Este artículo se publicó hace 16 años.
Las otras Chinas
Hong Kong y Taiwán compiten con recelos hacia el país organizador
Andrea Rodés
Cuando los 80 atletas de la selección olímpica de Taiwán aparecieron en la pantalla gigante del parque Ditan de Pekín, donde se proyectaba la ceremonia inaugural de los Juegos, muchos de los jóvenes que estaban allí sentados empezaron a aplaudir con entusiasmo y ondearon banderitas chinas.
En cuestión de segundos, la pantalla proyectó la imagen del presidente chino, Hu Jintao, aplaudiendo desde la tribuna del estadio, resaltando la importancia del momento: la selección de Taiwán, una isla de 22 millones de habitantes que Pekín reclama desde que se proclamó independiente en 1949. Los aplausos en el parque Ditan también fueron intensos al aparecer en pantalla los 35 atletas de la delegación de Hong Kong, la ex colonia británica convertida en región especial de China desde la reunificación, en 1998. “Nadie duda de que Hong Kong es parte de China”, dice Xiong, una joven abogada pekinesa, que paseaba el sábado con su madre cerca del Templo del Lama. Los chinos dieron ayer una cálida bienvenida a compatriotas, honkoneses y taiwaneses, con quién comparten la misma identidad cultural a pesar de las diferencias políticas y de derechos que existen con el continente. “El caso de Taiwán es diferente”, añade Xiong.
Las aspiraciones soberanistas del último presidente taiwanés, Chen Shui-bian, tensaron las relaciones diplomáticas entre Pekín y Taipei. Chen se negó a que el relevo de la antorcha olímpica pasara por Taiwán, ya que al hacerlo luego por Hong Kong significaba decir que la isla es parte de China. La relaciones en el estrecho de Taiwán han empezado a mejorar desde el pasado mayo, cuando fue elegido el nuevo presidente, más propenso al acercamiento con Pekín, Ma Ying-jeou.
Para Taiwán, participar en los Juegos Olímpicos siempre ha sido una oportunidad para que el mundo reconozca su legitimidad y autonomía con respecto a China. Su selección compite bajo el nombre Taipei chino y no como Taiwán o República China -el nombre original de la isla desde que el ejército nacionalista del Kuomintang se refugió allí al perder la guerra contra los comunistas, en 1949–. Pekín insiste en que la selección debería llamarse Taipei de China, pero los políticos taiwaneses se niegan, porque eso significa admitir que son parte de China. También lamentan que durante la ceremonia inaugural los países tuvieron que desfilar ordenados según el alfabeto chino, en lugar del inglés, obligando a Taiwán a perder su puesto tradicional, vinculado popularmente con la T.
Sin embargo, para no ofender al régimen chino, el Comité Olímpico taiwanés se comprometió en 1989 a no utilizar la bandera y el himno nacional durante las competiciones internacionales. Lo hacen con una bandera blanca, con el emblema del Comité Olímpico de Taiwán estampado en el centro. La delegación de Hong Kong, con 35 atletas, lo hizo con su propia bandera, roja y con una orquídea blanca en el centro.
Si alguno une a las selecciones olímpicas de China, Taiwán y Hong Kong es la presencia de excelentes jugadores de ping pong, el deporte más popular en la sociedad china.
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