El Centro Carter, que actuó como observador en las elecciones presidenciales de Venezuela, señaló este martes que el proceso no cumplió con los estándares internacionales de integridad electoral, por lo que no puede considerarse democrático.

El comunicado del Centro Carter afirmó que no es posible verificar la autenticidad de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Indicó que el ente comicial, que declaró a Nicolás Maduro como ganador, no ha proporcionado los resultados desglosados por mesa, lo que supone una violación de los principios electorales.

Varias figuras españolas e internacionales habían reclamado una mayor transparencia para certificar los resultados electorales. Entre ellos, el Gobierno central pidió las actas mesa por mesa, si bien llamaban a la calma. Por su parte, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, pidió el conteo detallado de los votos.

Según la organización, el proceso electoral no alcanzó los estándares internacionales en ninguna de sus etapas y violó varios preceptos de la legislación nacional. El Centro Carter mencionó que se desarrolló en un entorno de libertades restringidas, afectando a actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación.

El observador añadió que las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de los candidatos de la oposición. Además, destacó que la actualización del registro de electores tuvo numerosos problemas, incluyendo plazos cortos y lugares de inscripción limitados.

El informe también señaló que en el extranjero los ciudadanos enfrentaron barreras legales arbitrarias para inscribirse en el padrón electoral. Además, el registro de partidos y candidatos no se ajustó a estándares internacionales y los partidos opositores sufrieron intervenciones judiciales que perjudicaron a sus líderes más reconocidos.

La organización subrayó que la inscripción de candidaturas opositoras estuvo sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales, que tomaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos. El Centro Carter criticó la falta de equilibrio en la campaña electoral, favoreciendo al gobierno de Maduro con recursos desproporcionados.

La entidad también alegó que hubo un abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos oficiales y la movilización de funcionarios para la campaña del oficialismo. Además, mencionó la preponderancia de la candidatura de Maduro en los medios de comunicación y los intentos de restringir las campañas opositoras.

A pesar de estas irregularidades, la organización reconoció la movilización pacífica de los ciudadanos venezolanos durante la jornada electoral del 28 de julio. Sin embargo, lamentó las restricciones impuestas a observadores nacionales y testigos de partidos.

El Centro Carter criticó la presión sobre el electorado mediante puntos de control partidario cerca de los recintos electorales. Los observadores constataron la voluntad de los ciudadanos de participar en un proceso democrático y su compromiso cívico.

La organización anunció que publicará un informe detallado sobre su misión de observación en Venezuela, que incluirá todos los hallazgos presentados en el comunicado.