Cientos de migrantes protestan en México por la suspensión de los permisos para cruzar el país
Las autoridades mexicanas han informado de que los centros de acogida están completos tras el fin de las devoluciones en caliente aprobadas por Trump.
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MADRID,
Las autoridades mexicanas han ordenado este viernes la suspensión de los permisos para el tránsito de migrantes por el país. Esta decisión coincide con el fin del Título 42 en Estados Unidos, una medida que impulsada por Donald Trump que permitía las devoluciones en caliente. Las personas varadas en las fronteras norte y sur de México han protestado contra la decisión del Gobierno de López Obrador.
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El Instituto Nacional de Migración de México (INM) ha informado también de que los centros de alojamiento y acogida de personas migrantes están al máximo de su ocupación. El cese de la legislación migratoria estadounidense ha provocado un aumento de los desplazamientos en todo el continente.
Este jueves, las fuerzas de seguridad mexicanas y norteamericanas han impedido el paso de multitud de personas migrantes a EEUU. Muchas familias, indignadas con la situación, se han manifestado en el Centro de Atención Provisional del INM en la frontera con Guatemala. Los funcionarios han dejado de conceder los documentos necesarios para poder cruzar México y alcanzar los Estados Unidos.
La mayoría de las personas que atraviesan México tienen como destino final alguna ciudad estadounidense. "El presidente mexicano, López Obrador, dice que ellos ayudan a los migrantes. Aquí no hay agua ni comida, tenemos a niños con fiebre. ¿Dónde están los derechos humanos?", denunció un hombre de origen venezolano.
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En vistas de la situación, el INM puso a disposición de las personas migrantes una decena de autobuses para llevarlos a la capital de Chiapas, uno de los estados de México, donde prometieron concederles un permiso de 45 días. Varias familias habían montado un campamento temporal para exigir los documentos y poder así cruzar el país.
Las autoridades mexicanas desplegaron un operativo especial para tratar de movilizar a las personas varadas. Unos 700 migrantes aceptaron subir a los autobuses ante el miedo de ser deportados a Guatemala. Muchos otros han preferido pasar la noche en la frontera y una minoría de desplazó por su cuenta hasta los albergues más cercanos. La situación refleja el caos y la incertidumbre provocados por el fin de la política migratoria estadounidense.