El Ejército británico sufre un "golpe devastador" en Afganistán
Por primera vez en 27 años un jefe de un regimiento británico muere en combate
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171 militares británicos han muerto en la guerra de Afganistán desde 2001. La última baja ha sido especialmente dolorosa para el Ejército. El teniente coronel Rupert Thorneloe, de 39 años, falleció el miércoles al estallar una bomba al paso del vehículo blindado en el que viajaba. Un soldado, de 18 años, también falleció en la explosión y seis de sus compañeros resultaron heridos. La noticia fue calificada de "golpe devastador" por el jefe del Ejército, el general Richard Dannatt.
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Es el primer jefe de un regimiento británico que muere en combate en los últimos 27 años. El precedente indica el tipo de guerra al que Londres intenta adaptarse en Afganistán. Herbert Jones murió en las Malvinas cuando encabezaba personalmente un ataque contra posiciones argentinas. Por el contrario, Thorneloe viajaba en un blindado Viking que no resistió el impacto del estallido de un artefacto cuya potencia ha sorprendido a los militares. El enemigo silencioso se esconde en Afganistán a la vuelta de cualquier curva.
La emboscada tuvo lugar en la provincia de Helmand, un lugar que los británicos han sido incapaces de pacificar desde que iniciaron allí su intervención. Ahora 4.000 marines norteamericanos realizan una operación masiva con la intención de completar ese trabajo inacabado. Thorneloe y sus hombres formaban parte del despliegue.
Al igual que el Pentágono en Irak, el Ministerio británico de Defensa se ha visto obligado a dar explicaciones sobre el uso del Viking. Sublindaje no es de los más resistentes. Ya no podía reforzarse más por el riesgo de poner en peligro su movilidad. El Ministerio tiene previsto retirarlo de Afganistán en 2010 y sustituirlo por otromodelo más pesado y resistente, el Warthog. Nadie descarta que elenemigo en el futuro también sepa cómo hacer daño a los nuevos vehículos. No hay guerra en la que los soldados tengan una protección absoluta.
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"Si preguntan a los que están en Afganistán, les dirán que nuestras fuerzas están mejor equipadas de lo que nunca lo han estado", dijo el ministro de Defensa, Bob Ainsworth, cuando le interpelaron porel blindaje del Viking. Los periodistas preguntaron por qué no se hacía un mayor uso de los helicópteros. Ainsworth dijo que se empleansiempre que es necesario. No explicó que los militares no ganarán estaguerra contemplándola desde el aire.
A pesar de que el Gobierno de Gordon Brown siempre se refiere a los talibanes como "terroristas", los militares de su país son muy conscientes de que los insurgentes son ya un enemigo mucho más peligroso y preparado que en los primeros años de esta guerra.
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Los errores estratégicos de Londres también han contribuido a alimentar las esperanzas de los talibanes y a convertir Helmand en uno de los mayores centros de producción de opio del mundo. Hace sólo tres semanas, el mayor S.N. Miller publicó un artículo en una revista militar con un balance desolador de la guerra. Según Miller, que trabaja en inteligencia militar, el Gobierno ordenó a las tropas que entraran en Helmand en 2006 "sin tener un plan de reconstrucción del país, sin los recursos necesarios para crear nuevas instituciones quefuncionen, y sin ningún deseo de enfrentarse a una insurgenciarecuperada".