Este artículo se publicó hace 17 años.
"Los empresarios españoles han de ir a China para quedarse"
Marcelo Muñoz, empresario pionero en China. Desde su llegada en 1978, ha asesorado a empresas españolas sobre cómo exportar al país asiático-
China se encuentra inmersa en una carrera contrarreloj para lograr un crecimiento que, de no interrumpirse, "la convertirá en la primera potencia económica mundial en unas décadas". Desde su atalaya como pionero de la aventura empresarial española en China, el extremeño Marcelo Muñoz desvela en su libro El enigma chino algunas claves para entrar en el gran mercado asiático.
De España a China en 1978. ¿Cómo llega ese salto visionario?
Por un chispazo empresarial. Un grupo de economistas nos dimos cuenta de que, en la España aislada de después de la dictadura, la exportación era una asignatura pendiente. Descubrimos China, vimos que se hablaba de apertura y nos lo creímos.
Montar una empresa española en China hace tres décadas debía de ser como reabrir la ruta de la seda. ¿Cuáles eran las mayores dificultades entonces y cuáles ahora?
Las dificultades son casi las mismas. La mayoría de las veces derivan del gran desconocimiento de todo lo que es China. Es otro mundo, los mecanismos mentales son distintos, los ritmos son distintos. Todo está impregnado del confucianismo. O descubres que la manera de negociar en China es diferente, o te pierdes. Tampoco se puede ir de España a China como si se fuese de país a país porque China es como un continente completo, tiene la misma población que África y Latinoamérica juntas.
¿Cuáles son los cinco pasos que debe dar un empresario español que quiera introducirse en China?
A China hay que ir para quedarse, ése es mi primer consejo empresarial. Y por tanto hay que ir con una estrategia, planteamiento industrial y rendimiento a medio-largo plazo. Casi todas las empresas que han llegado a China con estos planteamientos han tenido éxito. Otro factor importante es tener claro que en China no se improvisa porque sus dimensiones son demasiado grandes para equivocarse. Hay que ir siempre con un estudio hecho, con un plan de marketing muy elaborado. Finalmente, hay algo muy importante que destacar: paciencia, paciencia y paciencia. Y si eres extranjero, según Confucio, multiplica eso por mil.
¿Es imprescindible tener un socio local?
No es un requisito legal, hay empresas con capital 100% español. Pero según los productos puede venir muy bien tener un socio chino porque puede facilitar el marketing.
¿Qué oportunidades comerciales ofrece China para las empresas españolas?
Muchísimas. Hay que estar en China, es el mercado. En este momento hay alrededor de 150 millones de personas con un poder adquisitivo superior a la media española. ¿Cómo es posible que las empresas españolas no estemos en China? De lo que España exporta, sólo el 1% va a China. Es un porcentaje ridículo. Y presumimos de ser la octava potencia mundial. De lo que China importó en el año 2006, la participación española es del 0,26%.
Muchos expertos pronostican un frenazo de la economía china después de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. ¿Cree que el crecimiento actual es sostenible?
Sí. Cuantitativamente, los Juegos Olímpicos serán sólo una anécdota en el desarrollo económico chino. Lo de China no es un fenómeno que sale por casualidad. Tiene miles de investigadores especializados en prospectiva, que están trabajando para elaborar el futuro, diseñando estrategias.
¿En China se copia todo?
China es más que los todo a 100. Esta viviendo una revolución tecnológica sin precedentes y pongo algunos ejemplos. En los productos informáticos, de telecomunicaciones, China produce aproximadamente la tercera parte. Eso, evidentemente, exige innovación. La nanotecnología es uno de los sectores de la ciencia actual más importantes para el desarrollo informático, electrónico. Hay más investigadores en nanotecnología en el municipio de Pekín que en toda la Unión Europea.
En España hay bastantes empresarios, especialmente del sector textil y de calzado, que se quejan de la competencia desleal de China y piden medidas proteccionistas.
No se han enterado de que el mundo está globalizado. No se pueden poner puertas al campo, sería suicida. Hay que aprovechar las oportunidades de negocio; por ejemplo, en los años 80 varias empresas españolas se dedicaron a venderles maquinaria textil.
¿Cómo son las condiciones de trabajo? ¿Han mejorado los derechos laborales?
Los derechos laborales, todos los derechos sociopolíticos en China, son insuficientes. Ellos creen que los derechos laborales han avanzado mucho y objetivamente lo han hecho, pero aún son insuficientes. Lo que decimos nosotros ya lo sabemos, por eso en el libro explico lo que ellos piensan y cómo lo enfocan hacia el futuro.
¿Cómo afrontan los retos medioambientales?
Son conscientes de que si siguen nuestro modelo de desarrollo nos vamos a pique todos, ellos también. Ahí hay un ensayo que considero importante, más cualitativa que cuantitativamente, en Pekín. Están limpiando la ciudad. Con unos métodos nuevos, con unas inversiones nuevas. Hay que ir y verlo, antes era una ciudad sin sol.
Mattel tuvo que retirar cientos de miles de juguetes fabricados en China porque eran peligrosos para los niños ¿Cómo son los controles de calidad en China? ¿Nos podemos fiar de los productos fabricados en China?
China es el mayor exportador de juguetes del mundo. ¿Qué proporción de esos juguetes ha tenido problemas? ¿Quién ha hecho el control de calidad? Porque esos juguetes se están fabricando en China bajo control de las empresas occidentales que han invertido. No digo que no cometan errores, no digo que no hagan productos malos, también nosotros. ¿Pero en qué proporción? El teléfono móvil, el ordenador, la ropa que llevamos, todo está hecho en China. ¿Es de mala calidad?
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