Este artículo se publicó hace 9 años.
Estados Unidos izará su bandera en La Habana en señal de derrota
El secretario de Estado norteamericano John Kerry llega esta semana a Cuba para reanudar las relaciones bilaterales entre la isla y la potencia mundial.
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LA HABANA.- Cuando esta semana se ice la enseña nacional de los EEUU en su embajada de Cuba, el acto simbolizará la derrota de una guerra económica de medio siglo. Es un hito comparable a la imagen de los marines arriando su bandera y huyendo de Saigón, tras su descalabro militar. Se trata de dos pequeñas naciones a las que Washington no logró someter a pesar de hacerles pagar un altísimo costo humano, económico y social.
El Presidente Barack Obama pretende terminar con el Embargo Económico contra Cuba pero no lo hace porque sea inmoral, ilegal o haya sido condenado decenas de veces por la Asamblea General de la ONU, sino porque resulta inefectivo para lograr sus objetivos. Antony Blinken, subsecretario de Estado, acaba de reconocer en España que el Embargo "no ha sido eficaz en lograr sus objetivos. Lo lógico es intentar algo diferente. Creemos que abrir la relación es la mejor manera de alcanzar los objetivos que tenían aquellos que apoyaban el embargo".
Agregó que el Embargo "tenía buena intención", a pesar que documentos oficiales del propio Departamento de Estado, aseguran que forma parte de "una línea de acción que, aun siendo lo más mañosa y discreta posible, logre los mayores avances en privar a Cuba de dinero y suministros, para reducirles sus recursos financieros y los salarios reales, provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Gobierno".
Washington sigue dedicando este año alrededor de 30 millones de dólares en programas para "promover la democracia a Cuba". El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, reveló que "nuestro plan es continuar esos programas" y agregó: "Creemos que son importantes y que la restauración de relaciones diplomáticas, y el trabajo que nuestros diplomáticos serán ahora capaces de hacer dentro de la Isla, nos ayudarán".
Todo parece indicar que Cuba será sometida a políticas más sutiles, dirigidas a conquistar las mentes y los corazones de los cubanos en vez de presionarles el estómago. La empresa Google ofreció a La Habana construir una red WIFI que conecte al 70% de la población cubana, sin costo alguno para Cuba. El vicepresidente José R. Machado confirmó que "algunos que nos la quieren dar gratis, pero no lo hacen con el fin de que el pueblo cubano se comunique, sino con el propósito de penetrarnos y hacer trabajo ideológico para lograr una nueva conquista. Tenemos que poseer Internet, pero a nuestra forma, sabiendo que es una intención del imperialismo manejarla como una vía más de destruir a la Revolución".
Sin embargo, la respuesta cubana no ha sido bloquear Internet sino todo lo contrario, se continúan abriendo cibercafés y acaban de inaugurar decenas de zonas WIFI para conectarse. La compañía telefónica bajó incluso el precio de conexión a menos de la mitad y, aunque aun es caro para el ingreso de los cubanos, se pueden ver cientos de personas con sus móviles, tablets y laptop navegando en plena calle. En la provincia de Holguín son gratuitas durante el verano las conexiones WIFI a Internet de toda la red de dominios cubanos.
El acercamiento apuesta también a utilizar como puentes a los turistas y hombres de negocios, aunque los que han llegado hasta ahora parecen más interesados en las playas y en explorar el mercado que en hacer política. Además la invasión planificada por Washington no ha sido todo lo masiva que debía ser porque el Congreso se opone a levantar la prohibición de viaje o a eliminar el Embargo que impide a los empresarios estadounidenses invertir en Cuba.
Entre los nuevos programas para "democratizar" Cuba está el dar un tratamiento especial a los trabajadores autónomos y cooperativas no estatales. Se les facilitará créditos y autorización para importar y exportar desde y hacia los EEUU La idea parece ser fomentar una clase media, no ligada laboralmente al Estado cubano y que pueda materializarse después en una expresión política opositora.
Cuando el 14 de agosto la bandera de los EEUU ondee en el malecón habanero habrá comenzado una nueva etapa en las relaciones bilaterales, un enfrentamiento en el que la fuerza será sustituida por la astucia. "Sabemos que nos esperan tiempos más complejos -dijo a Público un funcionario del gobierno de forma anónima- pero debemos ser capaces de administrar los desafíos porque nos permitirá mejorar la situación económica del pueblo y porque tenemos confianza en que nuestros compatriotas no se dejarán encandilar".
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