La deriva autoritaria de Putin: llama a la caza de espías y traidores mientras encubre la incapacidad de ganar la guerra
El presidente ruso ha abierto la veda de la caza de "traidores, espías y saboteadores" en los territorios ocupados de Ucrania, pero también en la propia Rusia. El jefe del Kremlin se ve incapaz de poner fin a una guerra que ya dura demasiado y busca responsables de su fracaso más allá de los campos de batalla.
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madrid, Actualizado:
Por primera vez, el presidente ruso ha reconocido las extremas dificultades a las que se enfrentan sus fuerzas de ocupación en los cuatro territorios anexionados en el sur y este de Ucrania, desde que Rusia lanzara la invasión del pasado 24 de febrero. Casi diez meses de guerra han devastado buena parte del antaño país hermano, pero también están suponiendo un cáncer que corroe sin pausa la economía rusa y ha hundido la imagen del país en la arena internacional.
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Putin se ha referido a una situación "extremadamente complicada", con "tareas difíciles" de acometer en los territorios de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, los cuatro pedazos de Ucrania incorporados por la fuerza a la Federación Rusia con los referendos ilegales del septiembre pasado.
En un mensaje grabado y televisado este martes, el jefe de Estado ruso ha felicitado en su festividad a los soldados, policías y agentes secretos que velan por la contrainteligencia, la seguridad interior, la lucha antiterrorista y la vigilancia de las fronteras. Pero ha añadido un mandato contundente: los miembros del FSB, la Federálnaya Sluzhba Bezopásnosti o Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, deben mostrar la "máxima disposición" y "concentración" para "atajar las actividades de los servicios especiales extranjeros y así identificar cuanto antes a traidores, espías y saboteadores".
Putin alerta sobre los saboteadores internos y refuerza el papel del FSB, antigua KGB
En su mensaje, Putin insta al FSB y al Comité Antiterrorista Nacional a aunar fuerzas para proteger las instalaciones estratégicas y las infraestructuras energéticas. En Rusia crece el temor de que la creciente disidencia interna pueda concretarse en la colaboración con elementos extranjeros para realizar sabotajes y ataques a centrales de energía y suministro de agua, los mismos objetivos elegidos en Ucrania por los drones y misiles rusos.
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Desde el comienzo de la guerra, han sido numerosos los ataques contra infraestructuras críticas situadas en territorio ruso fronterizo con Ucrania efectuados por supuestos comandos enviados por Kiev y con apoyo interno de ciudadanos rusos.
Podría estar gestándose una nueva reforma del FSB de cara a un nuevo rumbo en el conflicto de Ucrania
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En su mensaje, Putin promete a los servicios de seguridad liderados por el FSB "equipamiento y armamento más modernos, además de personal experimentado". Esta promesa no es baladí, pues podría estar gestándose una nueva reforma de este cuerpo, heredero directo de la KGB, de cara a un nuevo rumbo en el conflicto de Ucrania.
La incorporación del Servicio de Guardias Fronterizos a sus filas y la atribución de facultades de lucha antiterrorista han hecho del FSB una de las instituciones de seguridad más importantes de la Rusia de Putin. Por ejemplo, en 2006 el FSB asumió oficialmente la capacidad de eliminar directamente a terroristas fuera del territorio ruso si así lo ordenaba Putin, uniendo así tal capacidad a las de otros cuerpos de espionaje rusos que podían asesinar en el extranjero, como la GRU, la inteligencia militar, o el SVR, el servicio de inteligencia exterior. El FSB también ha adquirido un oscuro prestigio en la orquestación de ataques cibernéticos en el exterior, incluida la propia Ucrania.
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Su papel en la crisis ucraniana ha sido destacado, pues entre los deberes del FSB están las operaciones secretas en los estados que formaron parte de la Unión Soviética y que hoy día son países independientes, como es el caso de Ucrania.
Nerviosismo en el Kremlin, con demasiados frentes abiertos
El mensaje de Putin a los miembros del FSB por su festividad es un aviso del rumbo que va tomando el conflicto. Putin está prometiendo una guerra fría de espías paralela a la guerra caliente que no acaba de darle la victoria sobre el resistente ejército ucraniano.
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Putin ha eliminado su tradicional rueda de prensa de fin de año para evitar preguntas incómodas
Pero también es una muestra de las dificultades que atraviesa el jefe de Estado ruso para salir del atolladero ucraniano con una mínima dignidad. Putin ha eliminado su tradicional rueda de prensa de fin de año para evitar preguntas incómodas de la prensa internacional acreditada en Moscú, pero no ha quedado en la sombra en estos últimos días de 2022.
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Así, no ha dudado en protagonizar actividades muy relacionadas con el conflicto ucraniano. El viernes pasado, se reunió con su cúpula militar para obtener sus "puntos de vista" sobre la guerra. Y la visita de este lunes a Bielorrusia ha avivado los rumores, poco creíbles, de que divisiones conjuntas ruso-bielorrusas ataquen en breve Ucrania desde el noroeste.
El golpe contra el ejército ucraniano sería devastador, pero las fuerzas rusas no tienen en estos momentos la capacidad para sacar adelante un nuevo frente. Desde luego no con los 300.000 nuevos soldados llamados a filas recientemente y que bastante tienen con rellenar los inmensos boquetes que está dejando la guerra en su ejército desplegado en el este de Ucrania.
