Este artículo se publicó hace 12 años.
Continúa la masacre de Homs
La población teme que los militares ocupen la ciudad.
Las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, se siguen cebando con la población de Homs, ciudad al norte de Damasco, que desde el pasado viernes sufre constantes ataques de artillería que han provocado ya varios centenares de víctimas sin que la ONU haya llegado a un acuerdo para condenar la violencia.
Homs es la ciudad insignia de los opositores al régimen. La ciudad ha sido sitiada y atacada periódicamente por el Ejército desde que comenzaran las manifestaciones y protestas en marzo de 2011.
Pero el pasado fin de semana, Asad incrementó la ofensiva para aplastar la rebelión. En apenas dos días murieron alrededor de 300 personas. Y Esta mañana, varias informaciones apuntaban a que los militares se habrían situado a 1 kilómetro del barrio de Bab Amro, el más afectado, lo que podría ser indicativo de que el régimen prepara un asalto por tierra. Mientras, continuaron los bombardeos de artillería, que mantienen a los ciudadanos atrapados y sin escapatoria bajo las bombas.
Según la Comisión General de la Revolución Siria, desde primera hora de la mañana de hoy unos 500 proyectiles impactaron en ese barrio contra casas, mezquitas y áreas donde los ciudadanos suelen manifestarse. Las mismas fuentes aseguraron a la agencia EFE que el hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona aunque sin médico ni medicinas, también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número indeterminado de víctimas entre su personal.
El gobierno asegura que las tropas actúan con "la máxima contención"
Varios grupos opositores denunciaron ayer el asesinato de al menos 60 personas en los ataques, pero Asad sigue negando la violencia contra civiles y asegura que la operación se dirige a eliminar a "grupos terroristas armados" que atemorizan a la población. La cadena británica BBC aseguraba hoy que los ataques se sucedieron incluso durante la noche, cuando los vecinos intentaban enterrar a los suyos en fosas comunes.
Frente a las denuncias de la oposición, que asegura que el hostigamiento sobre la población civil es sistemático y arbitrario, el Ministerio de Interior dijo que las autoridades han puesto en práctica "la máxima contención" y han ofrecido a los insurgentes oportunidades para "volver al camino de lo correcto".
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