Este artículo se publicó hace 4 años.
EconomíaEl economista Paul Krugman: "Los ricos siempre están buscando excusas para reducir sus impuestos"
El Nobel de Economía en 2008 rechaza que España se tenga que preocupar por la deuda y cree que el control de alquileres "da muchos problemas".
Madrid-
Paul Krugman, ganador del premio Nobel de Economía en 2008, considera que la reducción de impuestos a las rentas más altas no genera beneficios para las arcas públicas ni provoca crecimiento económico, motivo por el cual la denomina una idea zombi, que sigue avanzando pese a que debería estar muerta por haberse demostrado que es falsa.
Esa una de las premisas del último libro del economista, Contra los zombis, publicado por Crítica, en el que examina, a través de la recopilación de casi un centenar de artículos, una serie de ideas y creencias económicas que "devoran cerebros" pese a que son erróneas.
Hay "pocos conceptos" que hayan sido puestos a prueba tantas veces como el recorte de impuestos y el crecimiento de impuestos, explica Krugman en una entrevista con Europa Press. "Lo hicimos con Reagan, lo hicimos con Bush, lo hicimos con Trump (...). En todas esas veces, las predicciones de la gente que dijo que los recortes de impuestos tendrían un efecto milagroso fueron erróneas", apostilla el autor.
En opinión del autor, está "muy claro" quién paga para que esta idea permanezca viva y "por qué" se hace. "Los ricos siempre están buscando excusas para reducir sus impuestos. Es una constante universal", subraya.
Otra de las ideas que Krugman critica en las páginas de su libro es la austeridad económica, especialmente en tiempos en los que el desempleo es elevado, algo que se produjo en los años posteriores a que estallara la burbuja inmobiliaria en 2008 y provocara la posterior crisis. "Todas las pruebas indican que la austeridad es mala para la economía", indica.
Para el autor, "todas las pruebas indican que la austeridad es mala para la economía"
Para el Nobel, España no debería de estar "muy preocupada" por la deuda, debido a que el interés que se paga por ella es menor que la inflación y que el crecimiento del producto interior bruto (PIB), lo que hace que, de forma natural, su peso relativo con respecto a la economía se reduzca con el paso del tiempo.
Recordando la situación de España hace más de una década, Krugman insiste en que el país estaba "sobrevalorado" y que los salarios necesitaban reducirse para incrementar la competitividad en comparación con el resto de Estados miembros de la UE. "No es justo, no es agradable, pero entender la economía no va sobre lo que es justo, sino sobre lo que es necesario", asegura.
Pese a ello, descarta que un abultado incremento del salario mínimo, como ha ocurrido en España en los últimos años, tenga un impacto en la economía. "El problema no es la cuantía del incremento, el problema es cómo de alto puedes poner el salario mínimo antes de que empiece a ser un problema para el empleo", agrega.
En este sentido, Krugman defiende un salario mínimo en Estados Unidos de 15 dólares por hora, algo que, junto con los programas de ayudas sociales y exenciones fiscales podrían garantizar una "vida tolerable", aunque no una "buena vida".
"La única razón para no defender mayores incrementos en el salario mínimo no es porque piense que es suficiente, sino porque me empieza a preocupar la perdida de empleo", matiza.
Con respecto a los límites a los precios de alquiler, una medida que ha comenzado a ganar fuerza en algunas ciudades de Europa y que formó parte del acuerdo de Gobierno entre PSOE y Podemos, el Nobel subraya que "da muchos problemas".
"El control de alquileres restringe la construcción de nuevas casas. No soy defensor del control de alquileres, claramente ha sido un problema y podría empujar a la gente a ser propietaria por la incapacidad de obtener vivienda de otro modo", argumenta.
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