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El presidente ruso necesita poner fin a una guerra que dura demasiado y que ha destrozado la imagen de Rusia
No sabemos qué presiones internas puede estar recibiendo el presidente ruso para poner fin a una guerra que dura demasiado y que ha destrozado la imagen de Rusia en el mundo, además de machacar su economía y debilitar al país hasta unos extremos inconcebibles.
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Todos los pasos que ha dado Putin en los últimos tiempos apuntan a un intento de reforzar públicamente su poder, pero a la vez muestran un nerviosismo latente. Suspendió esa comparecencia anual ante la prensa que siempre ha celebrado por estas fechas, dejando muchas preguntas en el aire, no solo para los corresponsales extranjeros en Moscú, y ahora lanza una caza de espías en todo el país que podría minar buena parte de la popularidad que aún retiene.
Miles de personas fueron detenidas en Rusia durante los primeros meses de la guerra. Cuando se cumplen 300 días desde el comienzo de la misma, el país parece haberse adaptado a la contienda, pero el rechazo a la misma crece bajo esa aparente sumisión. Siguen abandonando el país muchos jóvenes para evitar servir en el ejército en guerra, pero también ante la atmósfera asfixiante de persecución que se expande.
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¿Un espaldarazo a los servicios de inteligencia para un conflicto encubierto, quizá en Moldavia?
Esta primera visita de Putin a Bielorrusia desde 2019 puede contemplarse desde otros puntos de vista. El FSB homenajeado este martes podría tener un futuro mayor protagonismo en ese rincón de Europa donde confluyen Rusia, Bielorrusia, Polonia y los países Bálticos. También en Moldavia, que avisa estos días que podría ser atacada por las fuerzas armadas del Kremlin en 2023 en coincidencia con esa supuesta gran ofensiva rusa apuntada para principios de año.
Parece poco probable un asalto militar directo a Moldavia, salvo que antes se retomaran territorios de Ucrania abandonados estos meses de atrás, como Jersón y otros territorios al oeste del río Dniéper, lo cual tampoco parece muy factible. En cambio actividades subversivas desde la Transnistria, ese territorio prorruso del este de Moldavia, sí podrían producirse, reviviendo la guerra de principios de los años noventa. Sería una de esas "respuestas asimétricas" de la geoestrategia que tanto gustan en el Kremlin.
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Y esta posibilidad, en la que las fuerzas del FSB también podrían tener su hueco, sí habría que tenerla en cuenta si se alarga la guerra, que es lo que reconoció también estos días el propio Vladímir Putin. El ejército ruso no parece estar ganando la guerra, pero tampoco la está venciendo Ucrania y menos su población, al borde del colapso energético.
Por ahora, los daños a las infraestructuras ucranianas dan ventaja a la estrategia de Putin
Mientras Rusia continúe el bombardeo de las infraestructuras críticas de la población, Putin estará doblándole el brazo no solo al Gobierno de Kiev. También estará poniendo una espada de Damocles sobre los intentos europeos de contribuir con miles de millones de euros, además del armamento, a la reconstrucción inmediata de Ucrania. No se puede reconstruir durante el día lo que será destruido al amanecer por los drones y misiles rusos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha vuelto a reclamar más armas a sus aliados europeos
Por eso, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha vuelto a reclamar más armas a sus aliados europeos. Esta vez ha sido ante la reunión en Riga de los líderes de la llamada Fuerza Expedicionaria Conjunta del Reino Unido, conformada por este país y sus aliados Dinamarca, Finlandia, Estonia, Holanda, Islandia, Letonia, Lituania, Suecia y Noruega.
Zelenski se dirigió al primer ministro británico, Rishi Sunak, a quien pidió más sistemas de defensa antiaérea. También reclamó a Noruega más lanzaderas de misiles NASAMS y a Suecia aviones de combate, misiles RBS 98 y otros dispositivos de artillería. A Dinamarca le demandó obuses ligeros de campaña, a Finlandia más munición de artillería, a Lituania algún NASAM que otro, además de misiles Stinger antiaéreos y a Letonia y Estonia, más cañones y granadas para los mismos.
Zelenski se permitió incluso ser muy crítico con Alemania, que no forma parte de este grupo de acción conjunta y no se encontraba representada en Riga. El presidente ucraniano dijo que no entendía por qué Berlín no entregaba a Ucrania carros de combate Leopard de fabricación alemana y pidió a Holanda que intercediera ante su vecino europeo. Esos tanques podrían ser claves para una eventual ofensiva ucraniana contra Rusia, pero las autoridades alemanas consideran que su aportación cruzaría una línea roja de la participación germana en la guerra y dejaría a su ejército desguarnecido de un arma clave para la defensa europea.
"Cuanto antes restauremos nuestro control de las fronteras, más fuerte nuestra seguridad será", afirmó Zelenski, erigiéndose de nuevo en protagonista de una reunión de seguridad europea y reforzando la idea de que es toda Europa la que está peleando contra Rusia en las campiñas ucranianas. Concluyó sus peticiones con un mensaje, que habría resultado entrañable si no reflejara el horror de la guerra y el cinismo de la política: "Los niños ucranianos en sus cartas a San Nicolás (Santa Claus) le piden defensas aéreas, armas y la victoria".