La defensa de Strauss-Kahn alega que "no hubo encuentro forzoso"
Una fuente cercana a los abogados del director gerente del FMI asegura que argumentarán sexo consentido
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Veintitrés neoyorquinos elegidos al azar, ciudadanos de a pie que hasta hace unos días seguramente no habían oído hablar de DominiqueStrauss-Kahn, decidirán el viernes si el director gerente del FMI debe ser juzgado por intento de violación. Mientras, en uno de los tabloides neoyorquinos, el New York Post, una fuente no del todo fiable, pero mencionable, aseguraba ayer, citando sin nombrarla a una persona cercana a la defensa, que los abogados de Strauss-Kahn iban a argumentar que hubo sexo, pero que fue consentido. El pasado lunes, al salir del tribunal, su abogado, Benjamin Brafman, afirmó que las pruebas forenses, conseguidas en el examen médico al que se sometió el director del FMI en la noche del domingo, "no son consistentes con un encuentro forzado".
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La víctima, que la prensa francesa ha identificado como una inmigrante senegalesa con permiso de residencia en Estados Unidos, se encuentra bajo estrecha vigilancia de la Policía en un lugar secreto. Está, por lo visto, fuertemente conmocionada con todo el asunto, sobre todo porque ignoraba la identidad y la importancia de su agresor hasta ver el escándalo explayado en televisión y en las portadas de los diarios. Su hermano, en declaraciones a varios medios, afirmó confiar en la Justicia estadounidense: "Esto es América, no se saldrá con la suya, por eso nos gusta este país".
23 neoyorquinos elegidos al azar decidirán el viernes si debe haber juicio
El hermano contó cómo la empleada del Sofitel le llamó llorando poco después de lo ocurrido. "Ninguna familia debería pasar por esto, ella es una mujer trabajadora que solo es una víctima". El hombre, que regenta un café en Harlem, aseguró que su hermana "estaba muy preocupada porque le gusta su trabajo", pero que se encontraba algo "mejor desde que había podido hablar con un abogado". La víctima está "en un lugar muy seguro y de momento va a seguir así".
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En cuanto al juicio, durante la vista a puerta cerrada, el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance Jr., o alguien de su equipo expondrá su caso ante el gran jurado. Este podrá pedir el testimonio de la presunta víctima y de su presunto agresor, que podrán comparecer con sus abogados, aunque estos últimos no tendrán derecho a intervenir. Los 23 miembros del jurado se encerrarán para deliberar sobre la pertinencia y la validez de los cargos. Puede desestimarlos o, por el contrario, decidir que Strauss-Kahn debe ser juzgado formalmente. En este caso, el acusado deberá comparecer, quizás el mismo viernes, ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York, donde sus abogados presentarán su línea de defensa.
"No se saldrá con la suya", dice el hermano de la víctima
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Puesto que ya han asegurado que piensan negar los cargos, es más que probable que el caso pase a juicio o, si llegan a un acuerdo con la empleada del Sofitel, acabe en trato. La fase del gran jurado por tanto es esencial. Todo el peso reposa en este momento en la Fiscalía, que debe demostrar que los delitos del director del FMI dos acusaciones de agresión sexual en primer grado, otra por intento de violación y otros cargos por abusos sexuales, delitos que, sumados, conllevan una pena de más de 70 años de cárcel son lo suficientemente serios y demostrables para seguir con el procedimiento judicial. Sólo ocurre en los casos más graves: de los 300.000 casos criminales presentados en NuevaYork en 2009, algo menos de 500 acabaron en juicio y, de esos, 258 terminaron en un veredicto de culpabilidad.
El perfil de los letrados influirá sin duda en lo que pase en la sala del tribunal. El abogado de Strauss-Kahn, BenjaminBrafman, de 62 años, es un peso pesado con una clientela de famosos que no siempre ha conseguido sacar de apuros. En 2004 no pudo evitar que Michael Jackson fuera acusado de abusar sexualmente de un menor en su rancho de Neverland. Jackon le despidió. En 2009 defendió a una de las estrellas del equipo de fútbol americano de los Giants, Plaxico Burress, que se pegó un tiro en el pie con su propia pistola en una discoteca de Nueva York y que acabó en prisión por posesión ilegal de armas. También ha defendido a los raperos Sean Combs y Jaz-Z. "Es divertido ser Ben Brafman, pero hay momentos en que es muy triste", decía a The New York Times en una entrevista en 2004. "Escuchar un veredicto es uno de los momentos más terribles y tensos que se pueden imaginar".
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El fiscal, Cyrus Vance Jr., de 57 años, demócrata, hijo del secretario de Estado del presidente Jimmy Carter, lleva en el cargo desde enero de 2010, donde sucedió al mítico Robert Morgenthau, que reinó en la fiscalía de Manhattan durante 34 años. Tiene fama de duro. A finales del año pasado creó una unidad especial para luchar contra la corrupción de los empleados públicos. Vance explotará sin duda la desconfianza de un jurado hacia un político francés en una ciudad donde los diplomáticos no tienen muy buena prensa. La decisión de la jueza Melissa Jackson, el pasado lunes, de denegar la libertad bajo fianza, también juega a su favor.
La mujer está bajo vigilancia de la Policía en un lugar secreto
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La víctima, aconsejada por su hermano, habría contratado los servicios de Jeffrey Shapiro, una abogado que se anuncia en la televisión local y se dedica sobre todo a denuncias por accidentes laborales o negligencias médicas, nada que ver con un caso de alto perfil como el que se podría juzgar en Manhattan.
Sea cuál sea el desenlace de la historia y la veracidad de las acusaciones, parece poco probable que Strauss-Kahn, aunque luego resulte inocente, pueda sobrevivir al escándalo y permanecer en su puesto. Estados Unidos, después del episodio Monica Lewinsky, que casi acabó con la presidencia de Bill Clinton, tiene poca tolerancia con las acusaciones de carácter sexual.
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En marzo de 2008, el gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, prefirió dimitir cuando The New York Times publicó que usaba los servicios de una red de prostitución. Se sospechaba entonces que podía haber usado dinero público. Resultó inocente y ahora presenta un programa en la CNN, pero su carrera política ha quedado arruinada. A principios de este mes, el senador republicano de Nevada John Ensign también dimitió al descubrirse que mantenía una relación con la mujer de unos de sus colaboradores.