Del brexit a las fiestas en Downing Street: el triste legado de un 'hooligan' llamado Boris Johnson
El mandatario británico ha anunciado su dimisión como líder del partido, pero tiene intención de mantenerse como primer ministro hasta después del verano,
Publicidad
londres, Actualizado:
Boris Johnson ha llevado al límite el sistema de gobierno británico y el poder individual de diputados y cargos públicos. El mandatario ha anunciado su dimisión como líder del partido, pero se mantiene como primer ministro hasta que tenga sustituto después del verano. Se marcha porque se ha quedado sin ministros ni diputados que lo quieran. Como Donald Trump, deja el cargo convencido de que le han robado su merecida gloria. Ahora, el Partido Conservador inicia el proceso de elegir nuevo dirigente.
Publicidad
En términos de trascendencia política, el mandato de Boris Johnson, iniciado en julio de 2019 y revalidado por elecciones en diciembre del mismo año, será una nota al pie de las páginas protagonizadas por otros, como su ídolo Winston Churchill, a la cabeza del Gabinete de Guerra, de 1940 a 1945, y del Gobierno de 1951 a 1955. O de Margaret Thatcher, que se prolongó de 1979 a 1990 con guerra (Malvinas) incluida. El programa de privatizaciones de Thatcher llevó al aristócrata, Harold Macmillan, a decir que "la hija del tendero se nos vende la plata de la familia".
El Partido Conservador inicia el proceso de elegir nuevo dirigente
Boris Johnson no ha escondido que quería ser otro Churchill, a pesar de que estos días se ha aferrado al cargo como lo hizo Margaret Thatcher, quien sólo dimitió cuando todos sus ministros —uno detrás de otro— le retiraron el apoyo. Johnson, más desesperado aún que Thatcher, ha destituido al viejo aliado brexitero, el ministro Michael Gove, por pedir su dimisión.
Publicidad
El rastro de degradados que ha dejado Johnson es tan largo como su carrera política, iniciada en 2001 como diputado por Henley, un distrito bucólico e idílico en la campiña inglesa de Oxfordshire. Como diputado se convirtió en el bufón de la Cámara de los Comunes por sus incisivos comentarios que rozaban sutilmente la difamación y llegaron a ser su marca de estilo desenfadado. Alardeaba de hacer ocho llamadas telefónicas en el trayecto en bicicleta desde su casa en Islington, norte de Londres, al céntrico Westminster, cuando se hablaba de prohibir el uso del móvil sobre vehículos o pedales.
En 2004 fue destituido como portavoz de Cultura en la oposición al publicarse su relación con la periodista Petronella Wyatt, que él negó y todavía no ha reconocido, ni el matrimonio con su primera esposa, ni el divorcio de la segunda con la que tuvo cuatro hijos, ni el número de hijos que tiene fuera o dentro de los tres matrimonios que ha contraído. Su vida familiar y privada se ha convertido en juego de adivinanzas, sin embargo, no se corta en comentarios como que las mujeres musulmanas con hijab: "Parecen buzones de calle".
Publicidad
En las elecciones de 2005 su insolencia verbal tocó techo: "Votar tory hará que a tu esposa le crezca el pecho, y eso aumentará las posibilidades de que tengas un BMW M3". Agravios que no se permitían a ningún político, se hicieron su marca y hasta les resultaba gracioso a un sector de sus seguidores. Su lengua viperina le genera constantes altercados, incluidos los comentarios sobre Barack Obama y sus antecesores "africanos, de los que hacían orgías de canibalismo y de matar a los jefes".
En términos de trascendencia política Johnson será recordado por su atolondrada e irrespetuosa forma de hablar
Publicidad
Cuando anunció su candidatura a la alcaldía de Londres, muchos creyeron que se trataba de una broma, un chiste a los que tenía acostumbrados a medios de comunicación y público. No lo era, ganó y fue alcalde de 2008 a 2016 tejiéndose un estilo político más propio de hooligan que de gentleman (caballero) de su clase social. En 2012 se colgó de una tirolina para promocionar Londres y ondear la bandera británica. Hizo suyos los Juegos Olímpicos de 2012, que había conseguido su predecesor el laborista Ken Livingstone. "Las bicicletas de alquiler en Londres son parte de mi legado", comentó públicamente. En eso sí tiene razón: Londres introdujo el primer parque ciclista mirando los modelos que ya existían por toda Europa cuando él era alcalde.
