Una comisión independiente calcula más de 4.800 víctimas de abuso sexual de la Iglesia en Portugal

La comisión independiente que investiga los abusos en el seno de la Iglesia Católica en Portugal validó 512 testimonios de víctimas, aunque estima que el número mínimo supera los 4.815 niños en los últimos 70 años, anunció este lunes en su informe final. El organismo fue financiado por la Iglesia católica, e investiga los casos de abusos sexuales llevados a cabo a menores entre 1950 y 2022.

"No es posible cuantificar el total de crímenes", admitió su coordinador, el psiquiatra infantil Pedro Strecht, que denunció que "la mayoría de las víctimas fueron abusadas más de una vez". "Son mucho más que una estadística", reivindica. La comisión portuguesa inició sus trabajos en enero del año pasado, después de que un informe revelara en Francia que unos 3.000 sacerdotes y religiosos abusaron sexualmente de más de 200.000 niños.

El 77% de abusos fueron perpetrados por sacerdotes, y la mayoría de las víctimas eran hombres, dijo Strecht, añadiendo que sufrieron abusos en escuelas católicas, casas de sacerdotes y confesionarios, entre otros lugares. Las denuncias proceden de todas las regiones del país y también de portugueses residentes en otros países de Europa, África y América.

José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), asistió a la presentación del informe. La Iglesia ya se había declarado dispuesta a "tomar las medidas oportunas".

Del total de las denuncias recibidas, la comisión ha enviado a la Justicia 25 casos. La organización considera probado que ha habido encubrimiento y que algunos acusados continúan activos en la Iglesia.

Investigaciones por encubrimiento

El propio obispo José Ornelas es investigado desde el pasado octubre en al menos dos procesos abiertos por la Fiscalía lusa por presuntos encubrimientos de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia católica.

Ornelas está investigado por encubrimiento en el proceso abierto contra un sacerdote de una parroquia de Braga (norte) perteneciente a la congregación del Sagrado Corazón (Dehonianos) presidida por el obispo cuando se denunciaron los hechos.