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Emergencia del coronavirus India se enfrenta a una crisis humanitaria por el éxodo de miles de trabajadores pobres

Tras perder su trabajo por el parón económico provocado por el confinamiento, decenas de miles de personas y sus familias abandonan con lo puesto las grandes ciudades del país para volver a sus pueblos de origen. Además de la crisis humanitaria por su ya precaria situación, se teme que estas personas contribuyan a expandir el virus en el medio rural.

Nueva Delhi
Centenares de personas esperan un transporte en Nueva Delhi. (EFE)

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India se encuentra desde el pasado miércoles 24 de marzo bajo un régimen de 21 días de confinamiento total decretado por el Gobierno para tratar de contener el contagio del virus en este país de 1.300 millones de habitantes, donde se han registrado hasta el momento 1.171 casos de coronavirus y 29 muertes. Sin embargo, en un país donde 70 millones de personas viven en la calle y donde hay millones de trabajadores migrantes sobreviviendo con trabajos precarios en condiciones también muy precarias, la cuarentena tiene graves consecuencias. De hecho, el confinamiento está provocando un auténtico éxodo de decenas de miles de trabajadores que tras perder el trabajo por el parón de la actividad económica abandonan las grandes ciudades del país para volver a sus pueblos de origen. 

El  problema es que todos estos trabajadores y sus familias no tienen un medio de transporte a su alcance: el confinamiento ha reducido el transporte de viajeros a la mínima expresión, pero es que además tampoco podrían pagar un billete de tren o autobús para ellos o sus familias. Así que, desde que se anunció el confinamiento, miles de personas se han echado a las carreteras y caminos del país para volver a sus pueblos y ciudades natales recorriendo en muchos casos centenares, cuando no miles, de kilómetros a pie, en algunos casos con niños a su cargo y con poco más que lo puesto.

Además de la crisis humanitaria por su ya precaria situación, se teme que estos trabajadores y sus familias contribuyan a expandir el coronavirus en el medio rural de un país habitado por 1.300 millones de personas, y que cuenta con apenas un doctor para cada 11.000 habitantes.

La situación es tan comprometida que las autoridades locales de varios estados de India han empezado a fletar centenares de autobuses para intentar atender una demanda cada vez mayor, aunque la oferta es insuficiente.

Los llamamientos oficiales se suceden uno tras otro. El jefe del Gobierno de la ciudad de Delhi, Arvind Kejrival, que el sábado también fletó un centenar de autobuses para transportar a aquellos migrantes que huían a pie por las carreteras, instó al resto a quedarse en la capital y les aseguró que su departamento les proveerá de alimentos y refugio. "Hago un llamamiento a todos para que se queden donde están. Hemos hecho arreglos para su estadía y alimentación. Por favor, quédate en casa. No vuelvas a tu pueblo, de lo contrario, el objetivo del confinamiento fallará", dijo Kejrival en una rueda de prensa.

En el mismo sentido se pronunció este domingo el Gobierno del estado occidental de Maharashtra, que alberga el centro financiero del país en Bombay, y pidió en un comunicado a los trabajadores que no dejen el estado y les aseguró que las autoridades garantizarán su manutención.

Incluso el primer ministro de la India, Narendra Modi, ha hecho unas declaraciones en las que se ha mostrado contundente. Sin mencionar directamente esa situación, Modi afirmó el pasado domingo que aquellos que no están respetando el confinamiento "todavía no han comprendido la gravedad de la situación". "Para esas personas, mi único llamamiento es que será difícil que se salven del coronavirus si continúan ignorando el confinamiento", dijo el primer ministro.

La gravedad de la situación ha provocado que hasta el propio Tribunal Supremo indio haya pedido explicaciones al Gobierno sobre las medidas tomadas para aliviar el éxodo de estos trabajadores migrantes.

El interés del Supremo se debe a la petición que ha presentado ante el Alto Tribunal el abogado Alakh Alok Srivastav, quien en declaraciones a EFE, explica que su intención es que el Supremo intervenga para que el Gobierno indio proporcione comida, refugio y ayuda médica a los jornaleros que se han visto atrapados y sin sustento en las grandes metrópolis.

El Ejecutivo ha pedido un día para responder al Supremo, según el abogado, para quien "el Gobierno debería haber tomado medidas de antemano, antes de implementar el confinamiento".

Desinfecciones colectivas

Pero este éxodo tiene también otras derivadas, una de la más graves es el maltrato que sufren estos trabajadores que buscan volver a su casa. Los medios locales han mostrado en los últimos días largas filas de jornaleros tratando de regresar por las carreteras a sus hogares.

Entre esas imágenes, un vídeo ha creado especialmente polémica hoy, en el que se ve a un grupo de migrantes procedentes de Nueva Delhi sentados de cuclillas en plena calle mientras son rociados con desinfectante en Bareilly, en el estado vecino de Uttar Pradesh.

Las autoridades locales se han distanciado de lo sucedido, aunque en la segunda petición presentada ante el Supremo por otra abogada para cuidar el bienestar de los migrantes se pide justamente eso: desinfectarles.

"He pedido que cada persona sea desinfectada. Tienen miedo, el Gobierno debe aconsejarlos y concienciarles de lo que se está haciendo por ellos. Deben ser informados de que el aislamiento no es peligroso para ellos", dijo a Efe la abogada Rashmi Bansal, autora de la segunda petición.


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