Este artículo se publicó hace 4 años.
Incendios en CaliforniaExpertos advierten de que los incendios forestales de California pueden hacer tambalear el sistema financiero de EEUU
"El problema se extiende más allá de lo que un estado pueda hacer porque se resume en que el sistema natural está fuera de control", advierten los expertos.
Aitana Vargas
Los Ángeles-
Ha pasado un mes desde que el cielo anaranjado de San Francisco se convirtiera en protagonista y un símbolo de los históricos incendios que llevan meses devastando California, que han calcinado cuatro millones de terreno y devorado árboles, animales, casas y otros edificios a su paso. A la tragedia humana –que ya asciende a una treintena de muertos y decenas de miles de desplazados– se suman la catástrofe medioambiental y la amenaza de que la potente economía californiana acabe descarrilando y ponga en riesgo la estabilidad del sistema financiero estadounidense.
Desde distintos puntos del país, son varios los expertos y académicos que advierten de las graves consecuencias que el cambio climático ya está dejando en el estado dorado y de la necesidad de reformar los modelos de prevención y respuesta.
"Más allá de la devastación física, de la trágica pérdida de vida humana y del sustento, la intensificación de los eventos climáticos también supone retos significativos para nuestro sistema financiero y para nuestra habilidad de mantener el crecimiento económico a largo plazo", asegura Rostin Behnam, que encabezó un informe publicado el pasado mes de septiembre por la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de EEUU (CFTC).
El documento –que recoge 53 recomendaciones dirigidas a mitigar el riesgo que los fenómenos meteorológicos extremos representan para el mercado financiero del país, para los gobiernos estatales y locales, para el turismo y el valor de la vivienda– también reitera la relación entre la rápida intensificación de estos fenómenos y el cambio climático.
"La ciencia es bastante clara en cuanto a la conexión entre los incendios forestales y el cambio climático", explica en entrevista con Público Lisa Allyn Dale, catedrática en Ciencias Políticas del Instituto para la Tierra de la Universidad de Columbia en Nueva York. "Los incendios forestales que estamos viendo ahora en el oeste son mucho más intensos de lo que históricamente se ha considerado normal en cuanto al calor, a la magnitud y la duración que tienen".
"La ciencia es bastante clara en cuanto a la conexión entre los incendios forestales y el cambio climático"
Así lo han podido comprobar este año millones de californianos quienes, durante meses, han visto cómo las asfixiantes olas de calor han castigado el estado, dejando temperaturas récord en distintas regiones de éste. En agosto, en el Valle de la Muerte se alcanzaron los 54 grados centígrados, posiblemente una de las temperaturas más elevadas jamás registradas en el planeta, según datos del Observatorio Terrestre de la NASA.
Temperaturas de récord histórico
El pasado 6 de septiembre, los termómetros de la localidad angelina de Woodland Hills registraron 49 grados centígrados, marcando un nuevo récord histórico en el condado. Ese mismo día, las ciudades californianas de Paso Robles y Palmdale también alcanzaron temperaturas históricas.
En julio de 2020, un grupo de investigadores encabezado por Glynn Hulley, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, demostró que entre 1950 y 2020 las olas de calor en el sur de California han sido cada vez más frecuentes, más intensas, tienen una mayor duración, y vienen acompañadas por temperaturas y niveles de humedad más elevados por las noches, sobre todo en zonas urbanas como la cuenca de Los Ángeles.
"Las olas de calor están empezando antes y acabando más tarde cada año en las regiones urbanas. Esto eleva el riesgo para la salud pública y prepara el terreno para que en el otoño haya incendios forestales más intensos al aumentar la quema de combustibles", advierte el estudio. Estas conclusiones coinciden con las observaciones de voluntarios y trabajadores sociales que trabajan sobre el terreno con los damnificados.
"Cinco de los seis incendios más importantes de California se han registrado este año, y hemos visto más evacuaciones, más personas han perdido su casa y su trabajo, y hay quienes están viviendo en el coche porque no pueden pagar un hotel ni tienen plaza en un albergue", relata Tanya Gulliver-García, directora de aprendizaje y alianzas del Centro de Filantropía para Desastres (CDP).
Una de las labores principales de CDP es recaudar y repartir fondos a otras ONG y centros comunitarios para que estos den asistencia a las poblaciones afectadas por los incendios y a los grupos más vulnerables como los ancianos, los discapacitados y los pobres. Entre estas organizaciones se encuentra Corazón Healdsburg, que hace un mes garantizó plazas de albergue a más de seiscientas familias latinas afectadas por las evacuaciones en la zona de San Francisco.
Pero, para algunos individuos, la capacidad de respuesta ante los incendios forestales y las evacuaciones no depende únicamente de sus recursos económicos, sino también de la barrera lingüística.
"En California, la mayor parte de la información viene en español o en inglés, pero si hablas una lengua indígena no tienes acceso a ésta. Y organizaciones como el Movimiento Cultural de la Unión Indígena se encargan de luchar por la justicia lingüística en los condados de Sonoma y Napa y de informar a los afectados en su idioma", asegura Gulliver-García.
"En California, la mayor parte de la información viene en español o en inglés, pero si hablas una lengua indígena, no tienes acceso a esta"
Aunque la solidaridad de las ONG es crítica para asistir a los damnificados y California lleva años apoyando a los propietarios de viviendas en zonas de alto riesgo, el estado también depende de fondos federales para responder a la crisis que atraviesa y que seguirá atravesando en el futuro.
Tensión entre dirigentes
De hecho, la mayor parte de los incendios forestales del estado dorado se están produciendo en terreno gestionado por el Gobierno federal. Sin embargo, la trifulca política que llevan tiempo protagonizando el gobernador de California, Gavin Newsom, y Donald Trump ha atrasado la recepción de unos fondos que inicialmente Trump había bloqueado y que hace unos días aprobó.
"Cualquier estado del oeste depende del Gobierno federal para obtener asistencia financiera, técnica y apoyo logístico durante y después de los incendios forestales", afirma Dale. "Se trata de expectativas que ya están bien establecidas, y es bastante extraño que el Gobierno le deniegue la petición a California. Lo que refleja es un conflicto de personalidades entre el presidente y el gobernador".
Aún así, Dale considera que más allá de las ayudas federales, tanto California como otros estados del oeste del país que batallan anualmente con incendios forestales deben reconsiderar su "modelo" de gestión porque "no está funcionando". "El problema se extiende más allá de lo que un estado pueda hacer porque se resume en que el sistema natural está fuera de control", concluye.
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