Presidente de EEUU Bruselas recibe a Trump entre protestas y fuertes medidas de seguridad
Fuertes medidas de seguridad, restricciones informativas y protestas marcan la llegada del Presidente de los Estados Unidos a Bruselas, con motivo de la cumbre de la OTAN y su encuentro con los líderes de la UE.
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BRUSELAS, Actualizado:
Donald Trump llega a Bélgica con la agenda cargada, una reunión con el primer ministro belga Charles Michel, una recepción con los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, almuerzo con Emmanuel Macron… y los dos platos fuertes: la reunión con los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos y la cumbre de la OTAN.
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Bruselas es una ciudad acostumbrada a las restricciones de circulación, a los grandes despliegues policiales y hasta a la presencia militar en las calles (casi siempre) con motivo de las cumbres europeas. Sin embargo, la capital belga se ha blindado como lo hace solo en las grandes ocasiones para recibir al presidente de los Estados Unidos, entre las protestas de más de 9.000 manifestantes.
Ni rueda de prensa ni declaraciones
La visita de Donald Trump a las instituciones europeas tendrá lugar durante la mañana del jueves. Está previsto que el presidente llegue al Edificio Europa, conocido como la ‘Torre Tusk’, en referencia al presidente del Consejo Europeo, alrededor de las 10 de la mañana. Primero se reunirá durante apenas una hora con el propio Donald Tusk y con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Más tarde, se unirán a la conversación el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Un encuentro que la UE considera un éxito por el mero hecho de producirse, dadas las suspicacias que Trump despertó tras su llegada a la Casa Blanca.
Según fuentes europeas, hay varios mensajes que la UE quiere mandar a Trump en la reunión de mañana: que la Unión y EEUU son los pilares fundamentales del “mundo libre”; que es necesario trabajar para incrementar las relaciones comerciales; que debemos permanecer unidos en los asuntos exteriores y que es importante respetar el acuerdo de París y la lucha contra el cambio climático. Aunque estos serán los puntos fuertes de la discusión, lo cierto es que no hay una agenda cerrada. Además, al término de la reunión no habrá rueda de prensa ni declaración alguna. Algo que las autoridades europeas y estadunidenses han pactado. Tampoco está previsto aún ningún tipo de informe sobre el contenido final del encuentro entre los tres presidentes, el primero entre los dirigentes de la UE y la administración Trump. Una opacidad que no ha sentado nada bien entre los representantes de la prensa europea.
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Cambio climático y comercio
Según fuentes europeas, ya no hay ansiedad y miedo ante las políticas de Trump en la UE. Ni si quiera tras haber tratado de vetado la entrada a musulmanes al país, haber cortado los fondos a la planificación familiar en el exterior, acabado con el Obama Care o filtrado información confidencial a Rusia. A pesar de todo, Bruselas ha decido dar cierto margen al republicano. Considera además que la situación ha cambiado enormemente desde que tuviera lugar la primera conversación entre el presidente norteamericano y Donald Tusk.
En aquella primera charla telefónica tras las elecciones de noviembre, la Unión estaba sumida en la incertidumbre que dejó el ‘Brexit’. El escenario no es muy distinto pero Bruselas se siente reforzada por los resultados de las elecciones en Países Bajos y Francia, que dieron al traste con las aspiraciones presidencialistas de Geert Wilders y Marine Le Pen, euroescépticos declarados y aliados políticos del magnate norteamericano. Así y todo, la cuestión de la importancia de la integración europea estará sobre la mesa. Tusk y Juncker esperan que este encuentro contribuya a crear una relación de confianza entre la UE y la administración Trump, algo que hace unos meses parecía imposible.
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Los presidentes de Consejo y Comisión tratarán con Trump la cuestión de incrementar los intercambios comerciales, tanto en marcos multilaterales como bilaterales. El marco multilateral al que hace referencia la UE es la Organización Mundial del Comercio (OMC), que el presidente de los Estados Unidos ha puesto en cuestión. Fuentes europeas reconocen que se podrían contemplar reformas en esta regulación, siempre y cuando EEUU trabaje mano a mano con el resto de miembros.
