Este artículo se publicó hace 13 años.
Cáritas se hace cargo de 150 gitanos que el Vaticano no quería en una iglesia
Los guardias del Vaticano desalojan a un grupo de rumanos y les impide acceder a la celebración de la misa de Pascua
Resultaba un tanto llamativo que después de la llamada del papa Benedicto XVI al Gobierno italiano para que acogiera a los refugiados llegados en los últimos meses a la isla de Lampedusa provenientes del Norte de África, el Vaticano se lavara las manos en este asunto. Y no es porque no lo hubieran intentado, pero ayer por la tarde se puso punto y final a la ocupación pacífica de la basílica de San Pablo Extramuros que desde el viernes habían protagonizado 150 romaníes desalojados de un campamento en el este de Roma.
La gran mayoría de ellos serán acogidos en los locales de la cooperativa Domus de Caritas Diocesana, donde fueron trasladados en la tarde de ayer. En el interior de la basílica quedaron una decena que no aparecían en las listas que los voluntarios de la organización católica habían elaborado después de la entrada de los romaníes en el templo, y que una vez identificados serán trasladados a otros centros con sus familiares.
Una medida que sería de reconocer si no hubiera llegado precedida de un fin de semana cargado de hipocresía. El alcalde de Roma, Gianni Alemano, dio las gracias a Cáritas por la ayuda, pero dijo que "esto no cambia de ninguna manera el punto de vista de la administración de la capital con respecto a la emergencia nómada". En el enésimo capítulo de su particular batalla contra los campamentos (70 desaolojos este mes), el viernes ordenó desalojar el asentamiento de Casal Bruciato, en el que vivían 300 personas. Y en lugar de buscar un alojamiento alternativo para esas familias, les ofreció 500 euros si aceptaban regresar a Rumanía. Los gitanos no aceptaron y tomaron la iglesia en el Vaticano.
Cáritas y la alcaldía de Roma pagaron 500 euros cada uno para que volvieran a Rumanía
Por la mañana la oferta aumentó después de que la Santa Sede empezara a ver cómo la vigilia de la Pascua se podía ir al traste y Cáritas puso otros 500 euros sobre la mesa. Mientras que sólo 23 personas aceptaron el dinero, el ayuntamiento buscaba la manera de repartir al resto por varios centros sociales de la ciudad. El plan era enviar a los niños y a las mujeres al centro de Castelnuovo di Porto durante 15 días, mientras que a los hombres se les ofrecía poder permanecer en algunos centros sociales de Cáritas abiertos sólo por la noche.
Como las negociaciones no avanzaban, los guardias del Vaticano decidieron desalojar del templo a los rumanos y se les prohibió el acceso durante la celebración de la misa. Por la noche, divididos, mujeres y niños durmieron en el claustro de la basílica, mientras que los hombres permanecieron en tres tiendas improvisadas en los jardines adyacentes. La escena se repitió ayer por la mañana, con la Guardia Vaticana prohibiendo que los gitanos entraran en la iglesia para presenciar la misa de Pascua, ante la indignación de los fieles, que se dedicaron a llevar huevos de chocolate a las mujeres y sus hijos que permanecíanen los jardines.
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