La entrada de David Cameron al gobierno de coalición con los liberales en 2010 y la promesa de un referéndum sobre la salida de la Unión Europea si ganaba las siguientes elecciones (2015) llevaron a Johnson a dejar la alcaldía, volver al escaño de diputado y aspirar al mayor cargo político del Estado.
Publicidad
Optó por encabezar el brexit o salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) con mensajes engañosos y mentiras que, salidas de su boca, sonaban a razones contundentes. "Tendremos 350 millones de libras más a la semana para la Sanidad Pública", un eslogan que funcionó, escrito en un autobús de color rojo al que Boris se puso al volante. La cifra era la contribución inicial británica a la UE, rebajada a la mitad por Margaret Thatcher, y de esta mitad (175 millones), un buen porcentaje revertía en Reino Unido. Ni él mismo esperaba ganar la consulta del 23 de junio de 2016. La dimisión de Cameron, "el hombre que rompió Europa", empoderó a Boris, aunque fue Theresa May la que ganó las primarias conservadoras para implementar el brexit, que todavía colea.
La táctica de negar, después disculparse y olvidar, funciona en alguna ocasión, pero no sirve cuando se repite hasta la saciedad
Publicidad
En julio de 2019, Theresa May, empujada y boicoteada por los brexiteros del partido, dimitió tras ganar un voto de confianza de sus diputados, como el que ganó Boris el pasado 6 de junio, y dejó Downing Street abriendo la puerta a su sucesor. Boris logró su sueño infantil de ser World's King (el rey del mundo). Las elecciones de diciembre de 2019 las hizo con el eslogan Get Brexit Done (Implementar el Brexit).
Él lo considera el gran logro de su mandato, a pesar de que el Protocolo de Irlanda del Norte (nueva frontera entre Reino Unido y UE) está en manos de los jueves europeos, el referéndum sobre la posible independencia de Escocia es resultado del "cambio de circunstancias" (el 62% de escoceses votaron por la permanencia). Los brexiteros arrepentidos van en aumento y el brexit perjudica la economía, según los indicadores económicos independientes. Para Johnson, el brexit ha traído "prosperidad económica". La crisis actual se debe únicamente a la pandemia y a la guerra, a tenor del primer ministro.
Publicidad
La imagen de rubiales despeinado, su atolondrada forma de hablar y desparpajo lo convirtieron en el primer líder conservador con el que podían identificarse todos los sectores sociales, si bien él se educó en el elitista internado de Eton y en la universidad de Oxford. Nació en Nueva York, hace 58 años, donde su padre, Stantley Johnson, político y financiero, residente en Francia desde el brexit, estaba destinado.
Entre el memorial de agravios que ha generado Boris está la clausura del Parlamento para evitar un voto sobre la implementación del brexit en verano del 2019, recién llegado al Gobierno. El cierre fue declarado ilegal por el Tribunal Supremo, y Johnson culpable de "desinformar" a la reina. El diputado Nicholas Soames, europeísta y nieto de Winston Churchill, dijo entonces que "Boris Johnson nunca será un Winston Churchill porque es un primer ministro que debería comportarse como tal".
Publicidad
Dominic Cummings, asesor de Boris en la campaña del brexit y las elecciones de 2019, se convirtió en el Rasputín que le servía los triunfos hasta que cayó en desgracia durante el confinamiento por viajar de Londres a Durham (norte de Inglaterra) en un desplazamiento que intentaron esconder y que acabó con la dimisión de Cummings y la venganza del exasesor al sacar los trapos sucios del premier a través de un blog.
La táctica de primero negar, después reconocer ante la evidencia, disculparse y olvidar, funciona en alguna ocasión, pero no sirve cuando se repite hasta la saciedad. Cummings se convirtió en otro de los muchos culpables que han sido degradados por Johnson a quien ya no le queda nadie para culpar de sus problemas. La culpa ahora es solo suya.