Elecciones EEUU 2024: ¿Cómo funciona el sistema electoral?
Así es el complejo entramado de leyes y procedimientos de los comicios estadounidenses.
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madrid,
Estados Unidos se compone de 50 estados federales, en los cuales en torno a 244 millones de personas están habilitadas para votar. Durante las votaciones para elegir a un presidente, se pone en marcha un complejo entramado de leyes y procedimientos. La carrera electoral, sin embargo, comienza un año antes.
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La Constitución estadounidense exige que todo presidente cumpla ciertos requisitos: ser ciudadano de Estados Unidos por nacimiento, tener al menos 35 años, y haber vivido en el país, como mínimo, 14 años. Además, una vez un candidato recaude o gaste más de 5.000 dólares para su campaña, deberá registrarse ante la Comisión Federal Electoral (FEC, en inglés), y autorizar un comité que recaude y gaste los fondos de su campaña.
En sí, los comicios inician en la primavera anterior a la llamada a las urnas. Por esas fechas, los aspirantes a candidatos se registran en la Comisión Federal Electoral para lanzarse a la presidencia. Durante ese verano previo a las elecciones tienen lugar los debates para las elecciones primarias y las asambleas electorales, que se celebran entre enero y junio del año electoral.
De julio a septiembre, los partidos políticos convocan asambleas para elegir a los candidatos presidenciales (en las elecciones de 2024, los más destacados son Kamala Harris, por el Partido Demócrata, y Donald Trump, por el Partido Republicano). Estos candidatos se enfrentan en diversos debates presidenciales entre septiembre y octubre.
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En noviembre se produce la votación, y es un mes después cuando el Colegio Electoral presenta sus votos para presidente, los cuales son contados por el Congreso en enero. El día 20 de enero tiene lugar la investidura del nuevo presidente o presidenta.
Elecciones primarias y 'caucus'
Antes de siquiera conocerse los candidatos a la presidencia, los gobiernos estatales y locales organizan dos procesos de selección de candidato. Tanto las elecciones primarias como los caucus ocurren entre seis y nueve meses antes de las elecciones. En esta ocasión, ambos fueron celebrados entre enero y junio de 2024.
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En las primarias, los votantes seleccionan a su candidato preferido, pero lo hacen de forma anónima y secreta. Los resultados se reflejan luego en el número de delegados que se asignan a los ganadores, y que variará en función de los delegados de cada estado y de las normas internas de cada partido.
Los caucus (traducido como "asamblea de partidos") son asambleas privadas organizadas por los partidos políticos. Estas reuniones se establecen al nivel del condado o distrito electoral, con el fin de seleccionar al candidato presidencial. Durante los caucus, los miembros del partido se dividen en grupos, en función del candidato que apoyen (los indecisos también forman un grupo). Por medio de discursos, los grupos intentan reclutar más adeptos. Finalmente, se otorga un número de delegados en base a los votos que recibe cada candidato.
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Los delegados deben ser miembros activos del partido que apoyan al candidato elegido. Además, el número de delegados se rige por las normas estatales y de cada partido. También es posible que los delegados no estén ligados a ninguno de los candidatos, y son conocidos como "no comprometidos" o "superdelegados".
De acuerdo a las reglas de cada estado y partido, tanto las elecciones primarias como los caucus pueden ser abiertos, cerrados o una combinación de ambos.
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Convenciones nacionales
Las convenciones nacionales son instituidas por los propios partidos políticos, y en ellas se designa al candidato presidencial oficial y a sus vicepresidentes. Aunque los candidatos ya cuentan con el respaldo de los resultados de las primarias y los caucus, las convenciones sirven para confirmar el resultado.
En las convenciones, se distinguen dos perfiles de delegados. Por un lado, los comprometidos, quienes apoyan al candidato que se les asignó en los procesos de votación previos (primarias y caucus). Por otro, los no comprometidos, que optan por el candidato que prefieran.
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En el inusual caso de que ninguno de los candidatos obtenga mayoría, se realizarán nuevas rondas de votaciones hasta que haya suficiente unanimidad. A partir de la segunda ronda de votación, la convención pasa a ser denominada "abierta" o "negociada". Las convenciones continúan hasta que un candidato obtiene mayoría de apoyo entre los delegados, en cuyo caso pasa a ser el candidato presidencial oficial. También se anuncia su vicepresidente.
Para los comicios de 2024, la Convención Republicana se celebró entre el 15 y el 18 de julio, finalizando con Donald Trump como candidato presidencial y J.D. Vance como vicepresidencial. La Convención Demócrata se desarrolló entre el 19 y el 22 de agosto, en la cual Kamala Harris se convirtió en la candidata a presidenta, con Tim Walz como pretendiente vicepresidencial.
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El Colegio de Electores
Las elecciones presidenciales siempre tienen lugar el primer martes de noviembre, aunque los ciudadanos pueden votar antes en oficinas estatales o locales de elecciones. Según la legislación de cada estado, hay un determinado periodo de voto por correo. Este año, la votación sucederá el 5 de noviembre.
Lo particular de estas elecciones es que un mayor apoyo popular no garantiza la victoria electoral, como ya ocurrió en 2016, cuando Donald Trump obtuvo la presidencia habiendo tenido menos votos que Hillary Clinton. Y es que la última palabra la tiene el Colegio de Electores, conformado por 538 representantes de los 50 estados.
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De estos 538, 435 corresponden a los representantes proporcionales de las regiones, con un mínimo de tres por estado. Esto hace que los estados más pequeños tengan mayor influencia en el resultado que los grandes. Así, California cuenta con 54 delegados por ser la región más habitada, mientras que Wyoming, el menos poblado, solo tiene tres. Por consiguiente, el sistema de representación hace que un voto en Wyoming tenga un peso 3,7 veces superior a uno de California.
De los 103 restantes, 100 de ellos equivalen a dos senadores por cada uno de los 50 estados. Y los últimos tres son los electores del distrito de Columbia, en el cual se ubica la capital, Washington.
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Tras la emisión del voto, los electores de cada estado otorgan los votos a los candidatos. Sin embargo, a excepción de Maine y Nebraska, que reparten sus votos de forma proporcionada, en la mayoría de los estados se conceden todos los electores al ganador del voto popular. Es decir, que un partido con un mayor número de votos a nivel nacional podría perder las elecciones si sus votantes están distribuidos por el país, en lugar de concentrados por estados.
Resultado oficial
Un candidato a la presidencia necesita el apoyo de al menos 270 electores (más de la mitad del total) para alzarse con la victoria. La misma noche de las elecciones se proyecta al ganador, una vez realizado el conteo de votos. Pero no es hasta diciembre que el Colegio Electoral emite su decisión final.
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En el caso de que ninguno de los candidatos reciba una mayoría suficiente, la elección pasa a manos del Congreso. La Cámara de Representantes elegirá al presidente entre los tres candidatos principales, basándose en el número de votos electorales. El Senado, a su vez, designará al vicepresidente entre los dos candidatos restantes, de nuevo teniendo en cuenta los votos electorales. Este supuesto solo ocurrió en 1800 (donde salió elegido Thomas Jefferson como presidente) y en 1824 (donde se eligió a John Quincy Adams).
Pese a que la Constitución no lo exige, en ciertos estados se obliga a los electores a votar por el candidato elegido por voto popular en su estado. De no hacerlo, el elector podría ser multado, reemplazado e incluso procesado.
El 20 de enero se produce la investidura oficial del nuevo presidente o presidenta de Estados Unidos, que este año se disputa entre Harris y Trump.