Este artículo se publicó hace 15 años.
Fini rechaza la caza de brujas contra la izquierda
El gran rival interno de Berlusconi descarta endurecer las leyes tras la agresión
El rival político más temido por Silvio Berlusconi, Gianfranco Fini, ha vuelto a pararle los pies al primer ministro italiano. El número dos del berlusconiano Pueblo de la Libertad (PdL) y presidente de la Cámara de Diputados habló este miércoles para desautorizar la caza de brujas que el entorno de Berlusconi ha lanzado sobre la oposición política, los jueces que investigan el pasado del magnate y, muy especialmente, la prensa que escapa a su control.
Fini dejó claro que no se puede criminalizar a nadie por la agresión del domingo, más allá del enfermo mental que lanzó una estatuilla en plena faz del primer ministro. Además, defendió que no hace falta ninguna ley nueva para limitar el derecho a la manifestación o para censurar protestas en Internet.
El ex líder de Alianza Nacional, que gracias a su giro a la moderación practicado en los últimos meses ha logrado superar a su jefe en las encuestas, reconoció que el clima político está muy exaltado en Italia. "En los últimos meses y años se ha superado el nivel de alarma", dijo. Pero añadió que "no es correcto atribuir esa responsabilidad a una parte o a la otra".
Llamamientos a la calmaPara Fini, el presidente italiano Giorgio Napolitano, que ha lanzado repetidos llamamientos a la calma, debería ser "la estrella polar" de la política, ahora resquebrajada en dos bloques. Lo manifestó al comprobar cómo los ministros más fieles a Berlusconi y sus portavoces parlamentarios abundaban en la línea de atacar con virulencia a quienes critican al primer ministro. Les atribuyen la creación de un "clima de odio", la "incitación a la violencia", o incluso la "legitimación del asesinato político". Repitieron así las consignas lanzadas desde medios afines a Berlusconi, con el periódico propiedad del magnate, Il Giornale, a la cabeza.
Este diario, que lleva meses atacando a Fini por frenar los intentos de blindaje judicial o la reforma constitucional de su jefe, volvió a criticarle por haberse quejado del método expeditivo utilizado por la derecha italiana para aprobar los presupuestos del Gobierno.
Una vez más y van 27 Berlusconi sometió una ley a una moción de confianza, en este caso la más importante del año, para evitar deserciones entre sus propias filas o la aceptación de enmiendas de la izquierda. Que Fini se oponga a estos métodos antiparlamentarios para Il Giornale es "una bofetada" al primer ministro "herido".
Ahora tendrá nuevos motivos para quejarse de Fini, que opina que no hace falta ninguna nueva ley para prevenir nuevos ataques al primer ministro. El ministro de Interior, Roberto Maroni, hizo este miércoles una tímida marcha atrás y explicó que sólo se plantea oscurecer páginas web por orden judicial. Sobre la mesa también está la posibilidad de impedir que haya contestación en los mitines.
Los nervios de la política italiana se crisparon todavía más por la tarde, al saberse que un grupo anarquista reivindicó la colocación de un paquete bomba con dos kilos de explosivo en la Universidad privada Bocconi, en Milán. El paquete estalló parcialmente durante la noche anterior. La derecha ha agitado estos días el peligro de volver a los años setenta, década marcada por el terrorismo político y conocida como "los años de plomo".
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