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China pide un alto el fuego con su plan de paz para Ucrania, pero Occidente y Rusia prefieren la vía militar

China reclama, en su flamante plan de paz, un alto el fuego en Ucrania, el respeto a su soberanía y la retirada de las sanciones que pesan sobre Rusia.

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Vladímir Putin habla con el presidente chino, Xi Jinping, en una reunión de los estados miembros de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). — Sputnik/Sergey Bobylev/ / Reuters

La iniciativa de paz para la guerra de Ucrania que China ha presentado este viernes es una declaración de intenciones ya defendidas antes por Pekín y no expone una hoja de ruta concreta hacia un eventual armisticio entre Moscú y Kiev. Sin embargo, el compromiso de China con la negociación y el diálogo es un paso positivo en unos momentos en los que Occidente y Rusia se decantan abiertamente por la continuación de la guerra.

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China exige que se respeten las convenciones internacionales de seguridad atómica

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En su "Solución política para la crisis de Ucrania", Pekín pide un alto el fuego, defiende la necesidad de garantizar de forma efectiva "la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países", e insta a poner fin a las sanciones que pesan sobre Rusia. "Las sanciones unilaterales y la máxima presión no pueden resolver el problema; solo crean nuevos problemas", señala el texto, que no condena a Rusia por la invasión de Ucrania.

El Gobierno de Xi Jinping advierte contra el uso de armas nucleares o la amenaza de utilizarlas, y exige que se respeten las convenciones internacionales de seguridad atómica, en una alusión directa a la decisión del presidente ruso, Vladímir Putin, de suspender la participación de Moscú en el Nuevo Tratado de Control de Armas Estratégicas.

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China defiende la negociación como única salida a la guerra

"El diálogo y la negociación son la única salida viable" para la guerra de Ucrania, agrega la propuesta de China, que se presenta "dispuesta para seguir ejerciendo un papel constructivo" en la búsqueda de una solución al conflicto.

Ni Rusia ni Ucrania aceptarán jamás buena parte de los doce puntos del plan y es probable que los aliados occidentales de Kiev ni siquiera los tengan en cuenta, dada su creciente implicación en la guerra y su aparentemente inamovible apuesta por que sean las armas las que diriman el conflicto.

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China es el principal rival geopolítico y económico de Estados Unidos, país que lidera el apoyo occidental a Ucrania, dentro y fuera del marco de la OTAN. La Casa Blanca considera los intentos de mediación de Pekín como un lavado de cara del régimen dictatorial chino y un intento endeble de éste para mejorar los lazos con una Europa cada día más alineada con las posiciones de Washington en materia de seguridad global.

Pekín tiene como objetivo retomar los lazos comerciales con Europa

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La guerra de Ucrania, con la subida de los precios de los hidrocarburos y la crisis de distribución de alimentos originados en ese país eslavo, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la caída económica sufrida por China, ya maltrecha por las consecuencias del confinamiento por la pandemia de Covid. En estos momentos, Pekín tiene como uno de sus cometidos más importantes retomar los lazos tecnológicos y comerciales con Europa, dadas además las restricciones impuestas por EEUU a China para adquirir componentes electrónicos de última generación.

La OTAN y EE.UU. no se fían de la neutralidad china

Estados Unidos de momento ha mostrado su escepticismo ante el plan chino. "Cualquier propuesta que pueda promover la paz es algo que vale la pena considerar. Lo estamos analizando", ha afirmado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

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"Pero hay doce puntos en el plan chino. Si fueran serios sobre el primero, el de la soberanía, entonces esta guerra podría terminar mañana", ha aseverado Blinken.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha desechado el plan de paz chino como "poco creíble", porque "China no ha sido capaz de condenar la invasión ilegal de Ucrania".

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La situación es complicada para unas negociaciones que deberían incluir el respaldo de una u otra forma de Naciones Unidas. Sin embargo, uno de los cinco estados que componen el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia, es el responsable directo de la invasión de Ucrania. Otros tres países, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, apoyan con armas, dinero y logística al país agredido. Y solo uno de los cinco, China, defiende en voz alta la necesidad de alcanzar un armisticio y parar la matanza.

Además, en Occidente se desconfía de la neutralidad que Pekín dice tener en esta crisis, dados sus importantes lazos económicos y en materia de seguridad con Rusia. China se abstuvo el jueves, junto con otros 31 países, en la votación de la Asamblea General de la ONU que aprobó una resolución de condena al ataque ruso a Ucrania. Esa resolución, que no es vinculante, tuvo 141 votos a favor y siete en contra. El documento exigió además la salida de las tropas rusas de los territorios ocupados en Ucrania.

