Este artículo se publicó hace 14 años.
El Gobierno no condena a Rabat porque tiene "datos contradictorios"
Zapatero afirma que la relación con Marruecos es "prioritaria" y destaca los "intereses españoles" en el país magrebí
El Gobierno lamenta pero no condena el ataque violento de Marruecos al campamento de protesta de El Aaiún por "los intereses de España" y por tener "informaciones contradictorias" sobre los hechos que tuvieron lugar en la capital saharaui el pasado lunes.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, salieron ayer al paso de las críticas que les llueven de diversos sectores por su tibia reacción ante la brutal agresión marroquí al campamento de Gdeim Izik. Desde Seúl, Zapatero aseguró que la respuesta española ha sido "la que tiene que ser: la responsable, la sensata la prudente, para la solución del conflicto y para los intereses de España". Y, antes de condenar el ataque, el jefe del Gobierno abogó por esperar a "tener una información completa de lo sucedido".
Jiménez reconoce la «sensibilidad» de los españoles hacia el Sáhara
"Para condenar, habría que tener un conocimiento completo de cuáles son los hechos que han ocurrido", reiteró la ministra Jiménez durante una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros prácticamente monográfica sobre el conflicto en el Sáhara.
Las autoridades marroquíes sí han ofrecido datos sobre víctimas: el lunes fallecieron 11 agentes de las fuerzas del orden y dos civiles saharauis. El Frente Polisario también dio cifras, aunque bien diferentes. Habla de al menos 19 muertos, 723 heridos y más de 150 desaparecidos.
Ante esta confusión, el Ejecutivo está a "la espera" de que "algún organismo internacional" haga un balance del suceso. Hasta entonces no se "apresurará" a hablar en términos de condena. "Ninguna institución, ningún organismo y ningún Gobierno lo han hecho", se justificó Jiménez.
Exteriores desplaza hasta El Aaiún al cónsul español en Rabat
Los dos mandatarios no se salieron ayer del guión mantenido por el Gabinete español desde que estalló el conflicto a principios de semana. Zapatero expresó su "profunda preocupación" por los "graves hechos" acaecidos en El Aaiún y, ante todo, reclamó que el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario continúe. "Que se ponga el mayor esfuerzo por parte de los dos actores. Esa es la clave", insistió el presidente.
"Un socio clave"
El Ejecutivo actuará en todo momento teniendo en cuenta que "la relación con Marruecos es prioritaria para España, que es un tema de Estado". La ministra de Exteriores mencionó motivos de seguridad y aseguró que España está "comprometida con el desarrollo económico y humano del Magreb". Afirmó que, para ello, Marruecos es "un socio clave en la región".
Una marcha exigirá hoy en Madrid el fin de la ocupación marroquí
Jiménez recopiló en una declaración institucional lo ya dicho hasta ahora: que el Gobierno "lamenta la pérdida de vidas humanas", que "rechaza la violencia" y que ha exigido a las autoridades marroquíes que esclarezcan lo ocurrido "de manera urgente". Reconoció, asimismo, la "especial sensibilidad" que los acontecimientos en el Sáhara tienen en la sociedad española.
La ministra agregó que desde el pasado lunes mantiene "permanentes gestiones" con las autoridades marroquíes para "asegurar la protección de los españoles allí desplazados". Para garantizar esa labor, España movilizó ayer a su cónsul en Rabat, que viajó hasta la capital saharaui. Jiménez se refirió a los españoles que estaban en el campamento de protesta cuando tuvo lugar el ataque marroquí y que siguen en El Aaiún. "Hablamos permanentemente con ellos", afirmó. Dos de esos activistas, Antonio Velázquez y Silvia García, se quejaron ayer a este diario de no haber recibido "ni una llamada ni de Trinidad Jiménez ni de Zapatero", informa Raúl Torres.
La ministra también recalcó durante su comparecencia que el Gobierno ha exigido a Marruecos que facilite el acceso de los medios de comunicación españoles a la zona. Pero, según los últimos acontecimientos, las autoridades marroquíes hicieron oídos sordos a esa petición.
Dos horas después de la intervención de Jiménez, gendarmes marroquíes impidieron a un grupo de periodistas entre ellos una redactora de Público descender del avión que les había trasladado de Las Palmas a El Aaiún. Además, Marruecos retiró la acreditación al corresponsal de ABC en el país y había mandado de vuelta a España a otros tres periodistas de la Cadena Ser.
El Ejecutivo reiteró su petición de explicaciones sobre la muerte del saharaui con nacionalidad española, Baby Hamadi Buyema. El hermano de este solicitó ayer en Alicante a Marruecos que abra "una investigación a fondo" para que se conozca "toda la verdad" sobre la muerte de su familiar y se determine "si alguien ordenó el asesinato".
El PP siguió ayer criticando al Gobierno por su gestión del conflicto. Su vicesecretario general, Esteban González Pons, denunció que el Ejecutivo "antepone el cálculo político a la defensa de los derechos humanos". Una manifestación recorrerá esta mañana el centro de Madrid para reclamar el fin de la ocupación marroquí del Sáhara. Partirá a las 12.00 horas de la calle Atocha.
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