Los antivacunas canadienses bloquean con camiones el puente fronterizo con Estados Unidos más transitado del país

La capital de Canadá, Ottawa, cumple doce días paralizada por los manifestantes, quienes han provocado que las autoridades declararan el estado de emergencia en la ciudad. Este lunes, han bloqueado con camiones el principal cruce fronterizo con Estados Unidos, situado a 756 kilómetros al sur de Ottawa.

Los conductores del llamado 'Convoy de la libertad' —camioneros antivacunas y organizaciones de extrema derecha— obstaculizan el paso internacional Ambassador. Este puente une la ciudad de Windsor (Ontario, Canadá) y Detroit (Míchigan, Estados Unidos), por donde pasan de media 8.000 tráileres al día, siendo una de las rutas comerciales más importantes de Canadá.

La Policía de Windsor informó a través de las redes sociales de que el cruce sigue "congestionado" e instan a usar otro puente en Sarnia (localidad que se encuentra a 100 kilómetros de Windsor) para cruzar la frontera. Las últimas actualizaciones apuntan a que se puede usar una vía, pero las autoridades siguen recomendando evitar la zona si es posible.

A medida que la Policía canadiense comenzó a recuperar el control lentamente de Ottawa, los manifestantes se trasladaron al puente Ambasador, creando un bloqueo físico y económico (el 75% de las exportaciones canadienses son a Estados Unidos). El portavoz de la protesta de Ottawa, Tom Marazzo, dijo a los periodistas: "Nos trajeron aquí para enviar un mensaje y el mensaje no se está transmitiendo".

Los manifestantes exigen que no sea necesario vacunarse para cruzar el paso transfronterizo

Más de 10.000 manifestantes y 3.000 camiones llevan en la capital de Canadá desde el 28 de enero para exigir el fin de los mandatos federales de vacunación contra la covid para el tráfico transfronterizo. Además, muchos también piden la dimisión del primer ministro del país, Justin Trudeau, quien ha pasado diez días confinado por contagiarse de covid.

La oposición de Trudeau reclama que se tomen más medidas para frenar las manifestaciones, lo que un asistente llamó una "humillación nacional". También los vecinos de la ciudad han criticado la gestión de la Policía, que han calificado de "inoperante".