Este artículo se publicó hace 13 años.
El 'Falcon Crest' de Siria
El clan Asad se reparte los papeles a interpretar durante la represión contra la oposición
El canciller británico, William Hague, dijo recientemente sobre el presidente sirio, Bashar Asad: "Le puedes considerar un reformista. Sin embargo, el problema es que su fuerza depende de un gran número de familiares y otros miembros del Gobierno. No estoy seguro de su independencia para llevar a cabo su plan de reformas". Sus declaraciones resumen a la perfección las redes de poder y tensiones del régimen sirio, a las que se les puede aplicar la siguiente ecuación: vieja guardia contra reformistas.
Sus promesas de modernización y aperturismo, intentando cerrar la etapa de su padre, Hafez Asad, su formación alejada de la carrera militar y su personalidad modesta y afable, como reconocen personas cercanas a él, crearon muchas expectativas entre los ciudadanos sirios. Su llegada al poder fue bautizada como "La primavera de Damasco".
"La familia sabe que o sobreviven juntos o mueren juntos", dice un disidente
Sin embargo, las margaritas se marchitaron y ahora están siendo aplastadas por los tanques que reprimen las manifestaciones (o combaten a "grupos terroristas", como asegura el Gobierno).
En cualquier caso, Asad sigue conservando esa imagen de moderado entre gran parte de la población. "No eres Gadafi. Eres civilizado y abierto. Deshazte de los consejeros y colaboradores que están derramando la sangre de tu pueblo", llegó incluso a pedirle la oposición hace pocos días a través del Facebook.
Lo poco que trasciende últimamente de Asad es que le ocupan diversas reuniones con representantes de los manifestantes y escucha sus demandas. Mientras, lejos del palacio presidencial, su hermano Maher, sancionado por la Unión Europea y Estados Unidos por utilizar la violencia contra los ciudadanos, dirige las tropas que han sitiado Derá y otras ciudades.
La rama alauí, la de Asad, controla el Ejército y eso evita un Golpe de Estado
Esas son las dos caras del régimen. Poli bueno, poli malo. ¿Pero se tratan de corrientes enfrentadas o coordinadas? El ex consejero presidencial exiliado en Emiratos Árabes, Aiman Abdennur, despeja dudas: "Está claro que Asad controla absolutamente todo. Su familia no hace sino apoyarle desde detrás".
"Yo creo que le tienen maniatado", opina en cambio Mohamad, un joven universitario. Lo que sí es cierto es que la estirpe Asad domina los más importantes sectores en el país. Por citar algunos casos además de Maher, su primo Du Hamma Shalish es el jefe de la escolta presidencial. Él y parte de su familia directa también se dedican a la construcción de grandes infraestructuras.
Primos influyentesUn tío de Asad, con negocios en Marbella, monta la oposición en el exilio
Rami Majluf, otro primo de Asad, posee la mayor fortuna del país, con unos 6.000 millones de euros, según el Centro Árabe Oriental para Estudios Estratégicos. Es dueño de la empresa de comunicaciones Syriatel y del gigante inmobiliario Ash-Sham. Su hermano, Hafez Majluf, es el responsable de los servicios de Inteligencia en Damasco.
"En la familia están todos interconectados porque saben que o sobreviven juntos o mueren juntos", apunta en este sentido el disidente Yoshua Landis.
La red clientelista se completa con la minoría alauí de la que forman parte los Asad. El grueso de los altos mandos en las Fuerzas de Seguridad y el Ejército pertenece a esta confesión, lo que despeja, como ocurriera en Túnez o Egipto, que los militares se distancien del presidente. "Velan por el interés y la continuidad de su élite, no por el bien de su pueblo", se lamenta al respecto Hani, un artista de Damasco.
TraicionesSin embargo, como todo buen guión, la trama también incluye traiciones. En este capítulo tiene un papel estelar Rafaet Asad. Tío paterno del actual presidente, es considerado el principal responsable de las masacres entre 1978 y 1982 contra los Hermanos Musulmanes.
Su ambición le llevó incluso a planear en 1984 un golpe de Estado contra su propio hermano, Hafez Asad, lo que acabaría costándole el exilio en París. Desde allí formó el grupo Rafaetun, una formación política "árabe nacionalista" con la que pretende recuperar el poder.
El Centro Árabe Oriental para Estudios Estratégicos calcula su fortuna en 4.000 millones de euros. Posee inmobiliarias y medios de comunicación opositores al régimen. En Marbella, propiciado en parte por sus conexiones con el GIL, cuenta con restaurantes y hoteles de lujo y ha tenido algún encuentro con la justicia española. Círculos en Siria le acusan de financiar a "grupos armados" y agitar las manifestaciones.
En la misma línea se encuentra Abdel-Halim Jaddam. Durante 40 años, esta controvertida figura fue un fiel del régimen hasta que en 2005 acabó dimitiendo como vicepresidente. La hemeroteca recuerda que Bashar Asad, con una nueva visión de Estado, quiso despojarle de tanta influencia. Tras exiliarse en París, acusó al presidente sirio de estar detrás del asesinato del exprimer ministro libanés Rafiq Al-Hariri.
Según informaciones de medios sirios y libaneses, el emir saudí Turki Ben Abdel-Aziz entregó poco antes del estallido de las revueltas grandes sumas de dinero a Jaddam y a otros políticos cercanos a Hariri para financiar actos de violencia en Siria.
Fidelidades, conspiraciones, traición. La obra continúa su representación en los mejores teatros de Siria.
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