Cristina Escobar: “En el primer año de distensión con EE.UU ha pasado poco de lo que los cubanos esperábamos”
La presentadora estrella de la Televisión Cubana visita España para explicar cómo evolucionan las relaciones entre la isla y EEUU tras el anuncio oficial del inicio de una distensión que, al menos por ahora, no ha modificado las condiciones del bloqueo
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ZARAGOZA.- “Esperamos que Obama abra la puerta de una manera tan ancha que el que venga detrás de él no pueda cerrarla”, explica la periodista cubana Cristina Escobar, presentadora de Televisión Cubana y de TeleSur y especialista en el diálogo entre la Administración estadounidense y la de la isla.
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Escobar, de 27 años, fue en mayo, más de medio siglo después de que Cuba y EEUU rompieran formalmente sus relaciones, la primera periodista del país caribeño que formulaba una pregunta al portavoz de la Casa Blanca. Josh Earnest le dijo que “esta es la intención” cuando se interesó por la anunciada iniciativa de que ambos gobiernos abran sus embajadas ante el otro.
¿En qué situación se encuentran hoy, tras los anuncios de distensión de la Administración Obama, las relaciones entre Cuba y EEUU?
Obama ha aplicado algunas medidas muy epidérmicas para flexibilizar algunos aspectos del bloqueo, pero esencialmente sigue igual
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Cuando estamos a punto de cumplir un año de ese asunto, poco ha pasado de lo que los cubanos esperábamos. En temas como el bloqueo, estamos en un momento clave para pasar a un escenario de oportunidades y no de obstáculos, pero poco hemos avanzado. Obama ha aplicado algunas medidas muy epidérmicas para flexibilizar algunos aspectos del bloqueo, pero esencialmente sigue igual: continúa prohibido el uso del dólar por Cuba –el Departamento del Tesoro multa a los bancos que lo permiten- y siguen igual la ocupación del territorio de la base de Guantánamo y las transmisiones ilegales de TV Martí, que es un órgano de propaganda del Gobierno de EEU para subvertir el orden interno en Cuba.
¿En su opinión han cambiado poco las cosas en este año?
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Obama, cada vez que puede, dice que hay que levantar el bloqueo, pero él poco puede hacer porque eso es ley y, por tanto, tiene que cambiarlo el Congreso. Y eso sigue muy estancado. A los efectos de los cubanos había expectativas en torno a las oportunidades de mejora económica que esto podía despertar, pero se ha visto poco, no ha habido más licencias. Obama no está utilizando todas sus prerrogativas presidenciales para cambiar la situación. Lo que sí hay más es la presencia de estadounidenses de alto nivel que visitan La Habana y se interesan por la situación de Cuba.
¿Es decir, que ha habido un anuncio de restablecimiento de las relaciones diplomáticas pero este no se está materializando en algo efectivo?
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Tener embajadas y restablecer las relaciones diplomáticas abre un canal de diálogo, pero no es más que eso
Efectivamente. Los medios internacionales hablan de lo que tiene que hacer Cuba, pero eso es incierto: el bloqueo es una política unilateral, y es responsabilidad de EEUU levantarlo. Hasta ahora, realmente, ha pasado poco de lo que Cuba pedía. Es un buen paso tener embajadas y restablecer las relaciones diplomáticas. Por lo menos hay un canal de diálogo. Y hay un reconocimiento. Eso supone un buen punto de partida, pero no es más que eso.
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¿Cree que Obama podrá culminar este proceso o quedará para su sucesor?
La esperanza sigue en el presidente Obama. Todo hasta ahora -en el proceso de distensión-, han sido prerrogativas presidenciales, avances que ha hecho él y que otro presidente no habría hecho. En 2017 todo podría virar. La esperanza está en este año. Pero, teniendo en cuenta que Obama ha tenido poco éxito en llevar su agenda para Cuba al Congreso, y esto depende del Congreso, hay pocas posibilidades de avanzar en asuntos como el bloqueo. Hay muchas cosas por hacer.
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¿Cómo cuáles?
La idea es abrir la puerta tanto que sea muy difícil que quien venga detrás
de Obama la cierre; y, a partir de ahí, comenzar a desmontar el sistema de sanciones
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El presidente de EEUU puede dar licencias. Por ejemplo, puede permitir que Cuba compre a crédito. Eso dinamizaría las relaciones comerciales. En cualquier caso, la idea es abrir la puerta de una forma tan ancha que sea muy difícil que el que venga detrás la cierre. Y, a partir de ahí, comenzar a desmontar el sistema de sanciones. Obama puede decir que eso debe dejar de estar vigente, pero lo está; y él tiene un margen de maniobra que no está aprovechando.
