EEUU da muerte Bin Laden, el terrorista más buscado del mundo
Un comando especial asalta la mansión-refugio del líder de Al Qaeda en Pakistán. EEUU asegura haber arrojado el cadaver de Bin Laden al mar
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A la una y diez de la madrugada del lunes, hora paquistaní, cuatro helicópteros de los Navy Seals, los comandos especiales de la Marina estadounidense, aparecieron en el cielo de un acomodado barrio de Abbottabad, a unos 60 kilómetros de la capital, Islamabad. Su objetivo: una casa fortificada donde presuntamente se escondía el hombre más buscado del planeta. En una operación milimetrada que duró menos de 40 minutos, el pequeño equipo acabó con la vida de Osama Bin Laden, el instigador de los atentados del 11-S.
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La misión oficial era, insistió el presidente Barack Obama al anunciar la noticia, "llevar ante la Justicia" al responsable terrorista. Su consejero en temas de seguridad nacional, John Brennan, afirmó ayer que "si hubiéramos tenido la oportunidad de apresarle vivo, lo hubiéramos hecho" pero los estadounidenses tenían la certeza de que el líder de Al Qaeda no se entregaría pacíficamente. Y así ocurrió.
La misión oficial era "llevar [a Bin Laden] ante la Justicia", dice Obama
Ante la llegada de los comandos, Bin Laden se defendió. Su muerte se produjo tras el tiroteo en el que murieron otras cuatro personas, dos correos, uno de los hijos del líder terrorista, Khaled, y una de las esposas de Bin Laden que este "usó de escudo" para protegerse, contó Brennan. Otras dos mujeres resultaron heridas. El líder de Al Qaeda habría muerto de un disparo en la cabeza entre cinco y diez minutos después del inicio de la operación. Fuentes de los servicios de inteligencia indicaron incluso a la agencia de noticias Reuters que el objetivo real fue desde el principio acabar con el cerebro de los ataques.
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Para evitar que se convirtiera en un mártir de la causa islamista y ante la negativa de todos los países de acoger sus restos, Estados Unidos prefirió darle sepultura en el mar, siguiendo los "ritos islámicos", es decir, 24 horas después del fallecimiento. "Si hubiéramos esperado a enterrarle en otro sitio, no hubiéramos cumplido el plazo ritual", declaró Brennan a modo de explicación.
Pruebas de ADN practicadas sobre el cadáver, que se compararon con las de familiares, confirmaron que efectivamente se trataba de Bin Laden. También fue identificado en el recinto por otra de sus esposas. Washington seguía debatiendo la posibilidad de hacer públicas más pruebas sobre la desaparición del terrorista y acallar cualquier posible rumor. Los servicios de inteligencia también estaban examinando material y documentación encontrados en la residencia.
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El terrorista vivía en una zona residencial cerca de Islamabad y no en una cueva
El lugar de la operación, una zona residencial de la ciudad de Abbottabad, "despierta muchas preguntas" sobre la "estructura de apoyo" de la que pudo beneficiarse Bin Laden para "mantenerse oculto a plena vista durante tanto tiempo", dijo Brennan sin hablar de una posible complicidad de las autoridades paquistaníes "con las que ahora estamos hablando todo el tiempo", pero sin descartarla tampoco. "No quiero especular".
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La decisión de atacar no contó con la unanimidad de los asesores presidenciales, pero finalmente Obama tomó la decisión. El mandatario y su equipo siguieron el desarrollo de la operación "en tiempo real -precisó Brennan-. Fue un momento muy tenso, cada minuto parecía un día, todo el mundo contenía su respiración".
Hacia varios meses, desde el pasado agosto, que la CIA tenía serias sospechas de que la casa fortificada de este "barrio acomodado donde viven muchos militares paquistaníes jubilados", contó a la prensa uno de los responsables del equipo de seguridad de la Casa Blanca, podía albergar a Bin Laden. La mansión, valorada en un millón de dólares, carecía de teléfono e internet. Sus habitantes preferían quemar su basura para no dejar pruebas.
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"Era tal y como nos imaginábamos que podía ser el refugio" del terrorista. La configuración de la casa "parecía indicar que ahí se escondía un alto dirigente de Al Qaeda". Nada que ver con la cueva a la que tantas veces se refirió el ex presidente George Bush. Bin Laden vivía en un recinto protegido por muros de más de seis metros, coronados por alambradas, una suerte de fortaleza. Sus protectores, sobre los que no se conocen detalles, construyeron hace unos cinco años con el propósito de albergarle, estimaron los servicios de inteligencia.
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El sitio se eligió con cuidado. En un área aislada "de los desastres naturales y los ataques terroristas que aquejan Pakistán, al final de un camino de tierra, una casa que no pasaba desapercibida al ser ocho veces más grande que la de sus vecinos inmediatos. La estructura principal de tres pisos tenía muy pocas ventanas con vistas a la calle.
Comenzó entonces una larga y meticulosa investigación de muchos meses que culminó en la decisión de Obama, el pasado viernes, de mandar un comando.
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Fue una misión "quirúrgica" destinada a "minimizar los daños colaterales" vista la situación del recinto, en medio de una población civil. Durante la operación, uno de los helicópteros tuvo un fallo mecánico y fue abandonado y destruido por los comandos. No se produjeron bajas entre las fuerzas especiales compuesta de 15 miembros, la mayoría Navy Seals (por sus siglas en inglés Sea, Air, Land) basado en Afganistán.
Los comandos se entrenaron en una réplica del recinto, contó ayer Brennan, sin dar más detalles, por lo que "estaban familiarizados" con la topografía de la casa, lo que les permitió ir muy rápido.
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Los servicios de inteligencia consiguieron cerciorarse de que ahí vivía Bin Laden, al rastrear la pista de los mensajeros que el líder terrorista solía usar, uno de ellos próximo a Khalid Sheik Mohamed, el presunto cerebro de los atentados del 11-S, y seguir a los familiares más cercanos de Bin Laden, entre ellos a su esposa. Pero si la CIA tenía conocimiento de los enlaces, sólo conocía su apodo, tras interrogar a los prisioneros de Guantánamo. No supo de su verdadero nombre "hasta hace cuatro años", explicaron luego los responsables de inteligencia. Finamente consiguieron seguirle y localizar el área donde solía ubicarse, en Pakistán.
A mitad de febrero, en una serie de encuentros del equipo presidencial, se decidió empezar a tomar medidas para capturar al responsable terrorista. El mandatario presidió cinco reuniones de su equipo de seguridad nacional, dos en marzo y tres en abril, para seguir el tema de cerca e intervenir.
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Estados Unidos "no compartió su información" ni sus intenciones con ningún país, ni siquiera con Pakistán y sólo un pequeño grupo dentro del gobierno estaba al corriente de los acontecimientos. "Teníamos la obligación legal y moral de actuar", dijo uno de los miembros del equipo de seguridad de la Casa Blanca, "se ha hecho justicia".