A diferencia de otros países europeos, Bélgica no tiene leyes antiterroristas que permitan detener sospechosos más de 24 horas sin presentar cargos.

Por eso, ante la falta de una orden formal de arresto, la Policía belga liberó a las catorce personas detenidas el viernes, ante la sospecha de que pretendían liberar de la cárcel al islamista Nizar Trabelsi, condenado a 10 años de prisión en 2003.

El tunecino Trabelsi llegó a Europa en 1989 para jugar en el equipo Fortuna de Düsseldorf, en Alemania. Perdió el contrato y pasó a jugar en equipos de tercera división. Se hizo adicto a la cocaína y miembro de Al Qaeda.

Dos días después del 11 de septiembre, fue detenido por la Policía belga tras intentar atentar con un coche bomba contra los soldados estadounidenses de una base aérea belga.

Además le incautaron material para una bomba que pensaba hacer estallar en un restaurante de Bruselas.

Según Claude Moniquet, presidente del Centro de Seguridad e Inteligencia Europea, Nizar Trabelsi es una 'figura relevante' del islamismo porque 'conoció personalmente a Bin Laden en los campos de entrenamiento de Afganistán'.

Sin pruebas

La Policía creía que catorce personas estaban planeando liberar a Trabelsi usando armas y explosivos y fueron detenidas preventivamente el viernes.

Pero el sábado la Policía admitió no haber encontrado ni armas ni explosivos en sus casas.

'La liberación de los 14 sospechosos no significa que la investigación se haya cerrado, todas las pruebas se están analizando', declaró ayer Alain Lefevre, uno de los jefes del gabinete de crisis del Gobierno belga.

La embajada de EEUU ha alertado a sus ciudadanos sobre 'una gran amenaza de ataques terroristas durante las navidades en Bruselas', aunque no ha especificado blancos concretos.

El Gobierno belga ha reforzado las patrullas y controles policiales en estaciones de tren, mercadillos callejeros y aeropuertos.

Ayer por la noche se descartaron dos posibles ataques en la Embajada norteamericana y en una pizzeria de Bruselas.