¿Conocía España? ¿Qué panorama mediático se ha encontrado?
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No había estado nunca. En cuanto a los medios, no resulta extraño que los grandes están interesados en otras historias. Y eso resulta importante, porque quizás le están dando cancha a otra gente que es menos conocida en Cuba. Su forma de contar Cuba es más la que ellos quieren que una cercana a la realidad. No me sorprende, pero tampoco me importa mucho, porque he encontrado a mucha gente interesada por Cuba.
¿Conoce experiencias como las de los nuevos ayuntamientos y las candidaturas de confluencia en España?
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No mucho. España es un referente cultural, afectivo e incluso familiar para muchos cubanos, pero no tanto en términos de orden político. Hay una visión de mucho respeto y de que lo que pasa aquí lo decidan los españoles, como queremos que pase en Cuba.
Pero sí hay una intensa relación comercial entre los dos países
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Cambien las cosas o no con EEUU, creo que va a haber lealtad a los que han estado con Cuba cuando nadie más ha querido estar
España es el tercer socio comercial de Cuba, aunque ahora aumenta el interés de los empresarios estadounidenses, que les pueden hacer competencia. Siempre ha habido muy buena relación en el campo empresarial. De hecho, los españoles son líderes en el sector turístico. Cambien las cosas o no con EEUU, creo que va a haber una lealtad a los que han estado con Cuba cuando nadie más ha querido estar.
¿Cómo es el panorama mediático e informativo en Cuba? ¿Ha cambiado con Internet y las redes sociales?
Cada vez las personas tienen más opciones para enterarse de lo que pasa en Cuba y en el mundo. La visión medio céntrica que pudo haber en algún momento en torno a los medios públicos está superada. La gente tiene acceso a TeleSur -una cadena de noticias promovida por varios países latinoamericanos-, aumenta la penetración de Internet y hay métodos informales de difusión de información a través de memorias flash y pendrives. Eso supone que los medios públicos tenemos competencia, y ha abierto un debate sobre cómo acercar sus agendas a lo que la gente espera.
¿En qué consiste ese debate?
Hay una renovación del sistema de comunicación, y el nuevo escenario de relaciones con los EEUU lo dinamiza. Los discursos han de ser más objetivos. La realidad ha cambiado y hay que explicarle a la gente cómo funciona eso. Las personas quieren saber más y si tú no lo haces bien y se lo cuentas, se desconectan: no te leen, no te escuchan, no te ven. Los medios públicos están llamando a la reflexión para no perder la credibilidad. Eso es fundamental para el consenso, porque las nuevas relaciones con EEUU no solo traerán cambios económicos sino también políticos.
¿Esas relaciones traerán una entrada de medios estadounidenses en Cuba?
Ya hay medios norteamericanos que están en Cuba
Sí. Hay una luna de miel, un ejercicio de descubrimiento de los medios estadounidenses con Cuba, una isla que antes para ellos parecía no existir. Los medios en español del sur de Florida tienen un discurso anquilosado que ya no tiene que ver con la realidad de Cuba y tampoco, por cierto, con lo que piensan Obama y algunos miembros del Partido Republicano. Ya hay medios norteamericanos que están en Cuba, y cuyo público es la diáspora, pero yo no veo eso como una amenaza sino como una llamada de atención a los medios públicos para que seamos mejores. Nuestros medios tienen que estar a la altura y aprender a trabajar en ese nuevo escenario.
Pero en Cuba sigue sin haber medios de comunicación privados
Sí los hay. Hay iniciativas alternativas e individuales como Periodismo de Barrio, blogs, redes como El Paquete Semanal. Y hay también algunas revistas de farándula que se distribuyen también a través de esas redes. Muchas veces, esos medios cubren historias que no siguen los medios públicos. Hemos de ver esta situación como una oportunidad de saber dónde están nuestros vacíos. Por suerte, estamos entrando una avalancha de jóvenes periodistas con muchas ganas de hacer y de empoderarnos en los medios. Yo defiendo el modelo público de medios que no están subordinados a los poderes fácticos como los bancos.