcha precisamente por la OTAN.
Reconoce que la velocidad del actual avance ucraniano ha sido inesperada, así como sus tácticas. El apoyo de la OTAN y la Inteligencia suministrada en esta contraofensiva "parece haber tomado a los rusos por sorpresa", agrega.
"Pero el Ejército ruso es extremadamente adaptable", advierte Ritter. El horizonte es muy negro en ese sentido. Ucrania se desgastará o luchará hasta su destrucción. O también la OTAN gastará su capacidad para continuar suministrando armas al ejército ucraniano.
Los miles de millones de dólares entregados por Estados Unidos a Ucrania han sido un punto de inflexión en la guerra, asevera el experto. "Somos testigos de cómo el dinero puede cambiar el juego. El resultado será más soldados ucranianos y rusos muertos, más civiles muertos y mucho más equipamiento destruido", concluye.
Rusia ganará la guerra, opina, pero será a costa de un altísimo precio para todas las partes implicadas.