Este artículo se publicó hace 16 años.
Christian Poveda: "En 20 años habrá maras en nuestros países"
Director de un documental sobre las maras.
El fotoperiodista francés Christian Poveda ha convivido con maras durante los últimos 16 meses para rodar La vida loca, un documental que presentó durante la última edición del Festival de Cine de San Sebastián.
¿Qué le ha llevado convivir durante tanto tiempo con maras?
Su aspecto humano. Las maras me parecen algo terrible: un niño de 12 años nacido para matar. Me propuse dar con las razones que convierten a un joven en un criminal.
¿Qué encontró en El Salvador?
Encontré que las maras las forman jóvenes abandonados. Niños en busca de amor. Todos sufren en la base una carencia afectiva. La gran mayoría son huérfanos de madre o de padre por razones variadas. Esta carencia afectiva es lo que les lleva a ingresar en una mara y a no tener nada que perder.
¿Tanto como para convertirse en criminales con 12 años?
El niño cuando ingresa en una mara vive un proceso. Primero encuentra la seguridad que no le aportaba su hogar. Después comienza a realizar pequeños encargos, más tarde se siente tan identificado con la pandilla que es capaz de dar su vida o quitársela a los demás.
Formar parte de la pandilla también les lleva a estar en peligro de muerte.
La mara no es una pandilla de barrio a la que dedicas las tardes. Lo es todo para sus miembros y también les reporta todo lo que tienen. No les queda nada más allá. No hay nadie que les espere en casa, no hay nada más que les motive ni les dé razón para seguir viviendo.
¿Sigue en alza la violencia?
Durante estos años se ha radicalizado la violencia y, al mismo tiempo, las dos grandes pandillas -la Mara Salvatrucha y la Mara 18- la ejercen de un modo más controlado. Al principio era algo espontáneo, un delirio de jóvenes que juegan de modo irracional con armas, alcohol y droga.
¿Cuentan también con más reglas internas?
Entre ellos se llaman soldados y cuentan con toda una jerarquía. En muchos barrios pobres están en guerra continua. La droga que antes estaba permitida, ahora nadie puede consumirla, salvo que sea marihuana. Se dieron cuenta de que el crack les convertía en presa fácil.
De todos modos, son pocos los que llegan a viejos.
Si lo hacen es porque han cumplido largas condenas en la cárcel.
¿Qué papel juegan las políticas sociales en estos países?
En El Salvador no existía ninguna tradición de pandilleros. Las pandillas son consecuencia de las políticas en América Central de Estados Unidos, que se comprometió a facilitar la repatriación de todos los presos políticos durante los años de guerra civil y enviaron a los jóvenes involucrados en las pandillas. Fueron echados de las cárceles y en sus países reconstituyeron pandillas abasteciéndose de todos los huérfanos de la guerra. Sólo en El Salvador existen más de 30.000 pandilleros.
¿Podrían llegar estas modas a los jóvenes de Europa?
Sin duda. En Francia, un 70% de violencia juvenil ya proviene de la inmigración, producto de las malas políticas de inmigración. Dentro de 20 años tendremos jóvenes de este tipo en nuestros países.
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