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China trató de vender su plan de paz en Europa y Rusia

La iniciativa china de paz se ha formulado después de que el máximo representante diplomático de Pekín, Wang Yi, realizara una gira europea para presentar la esencia de la propuesta de paz en Rusia, Francia, Italia, Alemania y Hungría. Algunos de estos países, como Francia, han apostado sin ambages por la vía militar para resolver el conflicto ucraniano.

La posición del Kremlin ante los intentos de mediación chinos de momento es también fría. El presidente Vladímir Putin, como subrayó en sus recientes discursos, sigue considerando la guerra como el mejor modo de obtener ventajas ante una eventual negociación, a la vez que proclama la "invencibilidad" de Rusia en el conflicto.

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No obstante, la relación privilegiada de China en las relaciones exteriores y comerciales rusas pone a Pekín entre los posibles intermediarios que no levantarían todos los recelos del Kremlin.

China quiere erigirse en un "bróker" de la paz que no fracase allí donde lo hicieron países como Israel o Turquía al principio de la invasión, cuando los intereses de Estados Unidos y Gran Bretaña convencieron al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de que se retirara de las incipientes conversaciones con los rusos.

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Y mientras los chinos piden diálogo, Occidente ofrece más armas

A la par que Pekín presiona internacionalmente para tratar de parar una guerra que perjudica mucho a China, Estados Unidos promete el enésimo paquete de 2.000 millones de dólares en armas y Europa empieza a plantear en conversaciones a puerta cerrada la posibilidad de enviar aviones de combate a Ucrania que permitan al ejército de Kiev, junto con los tanques ya comprometidos, lanzar una gran contraofensiva a Rusia en primavera.

Los primeros carros de combate Leopard 2 ya han sido enviados a Ucrania por Polonia y ahora, además del eventual despacho de aviones de combate, se está poniendo sobre la mesa el envío de misiles de largo alcance, como propone, por ejemplo, Gran Bretaña. El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha abogado ante los países del G7 por el envío a Ucrania de este tipo de cohetes y aviones de combate "para ayudar en el conflicto inmediato" y "obtener una ventaja decisiva en el campo de batalla", según un comunicado del Gobierno británico.

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"Las próximas semanas serán difíciles para Ucrania, pero también lo serán para Rusia. Se están extralimitando una vez más. Así que ahora es el momento de apoyar el plan de Ucrania para rearmarse, reagruparse y avanzar", agrega ese comunicado.

En unas declaraciones realizadas a la cadena de televisión CNN, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha subrayado que el nuevo paquete de ayuda estadounidense a Ucrania, consistente en más armas y el entrenamiento de varias brigadas de soldados ucranianos, "cambiará la dinámica en el campo de batalla", de forma que esas fuerzas "rompan las defensas rusas" en un eventual contragolpe para detener la ofensiva en ciernes que se afirma que está organizando Rusia y, así, recuperar los territorios ocupados.

Austin dejó claro que Estados Unidos estará junto a Ucrania en tanto este país "continúe realizando operaciones (bélicas) y trabajando para recuperar su territorio soberano".

La nueva ayuda incluye más sistemas de misiles HIMARS (la pesadilla de las tropas rusas), munición de artillería de 155 mm., drones de combate y equipos de desminado. Esos 2.000 millones de dólares provienen de fondos de la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania (USAI) y se incluyen en compras y contratos con la industria armamentística estadounidense. Es decir, tales armas no proceden de los arsenales actuales del ejército de Estados Unidos.

El suministro de armas a través de la USAI confirma que en Estados Unidos crece el convencimiento de que la guerra va a durar aún mucho tiempo.

Y mientras se acelera el flujo de armas estadounidenses y europeas hacia Ucrania, la Casa Blanca no tiene reparos en denunciar a China por sus "supuestos" planes de enviar "ayuda militar letal" a Rusia, como dejó caer el propio secretario de Estado Bilken esta semana cuando se conoció la intención de Pekín de proponer un plan de paz.

Blinken no dio detalles sobre el origen de estas acusaciones sin confirmar, que inmediatamente negó Pekín a la par que lamentaba "la mentalidad de guerra fría" predominante en Occidente. Uno de los puntos de la iniciativa china de paz para Ucrania se centra precisamente en la necesidad de acabar con esa forma de pensar, reflejada, según el documento, en el fortalecimiento de los bloques militares, en clara alusión a la OTAN y su reforzamiento gracias a la guerra en curso.

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