Una docena de españoles ha hecho la guerra santa en Siria
La Policía y la Guardia Civil temen que a su regreso a España puedan empezar a practicar "la Yihad en casa"
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La guerra civil siria es un conflicto complejo y a menudo no ha sido entendido ni interpretado a tiempo tanto por el propio régimen de Bashar al Asad como por las demás potencias regionales e internacionales. La amenaza yihadista que tanto preconizó el régimen durante los primeros días de los enfrentamientos se ha convertido en una especie de profecía auto-cumplida, transformando un proceso considerado como revolución por sus autores, en un choque fratricida. Pese a que la presencia de combatientes extranjeros ha ido en aumento, hay que relativizar su importancia. Su número nunca ha sido mayoritario entre los rebeldes y por ello podemos seguir hablando de un conflicto entre sirios que ha contado, sin embargo, con una cantidad considerable de ciudadanos de países vecinos en Oriente Próximo, pero también del Golfo Pérsico, Magreb e incluso Europa y Estados Unidos.
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En España, el fenómeno yihadista no es extraño, a pesar de encontrarse en el extremo opuesto del Mediterráneo. Hace dos días, el juez Ismael Moreno, del juzgado central de instrucción número dos de la Audiencia Nacional, decretó prisión incondicional para Abdeluahid Sadik Mohamed, detenido por la Policía Nacional y la Guardia Civil en el aeropuerto de Málaga acusado de pertenencia a la organización Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL), vinculada a Al Qaeda y una de las facciones protagonistas de los últimos enfrentamientos entre los rebeldes sirios.
El auto del juez señala que Mohamed habría viajado a Siria junto con decenas de voluntarios yihadistas para participar en operaciones "durante varios meses mediante el uso de una intensa actividad violenta". Este suceso, según el juez, supone el primer caso conocido de un yihadista retornado a España después de recibir instrucción militar y haber combatido en un país extranjero.
18 residentes en España habrían partido para luchar en con grupos yihadistas sirios Con Sadik Mohamed, son 18 los residentes en España los que habrían partido para luchar en grupos yihadistas sirios como ISIL o Jabhat al Nusra. Según un estudio realizado por Fernando Reinares y Carola García-Calvo, especialistas en terrorismo internacional del Instituto Elcano, una docena serían españoles y otros seis, serían ciudadanos marroquíes con domicilio en España. Sin embargo, el caso de Mohamed es el que más preocupa a las Fuerzas de Seguridad del Estado que siempre han contemplado la posibilidad de que, tras el fin del conflicto sirio, estos combatientes retornen a España para hacer la yihad en casa.
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El analista en terrorismo yihadista e islamismo radical, Óscar Pérez Ventura, afirma que "el mayor riesgo es que esos individuos pretendan continuar esa yihad en suelo europeo, cometiendo atentados gracias a un entrenamiento en manejo de armas y explosivos, imposible de aprender en casa, a través de internet u otras fuentes".
Varón de entre 16 y 49 años, casado y la mayoría proviene de Ceuta
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El perfil del yihadista español sería el de un varón de entre 16 y 49 años, casado y, salvo alguna excepción, sin trayectoria yihadista previa. La mayoría proceden de Ceuta, donde entre junio y septiembre de 2013 fue desarticulada una red hispano-marroquí en el deprimido barrio de El Príncipe, en la ciudad autónoma. La operación, realizada por la Policía Nacional y la Guardia Civil se saldó con la detención de ocho personas.
La red se encargaba de labores de radicalización y reclutamiento, normalmente estimulado a través de incentivos económicos proporcionados a las familias. Desde Ceuta cruzaban en ferry hasta Algeciras y de allí a Málaga o Madrid para volar directamente a Estambul. Atravesaban Turquía hasta la provincia de Hatay, en la frontera con Siria y, una vez allí, eran puestos en contacto con los facilitadores yihadistas de ISIL o del frente Al Nusra. Tras pasar normalmente un curso de adoctrinamiento religioso de diez días y otro militar de dos semanas, la mayoría engrosaban su filas como combatientes. Sin embargo, tres de ellos fueron utilizados como mártires para cometer misiones suicidas.
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El Instituto Elcano señala también que otros 25 individuos habrían viajado desde España a Siria, pero para combatir como voluntarios del Ejército Libre Sirio, el representante armado de la oposición política siria cuyos postulados afirman pretender el mantenimiento de la unidad nacional y el respeto a todas las confesiones del país si consiguen derrocar a Al Asad. El análisis de Reinares y García-Calvo, no obstante, sostiene que estos hombres no están sujetos a una lealtad estricta y que, según las cambiantes circunstancias del conflicto, no es descartable que "alguno de ellos modifique sus posición y termine implicándose en entidades afiliadas Al Qaeda".