Las grabaciones dejan en evidencia a Berlusconi
El semanario 'L'Espresso' publica las cintas que demuestran que 'Il Cavaliere' se acostó al menos con la prostituta Patrizia D'Addario
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Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, está cada vez más acorralado por el caso de las velinas y lo que es peor: está quedando como un mentiroso delante de la opinión pública.
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La revista L'espresso publica este lunes las cintas de audio —son cinco grabaciones en concreto— que confirman punto por punto la versión de Patrizia D' Addario, la prostituta de lujo que ha contado a la fiscalía italiana y a varios medios que visitó dos veces la casa de Berlusconi en Roma, el palacio Grazioli, y que en una de ellas se acostó con Il Cavaliere. Además, d’Addario sostiene que Berlusconi le pidió que la próxima vez se trajera a una amiga para hacer una orgía a tres bandas.
Berlusconi negó conocer a D' Addario y luego la acusó de recibir dinero para desprestigiarle, pero las cinco grabaciones que publica L'Espresso demuestran que la prostituta decía la verdad, tal como destaca el diario La Repubblica. El primer ministro italiano no tiene excusa: su voz se distingue sin ningún tipo de problema.
Aparte de dejarle como un mentiroso, las cintas que ahora salen a la luz muestran a un Berlusconi muy activo sexualmente. El día que Obama ganó las elecciones´, el 4 de noviembre, fue la elegida por Berlusconi para acostarse con D'Addario. La noche electoral americana debió ser de lo más fogosa en casa de Il Cavaliere, a tenor de lo que contó D' Addario a Giampolo Tarantini, el hombre que puso en contacto a Berlusconi con la prostituta, en una conversación telefónica grabada al día siguiente: "No pegamos ojo" y luego añade: "Quiere que me deje lamer por una amiga suya. De todas formas, él es muy bueno".
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En su conversación con Tarantini, D´addario deja traslucir que esperaba que esperaba recibir alguna recompensa por pasar la noche con Berlusconi: "Me dijiste que iba a haber un sobre y no había ninguno. Me hizo un regalito, yo que sé, una tortuguita", comenta un tanto decepcionada.
La revista ofrece otra grabación de los prolegómenos. Berlusconi enseña a D'Addario un libro que quiere regalarle, y luego le dice: "Yo también voy a ducharme... ¿me esperas en la cama grande, si terminas antes que yo?". "¿En qué cama, la de Putin?", pregunta ella. "Sí, la de Putin". "Ay, qué bonita, ¡la de las cortinillas!".
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La prostituta también también habló con Berlusconi el 5 de noviembre, el día posterior a su encuentro sexual: "Esta mañana he inaugurado una exposición, he hecho un muy buen discurso, con aplausos, no parecía estar ni siquiera cansado...", comenta el político que pocas horas después emprendía un viaje a Moscú.
La divulgación de estas informaciones ha provocado un fuerte escándalo en Italia. Además de los testimonios de D'Addario y de otras chicas, la prensa también ha publicado las fotografías que fueron realizadas sin permiso por un paparazzi en Villa Certosa, la mansión que Berlusconi posee en la isla de Cerdeña. Algunas de ellas muestran a los invitados de 'Il Cavaliere' completamente desnudos.
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Estas revelaciones vienen a sabotear el lavado de imagen en el que estaba inmerso el primer ministro, que para hacer olvidar sus juergas se plantea vender su amada y espectacular mansión en Cerdeña, Villa Certosa. En este enclave celebraba fiestas llenas de modelos, actrices y veline , algunas de las cuales llegaron en vuelos de Estado y otras eran menores de edad, como la napolitana Noemi Letizia. Allí, un paparazzo fotografió al primer ministro checo Mirek Topolanek tomando el sol desnudo.
Niccolò Ghedini, el abogado de Berlusconi, anunció medidas legales y sostuvo que las grabaciones son "una invención". Según La Repubblica, Berlusconi ha dicho a sus amigos que quiere cambiar de vida y pretende incluso peregrinar al santuario del Padre Pío, el santo más venerado por los italianos.
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La censura del fascismo. El origen de la palabra ‘velina’ no tiene mucho que ver con su actual acepción. La ‘velina’ era la nota que la oficina de censura del fascismo mandaba a los periódicos italianos diciendo qué no estaba permitido publicar.