Este artículo se publicó hace 5 años.
Ejército de IrakEl Ejército de Irak ataca a tres españoles cuando intentaban unirse a una milicia yazidí afiliada al PKK
Los españoles y un alemán, se hallan ya a salvo, pero seis personas han perdido la vida durante el enfrentamiento y los posteriores incidentes.
Barcelona-Actualizado a
Los tres españoles que habían viajado a Siria para unirse a una milicia yazidí conocida como Unidades de Resistencia de Sinyar (YBS, de acuerdo a sus siglas kurdas) están a salvo, y fuera de peligro, tras sufrir, de acuerdo a su versión, “una emboscada por parte de la guardia de fronteras iraquí” la tarde-noche de ayer, domingo, que posteriormente desencadenó un enfrentamiento armado que se ha saldado con al menos seis muertos: cuatro militares del Ejército regular iraquí y dos milicianos yazidíes.
Según han informado a este diario fuentes de la milicia desplegadas en el escenario de estos hechos, los españoles y otro voluntario alemán intentaron por primera vez pasar por carretera a la zona iraquí de Sinyar que controla las YBS -una milicia creada por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán o PKK- el sábado por la noche, desde Bashur (Kurdistán de Irak). En vista de que fueron rechazados en dos ocasiones -una por los peshmerga de Barzani y otra por la milicia chiíta iraquí Al Hashd Al Shaabi, decidieron intentarlo desde los territorios de la Federación del Norte de Siria (Rojava), que controlan los kurdos.
“Los problemas comenzaron al intentar pasar el río de nuevo para acceder a Sinyar”, ha explicado el español de 20 años
Primero, pasaron a Siria atravesando el Tigris, y desde la ciudad kurdo-siria de Derik, partieron ayer algo después de las siete y media de la tarde. “Los problemas comenzaron al intentar pasar el río de nuevo para acceder a Sinyar, cuando tratamos de cruzar la línea del Ejército iraquí”, ha explicado en declaraciones a Público el español de 20 años que viajaba junto al alemán. “Primero, al alcanzar una especie de túnel, advertimos que los otros dos españoles se habían rezagado y el guía partió a por ellos. Estábamos avanzando tumbados, reptando como serpientes junto al río con el equipaje a cuestas, cuando reparamos en que nos seguían miembros del Ejército de Irak. Justo entonces, empezó el momento en el que más miedo he pasado en mi vida, por la cual temí. Comenzamos a escuchar disparos y las bengalas empezaron a iluminar la noche. Poco después nos encontraron agazapados y nos encerraron en un camión. Después de registrarnos, nos quitaron el pasaporte, la mochila, el portátil, la cartera, el móvil y todo lo que llevaba. Estuvimos tres cuartos de hora agachados en el río y otro tanto en el camión, mientras nuestra milicia negociaba nuestra liberación, pero a mí se me hicieron siglos”.
Junto a ellos viajaban también un grupo de árabes: algunos eran trabajadores de Sinyar y el resto, milicianos armados de las YBS que, según el español, no respondieron en ningún momento al fuego enemigo. En vista de que la frontera se encuentra cerrada desde hace semanas, el grupo trataba de cruzar ilegalmente -ese es el procedimiento habitual- con la ayuda de un guía. Cuando comenzaron a disparar contra ellos “por todos los lados”, los voluntarios se dispersaron en dos grupos, el citado del español que viajaba con el alemán y el de los otros dos españoles, que anduvieron ilocalizados durante horas.
La suerte de los otros dos milicianos españoles que habían escapado se desconocía hasta esta misma mañana
Al tener conocimiento de estos hechos, un pequeño grupo de milicianos de las YBS “fuertemente armados con Doshka y otro armamento ligero” acudió junto al camión militar donde se mantenían confinados a los dos detenidos, y presionando a los iraquíes, lograron rescatarles sin disparar un sólo tiro. La suerte de los otros dos milicianos españoles que habían escapado se desconocía hasta esta misma mañana, en la que se recibió una comunicación de ambos donde se confirma que, tras ocultarse, han logrado ponerse a salvo y regresar a Rojava. Allí siguen aguardando las circunstancias oportunas de viajar de nuevo a Sinyar para servir en la unidad internacional de las YBS.
Los hechos que dieron lugar a las muertes de cuatro iraquíes -un comandante y tres soldados rasos- y dos milicianos yazidíes -sus fallecimientos no han sido oficialmente reconocidos por el PKK o las YBS pero han sido confirmados a este diario por testigos directos de los hechos- tuvieron lugar varias horas después, en el mismo puesto fortificado en el que sucedieron los hechos precedentes. Fuentes yazidíes aseguran que los iraquíes necesitaban una excusa para intervenir militarmente en Sinyar, y recuperar el control militar sobre una zona tutelada, de facto, por el PKK y su milicia afiliada, las citadas YBS.
En ese territorio se enfrentan ahora mismo los intereses de al menos cuatro actores políticos y militares
En ese territorio se enfrentan ahora mismo los intereses de al menos cuatro actores políticos y militares: la milicia chiíta de Al Hashd Al-Shaabi; los kurdos del partido de Barzani, que ganó las últimas elecciones en el Gobernorado de Sinyar pero a quienes se les ha impedido el paso; el Gobierno de Bagdad, que no ha logrado hasta la fecha imponer su autoridad en el área; y finalmente, la milicia kurda del PKK, que no está dispuesta a abandonar la zona, después del alto costo en sangre que ha pagado para proteger a los yazidíes, tanto de la amenaza del DAESH como de las milicias de Hashd Al Shaabi. Los militares iraquíes han sido acusados por el PKK de colaborar en funciones de inteligencia con Turquía, que bombardea con frecuencia las posiciones en Sinyar de la milicia kurda de Anatolia.
Actualmente, y una vez se reagrupen todos los hombres dispersados, en la unidad o tabur internacional de las YBS sirven ocho extranjeros, y cuatro de ellos son españoles (incluidos los dos que se encuentran en Rojava, tras retroceder). Existe, además, otro español en la zona, que sirve como responsable de una unidad médica.
Los miembros de la unidad internacional están en situación de máxima alerta
Junto a sus camaradas kurdos, árabes y yazidíes, los miembros de la unidad internacional están en situación de máxima alerta, en posiciones defensivas, aguardando las previsibles represalias del Ejército iraquí.
El joven de veinte años que fue retenido y posteriormente liberado asegura que carece de experiencia militar. “He decidido viajar a la zona y servir en las YBS durante seis meses, incluso si eso me cuesta la vida, porque creo que lo que está sucediendo en el mundo nos salpica a todos, y uno no puede permanecer sin hacer nada ante algo así”. Desde el comienzo del conflicto sirio, cientos de voluntarios europeos se han enrolado en diferentes milicias kurdas para combatir al Estado Islámico. Entre ellos, muchos españoles.
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