La industria textil se sirve de la semiesclavitud para hacer negocio
Mano de obra esclava para Inditex
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El incendio en una fábrica de textiles en Bangladesh este sábado, que ha causado de momento más de una veintena de muertos, ha vuelto a poner el foco en las condiciones prácticamente de esclavitud en las que trabajan los empleados de este tipo de instalaciones en todo el mundo. Al mismo tiempo, ha traído a la memoria la mayor catástrofe de la historia de este sector, la del complejo Rana Plaza, en las afueras de la ciudad bangladeshí de Dacca, que se derrumbó en abril de 2013 acabando con la vida de más de 1.130 personas e hiriendo de diversa consideración a otras 2.500.
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Los salarios difieren pero pocas veces superan los cien euros al mes. Los empleados del Plaza Rana que trabajaban fabricando productos para compañías como Primark cobraban unos 28 euros al mes. En India, un informe del Centre for Research on Multinational Corporations documentaba hace unos años cómo niñas y adolescentes trabajaban sin contrato más de 72 horas a la semana con un salario de 0,88 euros al día. Para colmo, sólo podrían disponer del dinero ganado una vez transcurridos entre tres y cinco años y lo emplearían en la dote matrimonial. Entre las firmas involucradas en este escándalo se encontraban: Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel, Primark, Tommy Hilfiger, Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap y C&A.
Mano de obra esclava para Inditex
En Argentina y Brasil se destapó hace unos años cómo Inditex, la compañía en la que se integran Zara, Bershka o Stradivarius, utilizaba mano de obra esclava para confeccionar sus productos. Primero, el Gobierno brasileño destapó en 2011 decenas de talleres clandestinos y la compañía fundada por Amancio Ortega fue multada con 1,4 millones de euros. Entonces, se comprometió a hacer cambios estructurales… que al parecer no ha cumplido. El año pasado, amenazó con multarla con 7,5 millones de euros por diferentes irregularidades detectadas en sus empresas suministradoras y que, a juicio del Ministerio de Trabajo y Empleo, estarían incurriendo en prácticas que implican condiciones de trabajo degradante, según las informaciones hechas públicas por la ONG Reporter Brasil. En total, la auditoria detectó unas 433 irregularidades en las 67 empresas que trabajaban para el gigante de la moda, distribuidas por todo el país.
A todo ello, Trabajo reprochaba a Zara que para evitar las acusaciones de utilización de trabajo esclavo haya incurrido en nuevas prácticas discriminatorias. En este sentido, consideraban que la multinacional, en un intento por lavar su imagen, optó por eliminar de su cadena productiva aquellos talleres que incluían inmigrantes, con independencia de que estos estuvieran vulnerando la ley o no.
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Asia, eje central del negocio
La compañía que preside Pablo Isla, que también estaba involucrada en la catástrofe del Rana Plaza de 2013, tiene en Asia localizada la mayor parte de su producción por continentes: 836 proveedores y 2.252 fábricas declaradas, según su memoria de 2015. Defiende Inditex: “A lo largo de los últimos años hemos desarrollado una fructífera tarea en el seno de los clusters de producción que tiene su reflejo en los datos que revela nuestro Programa de Cumplimiento. Un porcentaje cercano al 95% de nuestros productos son producidos por fabricantes que obtienen los ratings más elevados en el procedimiento de auditoría social. A ello contribuye también la aplicación del Acuerdo Marco con Industriall Global Union, federación sindical con presencia mundial y que representa a más de 50 millones de trabajadores, así como la colaboración permanente en proyectos impulsados por la OIT o el diálogo continuo con entidades no gubernamentales”.
Turquía y Europa del Este
La ONG Ropa Limpia también denunciaba hace dos años la situación en el este de Europa y en Turquía: “Los países postsocialistas funcionan como el taller de costura del patio trasero de las marcas y compañías de la Europa occidental. Turquía, siendo una de las gigantes textiles del mundo, tiene su propio patio trasero barato, es decir, la región de Anatolia oriental. Además, las empresas turcas del sector textil subcontratan a toda una región que incluye el norte de África y el Cáucaso meridional”.
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Qué ha cambiado tras Rana Plaza
El accidente de Rana Plaza, que llevó la publicidad y a los medios a las condiciones en las que se mueve la industria textil, sigue coleando tres años después. Según la ONG Ropa Limpia, se han realizado inspecciones iniciales en 1.589 fábricas y se han detectado 108.538 irregularidades. Las fábricas fueron calificadas de "alto riesgo" por el Inspector Jefe. “Lamentablemente, pese a la urgencia y escala de las reparaciones que deberían hacerse para solucionar los problemas identificados, el esfuerzo por parte de los dueños de las fábricas y las empresas a las que abastecen, ha sido muy limitado. Casi todas las fábricas acumulan retrasos en los plazos estipulados para realizar las reparaciones”, denuncia en un informe de abril de este año.
Nota aclaratoria
Tras la publicación de este artículo, un portavoz de H&M se ha puesto en contacto con Público para aclarar que su empresa no producía en el centro Rana Plaza, donde se produjo el terrible accidente. Además, aclara, "no trabajamos con ese proveedor ya que se auditó en varias ocasiones y no cumplió los requisitos de seguridad que exigimos". La compañía ha hecho públicos estos requisitos en su página web.