La derecha en Paraguay ya conspiraba contra Lugo en 2009
Wikileaks destapó un cable diplomático de Estados Unidos que revela las maniobras políticas para destituir al mandatario
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El proceso de destitución de Fernando Lugo en Paraguay duró apenas 48 horas. Un "golpe de Estado exprés", según denunció el propio mandatario. Bien es cierto que perdió sus apoyos políticos en día y medio. Sin embargo, su derrocamiento se fue gestando durante, por lo menos, tres años.
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Un cable diplomático de Estados Unidos, desvelado por Wikileaks el año pasado (pincha aquí para consultarlo), revela las conspiraciones de la derecha paraguaya para iniciar un juicio político contra Lugo: "Persisten los rumores de que el general y líder de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), Lino Oviedo, y el expresidente Nicanor Duarte Frutos están trabajando juntos para destituir a Fernando Lugo mediante un juicio político en el Congreso", dice el despacho diplomático, con fecha del 28 de marzo de 2009, enviado desde la embajada estadounidense en Asunción al Departamento de Estado, en Washington.
La estrategia de Oviedo y Duarte Frutos consistía, según el cable, en esperar un paso en falso de Lugo. La primera oportunidad llegó con una polémica sobre un subsidio de ocho millones de dólares para el cultivo de sésamo, criticado por los campesinos. En aquella ocasión no consiguieron reunir los apoyos necesarios en el Parlamento. Años después, la matanza producida tras un desalojo de una finca ocupada donde murieron once campesinos y seis policías ha dado las razones que faltaban.
El cable apuntaba la presidencia de Franco como parte del plan para echar a Lugo
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El gran impulsor del juicio político contra Lugo ha sido Horacio Cartes, empresario y aspirante a candidato para las presidenciales de abril de 2013 por el Partido Colorado, sostén de la dictadura de Alfredo Stroessner. Cartes también aparece en los documentos diplomáticos estadounidenses distribuidos por Wikileaks por sus vínculos con el contrabando y el narcotráfico.
Con su triunfo en 2008, Lugo, obispo ligado al movimiento campesino, puso fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado. El general Oviedo fue jefe de las Fuerzas Armadas de Paraguay hasta que fue arrestado en 1996 y posteriormente absuelto tras varios años de procesos judiciales y de un tiempo prófugo en Brasil por dos intentos de golpe de Estado. También fue acusado del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y de dirigir una masacre contra civiles.
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La formación que lidera, la UNACE, es la sucesora de la Unión Nacional de Colorados Éticos, movimiento interno del Partico Colorado, partido con el que Duarte Frutos llegó a la Presidencia. La alianza entre ellos data de 2007, cuando Duarte Frutos, todavía presidente, usó su poder sobre la Corte Suprema de Justicia para liberar a Oviedo de la cárcel.
El exobispo puso fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado con su triunfo en 2008
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El cable ya apuntaba la llegada de Federico Franco a la Presidencia, por aquel entonces vicepresidente, como parte de la estrategia para echar al exobispo. Conocidas eran las diferencias entre Lugo y Franco, a quien el cable define como un "político liberal de la vieja escuela de gran ego y carácter difícil". El actual mandatario, al que prácticamente ningún Gobierno latinoamericano ha reconocido, llegó a la vicepresidencia tras un matrimonio de conveniencia entre su formación, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y la coalición Alianza Patriótica para el Cambio con la que Lugo concurrió a las elecciones presidenciales de 2008. Un frágil apoyo que se ha dado la vuelta cuatro años después.
El plan de Oviedo y Duarte Frutos pasaba por utilizar la presidencia de Franco para convocar nuevas elecciones en las que el mejor posicionado entonces para ser el candidato del Partido Colorado sería el general Oviedo ante "el colapso institucional de la formación". La cosa no quedaría ahí, ya que Duarte Frutos recuperaría su asiento en el Senado tras otra maniobra judicial "para convertirse en el número tres en la línea sucesoria presidencial", apuntaba el documento diplomático.
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Aunque el cable renocía que el plan era "descabellado", no descartaba nada bajo una premisa más que simple: "En Paraguay no hay nada imposible". Descabellado o no, lo cierto es que tres años después Lugo ya no es presidente y hay otro miembro del Partido Colorado como principal artícipe de la conspiración a menos de un año de unas presidenciales.