En cuanto a las relaciones comerciales bilaterales, estas mismas fuentes reconocen que las negociaciones del tratado de libre comercio con Estados Unidos (TTIP) están en suspenso y algunas decisiones de la administración Trump son un problema para los 28. Sin embargo, la UE considera necesario que se inicien conversaciones sobre este asunto, que es demasiado importante para olvidarlo. La lucha contra el cambio climático y el respeto a los acuerdos de París será también uno de los puntos fuertes de la agenda. La actitud de Donald Trump tanto durante la campaña como tras ella no ha sido en absoluto halagüeña. Tusk y Juncker confían en hacer comprender al presidente la importancia de respetar los acuerdos de París y entender la lucha contra el cambio climático como una oportunidad, también de negocio, y no como una amenaza.
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La lucha antiterrorista, principal asunto para la OTAN
La visita de Trump a Bruselas tiene lugar con motivo de la celebración de la cumbre de la OTAN. Los aliados discutirán sobre cómo incrementar el papel de la organización en la lucha contra el terrorismo por un lado y sobre el reparto de la carga en cuestiones de defensa, por otro. Además, aprovecharán para inaugurar la nueva sede del cuartel general de la alianza en Bruselas.
Durante una rueda de prensa el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha destacado la importancia de lanzar un mensaje de unidad y solidaridad en esta cumbre. Una cumbre marcada sin duda por el reciente atentado en Manchester que ha costado la vida a 22 personas y que el secretario general ha calificado de “terrorífico”. Los 29 líderes abordarán cómo puede ayudar la OTAN a derrotar al terrorismo, conscientes de que lo principal es atacar las causas, y la posible participación de la alianza en la Coalición Global contra Daesh. Algo que, considera el secretario general, puede ser positivo tanto políticamente, a modo de muestra de unidad; como estratégicamente, por aportar una plataforma fija que permita coordinar acciones.
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Otro punto caliente será el reparto de la carga. Este asunto ha sido uno de los caballos de batalla de Donald Trump que pide a los aliados que incrementen su presupuesto en defensa hasta el 2% del PIB acordado. Aunque Trump amenazó con no socorrer a los países que no lo hicieran, Stoltenberg ha insistido en que el presidente de EEUU está comprometido con la alianza, incluido el mecanismo de defensa colectiva. Además, el secretario general ha destacado el aumento del presupuesto por parte de los estados europeos así como su incremento de las capacidades y la participación en misiones, que considera fundamentales junto con la inversión.
Protestas y fuertes medidas de seguridad
Alrededor de las 16h del miércoles, el Air Force One aterrizaba en Bruselas. A Donald Trump le han recibido los reyes de Bélgica y el primer ministro del país. A su paso, carreteras y avenidas eran completamente evacuadas. Alrededor de 3.000 policías, apoyados por un centenar de agentes luxemburgueses y 400 miembros del servicio secreto, participan en el dispositivo de seguridad.
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Las áreas de la ciudad que rodean la residencia en la que descansará el presidente de los Estados Unidos y el hotel en el que se hospeda su comitiva están limitadas a residentes. Incluso el aparcamiento de todo tipo de vehículos está prohibido en todas las zonas de seguridad (las instituciones europeas, el Palacio Real o los alrededores de los cuarteles generales de la OTAN). Además, al menos cuatro estaciones de metro tienen el acceso restringido y una treintena de líneas de transporte se ven afectadas también por la visita del presidente.
Y a pesar del clima de seguridad y aunque lejos del perímetro establecido, unas 9.000 personas, según datos de la policía de Bruselas, han protestado en las calles de Bruselas contra Donald Trump, sus políticas y la OTAN. Porque a diferencia de defendido por los líderes europeos, para los manifestantes, Trump “no es bienvenido” en Europa.