Este artículo se publicó hace 12 años.
Carla Bruni niega haberse quedado con dinero de la lucha contra el sida
El semanario 'Marianne' acusa a la esposa del presidente francés de repartir con un amigo 2,7 millones de euros
Por fin Nicolas Sarkozy acabó comprendiendo ayer, con la lectura del semanario Marianne, por qué hace cuatro años la lunática Carla Bruni, amante de músicos locos y melenudos, se había quedado prendada inexplicablemente de él, de sus trajes grises rígidos y de su peinado remilgado. El semanario reveló que Bruni ha utilizado una fundación, su cargo de embajadora simbólica de la ONU y su boda con el Elíseo para obtener 3,5 millones de dólares (2,7 millones de euros) de fondos públicos multilaterales, directos al bolsillo de un amigo íntimo suyo. El escándalo alcanza proporciones internacionales.
Más de 2.500 tuits, y más de 2.000 posts "j'aime", tenía ayer tarde en la web del semanario el reguero de pólvora que empezó a recorrer todo París a la luz de la lectura de la investigación del periodista Fréderic Martel. Una bomba de relojería. El periodista documenta hechos incuestionables que superan, en ridículo internacional, todos los escándalos que han estallado hasta ahora acerca de Sarkozy, que no son pocos. Y prueba indicios más que preocupantes, cuya cualificación sólo un juez podría, por ahora, nombrar.
Una auditoría de la ONU descubrió que los contratos fueron para Julien Civange
Las actividades filantrópicas de la Fundación Carla Bruni-Sarkozy (ese es su nombre oficial) han obtenido en total desde abril de 2009, esto es, poco más de un año después de su boda, el equivalente a 2,7 millones de euros procedentes del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida. La propia Bruni había sido aupada por su marido y presidente al cargo de embajadora honoraria de la ONU para la protección de la infancia contra el virus VIH, un cargo simbólico que ciertas personalidades suelen utilizar para hacer que las causas justas avancen.
El semanario Marianne prueba que, en el caso de la examante de Mike Jagger, las actividades son más bien escasas y que la Fundación Carla Bruni-Sarkozy se parece bastante a una cáscara hueca.
Sobre todo, la revista da una prueba fulminante: en el marco de una auditoría general de la ONU, debida a casos de "desaparición" de 34 millones de dólares del Fondo contra el Sida, se descubrió que 3,5 millones de dólares habían ido a parar a actividades de la Fundación Carla, que pasaron por contratos con un empresario.
Este empresario fue padrino de la boda Carla-Nicolas y tiene oficina en el Elíseo
Si se tratara de varios empresarios, y desconocidos, el asunto podría deberse simplemente a la inexperiencia en estas cosas de la ex top-model, hoy primera dama. Pero no: el agraciado empresario es Julien Civange. Se dice músico, pero sobre todo es amigo íntimo de Bruni desde hace décadas (fue padrino de boda en el enlace de la modelo con el presidente) y dispone de un despacho en el Elíseo, con un secretariado.
La Fundación Carla, en lugar de ser como la mayoría de las grandes fundaciones francesas (esto es, declaradas de utilidad pública, y por lo tanto con cuentas auditadas y vigiladas por el Consejo de Estado), ha sido creada como una simple subsección de la Fondation de France, y así tiene derecho a escapar a los auditores públicos regulares. Normalmente, las subsecciones de la gigantesca Fondation de France sólo suelen utilizarse para proyectos pequeños, a menudo encabezados por gente pobre.
La revelación del caso en las instancias de la ONU, y el alboroto con sordina en los pasillos, obligó a movilizar nada menos que al consejero diplomático especial de Sarkozy, Jean-David Levitte, quien negoció con la Administración Obama un pacto de silencio para guardar las apariencias.
Pero el pacto incluye enviar al armario, primero, y sin duda al basurero, después, al director del Fondo, Michel Kazatchkine, también amigo personal de Carla. De hecho, el escándalo ya ha costado el cargo a Patrice Debré, embajador y representante oficial de Francia en el consejo de administración del Fondo.
Nervios en la radio públicaLa Fundación Carla sacó un comunicado para desmentir la información de Marianne "la insinuación según la cual se habrían obtenido fondos de socios públicos no tiene ningún fundamento", pero no entró en detalles concretos. Bruni explica que "nunca ha existido" una ayuda del Ministerio francés de Cultura y también que la organización ocupa unas oficinas por las que paga alquiler. Pero no hace alusión al Fondo contra el Sida, que es central en la línea argumental del artículo.
Una señal indicó que el nerviosismo empieza a cundir en el clan Sarkozy. En los estudios de la principal radio de información, la pública France Info, hubo gritos cuando ciertos redactores jefe bloquearon la difusión de información sobre el escándalo que arranca, cosa que podría indicar que hubo llamadas telefónicas. El informativo de la noche de France Inter, la muy escuchada radio pública generalista, no dijo ni una palabra sobre el escándalo. Es verdad que Sarkozy ha colocado como director de esa radio a Philippe Val. ¿Amigo íntimo de quién? De Carla, claro.
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